La reconversión monetaria que se avecina en Venezuela con un bolívar -alzado- como digital que, solo de eso no pasará

Pareciera que más es la bulla que la cabuya, manito. Ellos allá y nosotros acá pero con efectivo y en retroceso obligado con estos calores que aprietan por la brisa que vendrá y quién sabe...

Y qué decir que no se haya dicho sobre la pronta implantación de la reconversión que, a pocos días tendrá a la revolución económica venezolana con seis ceros menos en lo adelante que, como millonarios que éramos nos empobrecen, mientras, por un bolívar digital, el dólar today y no el otro (que no se queda atrás), hace con él lo que le venga en ganas en bajarlo de valor cada día -jamás lo sube- dentro de la escala monetaria, arbitraria por demás y, por estos últimos días de septiembre se ha disparado sin razón alguna -aunque la habrá, seguro que la habrá-, pero que ha enflaquecido más lo poco que entra a nuestros bolsillos o cuentas.

Somos muchos lo que poco entendemos de esos guarismos extraños dentro de la reconversión y, más cuando no sumará, sino más bien restará, que pareciera que estamos en Italia en sus años de reconversión con aquellos billetotes que parecían páginas de periódicos que, gracias al euro por la Unión Europea salieron de esos, pero por acá no hay candela, ni jumea acción alguna, seguimos en guayucos o taparrabos, que nos pueda librar del dólar, que en sí sobre eso el gobierno nacional, cómo que no tiene para conseguir o parir las ideas y ponerlas en práctica que no entumezca más al venezolano adentro y, a los que están afuera pasando malos ratos, claro, no todos, entre ellos particularmente, Rafael Ramírez, que vive a costilla de la Patria en Italia, ahora romano de sangre y posible convicción que, sigue sin demostrar que no es un corrupto, tal como lo afirma la Fiscalía General que, por más que se la dé de trovador al unísono a Venezuela no vendrá por las buenas, ni a empujones, ni que se lance de candidato como ronca en sus sueños y en video de político que, nada aprendió de Chávez de por lo menos dar la cara cuando hay que darla. Lo demás que diga y refiera son cuentos como excusa de su "villana" personalidad.

Creo que los venezolanos estamos forrados de desconfianza como no invitados a una fiesta que la gran mayoría sabe como finalizará con mucho ruido y publicidad, pero con pocas esperanzas de bailar de alegría cuando, las tuercas monetarias desde afuera aprietan y sigamos con más de lo mismo dentro de la hiperinflación con cuarentena y rencillas con las vacunas sin descanso y, los venezolanos afuera, pasando penurias y hasta injuriados por bandas xenofobias, primero por los Peruanos y, ahora por los chilenos quizás, mucho más arrastrados que ellos. El venezolano es un gran ser humano y vale donde esté, nacimos con corazón en el pecho y el que diga lo contrario es un bestia, no sabe de nuestra idiosincrasia -¡carajo!

Es de decir con García Márquez que, es preferible tragar mierda acá a que no las nieguen afuera, menos en los Estados Unidos que, bastantes venezolanos, y mire usted que importantes son por ser corruptos que todos los dólares que consiguieron en el país con la revolución en su aval con complicidades y allá, viviendo del producto que se llevaron de acá y, los nuevos como dueños de Monómeros y de Citgo y, presos quiénes? Qué más bien se expresan como lúcidos ciudadanos que luchan por lo suyo y, el mundo gira y gira, y..., sorpresas nos da la vida, y los gringos ciegos, pero voluptuosos dogmáticos.

Bienvenida la fulana reconversión que de algo hay que vivir y tener que hablar para inflar el consuelo de la subsistencia que, es lo que nos queda con nuestro bolívar que de soberano, pasó a digital y, dentro de algunos años no muy lejano, a lo mejor pasa a ser el bolívar-dólar que ahora es lo contrario o, quizás el bolívar mariscal.



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Esteban Rojas


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