¿Quiénes son los actores del cambio sociopolítico en marcha?

Orden económico-social justo y esperanza en venezuela

¿Es posible construir un orden económico-social justo en Venezuela y tener así esperanza? Pregunta acuciante, sobre todo cuando se anuncian acuerdos o concesos entre sectores políticos democráticos para superar en un tiempo perentorio esta triste condición sociopolítica que padecemos, aislando a los violentos; entre las primeras cosas estaría el salario o sueldo digno que señala la Constitución(2000, artículo 91), no estipendios ridículos; porque los especuladores y demás inescrupulosos en el marco de un contexto hiperinflacionario nos convierten en personas especialmente vulnerables, como tal vez nunca antes en nuestra historia.

Como se dice para nadie es ya un secreto que estamos con graves sanciones para las transacciones comerciales y financieras por parte de las administraciones de Obama, un negrito traidor y desclasado y este Trump, un supremacista de medio pelo; bloqueados hasta en el principal pasatiempo nacional como es el béisbol, una expresión también de las relaciones neocoloniales en el campo del entretenimiento que hemos hecho ya parte de nuestra cultura en más 100 años, mediada por la explotación de los hidrocarburos.

Todo eso nos ha empobrecido, las sanciones queremos decir. Son medidas crueles, en mucho por solicitud de la oposición política que nos damos la lija de tener, una de cuyas más conspicuas voceras reconoce que mantienen estrechos lazos de cooperación con "paramilitares" y el apoyo de "miles de países"; junto a que también no nos cabe ya en el alma tanta tristeza porque nuestros hijos, biológicos o adoptados, migran con miras a mejorar su condición socioeconómica. Tienen la ilusión de insertarse en el mercado laboral en países de Suramérica, Estados Unidos o Europa. Ciertamente en términos bíblicos estamos en un tiempo de gran tribulación, cruzando un desierto donde la tierra prometida de la democracia participativa y protagónica, la Venezuela próspera y potencia media no se vislumbra aún en el horizonte, a menos que todo el pueblo con mucha disciplina desarrollo toda su creatividad en la producción de bienes y servicios, ciencia, tecnología y nueva ciudadanía.

Para revertir esa situación necesitamos un cambio radical, pero, ¿cómo construir un orden social y económico próspero y justo en que el ciudadano, sobre todo la juventud, perciba que aquí se les puede abrir un horizonte de futuro? Al respecto, algunas preguntas incómodas se atraviesan como los obstáculos formidables en el empeño de alcanzar tales objetivos, que en el marco de esta reflexión no las vamos a ignorar porque de la respuesta que podamos dar a las mismas dependerá en mucho la posibilidad de concretar un proyecto de cambio sociopolítico que haga resurgir la esperanza. Semejante a otras experiencias históricas recientes del continente latinoamericano, ello si se tiene presente a Bolivia en los últimos lustros, Ecuador con la Revolución Ciudadana del movimiento político de Rafael Correa, Nicaragua sandinista, Brasil a partir de Lula y Dilma, Argentina con Néstor y Cristina, Chile con el retorno a la democracia, Cuba que impertérrita nadie le gana o muy pocos en los campos de la educación, el deporte, la medicina y la investigación básica y aplicada.

De acuerdo, no es que haya modelos puros y que los señalados sean paradigmas inmarcesibles pero lo cierto es que hay que hacer un cambio radical del entorno sociopolítico actual en Venezuela, pero: ¿con cuáles actores sociales? O eso que algunas veces hemos leído que ciertos tratadistas llaman "la mediación", el instrumento político, pues.

¿Con quienes respaldan al presidente de la ANC y dizque están elaborando un Plan país con fines de reestablecer la democracia liberal? Así, a finales del mes julio del presente año en acto de graduación de postgrado en la UPEL-IPB, oímos a un viejo maestro socialdemócrata disertar en ese sentido y nos lo confirmó el compañero que teníamos al lado e interrogamos sotto voce.

¿Será ese el líder emergente de la nueva Venezuela? ¿Que no es éste un tarambana que no para mientes con quién se alía y por eso se retrata "relajado", sin remordimiento alguno con paramilitares en la frontera colombiana? ¡Qué esperanza! Como dicen en mi caserío El Hato de Baragua.

¿Con el agente de las trasnacionales que ya presuntamente se ha enriquecido con negocios non sanctus? Pues, es fama que en los 8 meses que suma como "Encargado" se "embolsilló" los bonos 20-20 de PDVSA, repartió porcentajes entre sus familiares y amigos, según; también dizque "se raspó" unas donaciones u aportes privados y así anda por ahí supuestamente "congelando", "protegiendo" o apropiándose indebidamente ciertos activos de la república en Estados Unidos, caso Citgo, filial de PDVSA u otras empresas nacionales que estaban "papaya" en Panamá o Costa Rica y Colombia (Monómeros y otra que entregó al "Filósofo del Zulia, a tenor lo oído en "Con el mazo dando").

Todo eso en connivencia con la administración Trump y países del Grupo de Lima, que últimamente se pudo ver estuvieron reunidos en Nueva York, a propósito de la 74° Período de sesiones de las Naciones, hablando en inglés con "El Papá de los helados" y rogando que siga apretando su torniquete, siempre humanitariamente, claro. Ah, son además los que cantan loas a las sanciones económicas-financieras de Obama y Trump, dirigidos a funcionarios gubernamentales, pero resulta que esos son los que hacen las compras de medicinas, alimentos para todos en la república y demás rubros que son la base de la economía nacional y por eso es que ahora todos somos parte de los sectores sociales más vulnerables.

El cambio, ¿será entonces con el gobierno de Maduro y sus equipos económicos del BCV y ministros acosados por la coyuntura tan adversa en que nos encontramos, con quienes vamos a construir el cambio? Altos funcionarios que por cierto constantemente están para bien o para mal en la boca de todos, ya que como parte del pueblo llanos estamos cada vez más flacos. Los sueldos y salarios ya no nos alcanzan para comprar ropa, zapatos, comida ni medicina; nada. Pero tampoco las ollas comunitarias de las iglesias nos sirven, porque ni que uno comiera solo los domingos al ir a misa o al culto evangélico. Esa caridad más bien ofende, ¿será eso parte de la Doctrina Social de la Iglesia?

Dato importante. Un nuevo orden social y económico para Venezuela actual, no es que se va a proponer; ya se viene construyendo. No lo dudamos. Porque la rueda de la historia con sus procesos objetivos en los planos económicos y políticos avanzan como los rinocerontes cuando ven fuego, precipitados y avasallantes. Así se perfilan líderes nuevos y proyectos subterráneos o en las catacumbas, que dicen; seguramente la cosa va caminando por la iniciativa de muchos emprendedores empresariales, comerciales y o de los servicios médicos y educativos. Los que apuestan por Venezuela.

Así, por la vía de los hechos va emergiendo un nuevo orden social aun en el entorno tan volátil actual y muy a pesar de las narrativas y prácticas de los líderes formales de los sectores políticos. Así, el cambio se está construyendo, a troche y moche, pero sin aspavientos. Ergo, la cuestión está en nuestras manos como pueblo, porque la esperanza es la última que se pierde.

Finalmente, el gobierno, la gente que controla el poder, son quienes deben ponerse en sintonía con las demandas sociales de la nación cuyo principal factor como sostiene Enrique Dussel es la polisémica categoría pueblo, porque es su deber acompañar la organización popular; también la oposición democrática tiene el mismo deber, pero eso parece que pocos lo comprenden cabalmente y actúan en consecuencia. En Venezuela hace mucha falta la formación y discusión política.

El cambio, si bien tiene expresiones concretas en el plano que llamamos de las estructuras objetivas de la economía y la política, es ante todo cultural, actitudinal.

La esperanza de Venezuela tiene que ver con la construcción de una nueva ciudadanía, que fue con lo único con que estuvimos de acuerdo con la disertación que hiciera el maestro universitario cuyo nombre olvidamos en el referido acto donde fuimos "recipendiarios" de un postgrado. Ese día sentimos que la universidad trasciende las ideologías y que nuestros líderes de ambos bloques políticos tan heterogéneos están muy lejos de esos discursos profundos de la nacionalidad, esa es parte de nuestra crisis de pueblo, si parafraseamos a Mario Briceño Iragorry que recordáramos también recientemente en una tertulia con el distinguido médico Dr. Julio Batista.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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