Encuesta de mercado

Mes a mes el portal oficial Patria.org nos envía a nuestras cuentas personales su patética y triste ENCUESTA DE MERCADO. Por más que le doy vueltas a esta encuesta, no le encuentro un sentido lógico. Obviamente le permite determinar al gobierno revolucionario la dimensión de nuestra hambre particular, pero como herramienta informativa directa y penosa, no ayuda en nada a paliar las penurias de nuestras miserias más hostiles. Yo, por ejemplo, a lo sumo puedo responder con el SI a tres o cuatro artículos. Si se trata del rubro azúcar, no respondo SI porque tengo un kilo de azúcar, sino porque mi esposa compró ayer una "tética" de 1.800 bolívares para endulzar el café. Una lágrima de azúcar, como dice mi madre María Pérez.

La lista de productos alimenticios y de aseo personal de esa ENCUESTA DE MERCADO abarca 33 productos. ¿Qué hace el gobierno con las lastimosas respuestas? La verdad, no lo sé. Durante estos cinco meses de 2019 sólo he recibido la bolsa del CLAP una vez. De modo que la ENCUESTA DE MERCADO no tiene relación con la operatividad del sistema CLAP. La palabra MERCADO sobra dentro del argot familiar. Nadie hace "MERCADO" en Venezuela; ni pobres ni ricos. Se necesitan 50 salarios mínimos para hacer el mercado de un mes para una familia de seis miembros (Padre y madre, esposos y dos hijos).

Esa ENCUESTA DE MERCADO tampoco tiene relación con el Programa de Protección Social, cuyos montos recién actualizó el gobierno en mayo de 2019, porque no cubren los gastos de esa lista ni siquiera en un 10%. Una familia de 6 miembros recibe por Hogares de la patria Bs. 40.000, y el costo de la lista de la ENCUESTA DE MERCADO supera los 400.000 bolívares. Otros pagos de esos planes incluyen a Parto Humanizado (Bs. 26.600), Lactancia Materna (Bs.26.600), José Gregorio Hernández para discapacitados (Bs. 16.000), Economía Popular (Bs. 16.000), Chamba Juvenil (Bs. 16.000) y Somos Venezuela (Bs. 16.000). Suponiendo que una familia de seis miembros tenga una embarazada o una recién parida, dos ancianos, un discapacitado y sólo un trabajador activo ganando salario mínimo (no pensemos en una pobre mujer sin marido con cinco hijos menores, viviendo arrimada en casa de sus padres, que sería lo peor, pero es lo que ocurre mayormente), esos beneficios o planes de "protección social" son poco menos que una limosna. Además, creo que ninguna familia recibe todos los planes juntos.

Para responderle al gobierno nacional esta ENCUESTA DE MERCADO le informo los precios actuales de cada rubro, a ver si de ese modo comprenden de una buena vez por qué el NO en todo el país le gana al SI. Visto esto, es absurdo seguir respondiendo esa encuesta como un mecanismo bobo que no sirve para nada.

Atún enlatado: Bs. 20.000.

Carne de res: Bs. 30.000 el kilo.

Huevo de consumo cartón: Bs. 27.000.

Mortadela: Bs. 14.000, la de kilo.

Sardina fresca: Bs. 2.500 el kilo, sin filetear ni limpiar.

Leche pasteurizada: Bs. 25.000 (envase de 2.5 litros, o garrafita).

Pollo beneficiado: Bs. 25.000 (peso promedio 2 kgs.).

Mantequilla: Bs. 13.000 (medio kilo), Bs. 26.000 (un kilo).

Sardina en lata: Bs. 10.000.

Arveja: Bs. 6.000.

Lenteja: Bs. 6.000

Caraota: Bs. 12.000 el kilo. Bs. 6.000 medio kilo.

Frijol: Bs. 10.000 el kilo.

Aceite comestible: Bs. 13.000 el litro. Puede conseguir en menos según su tipo.

Arroz blanco de mesa (Tipo 1): Bs. 5.400, Bs.5.800 ó Bs. 6.500.

Azúcar refinada: Bs. 6.500.

Café molido: Bs. 36.000 el kilo. Se compra al menudeo en "teticas".

Harina de maíz precocida: Bs. 11.000 (Grupo Polar), otras marcas Bs. 8.000

Harina de trigo uso familiar: Bs. 10.000.

Mayonesa: Bs. 13.000, envase pequeño.

Margarina: Bs. 13.000, de medio kilo.

Harina de trigo panadero: ¿¿…?? ¡¡cdlm!!

Pasta alimenticia: Bs. 10.000 el kilo y Bs. 5.000 medio kilo.

Salsa de tomate: Bs. 10.000, la pequeña.

Sal de mesa: Bs. 3.500. Alguna marcas superan ese precio.

Cloro: Bs. 6.800. El cloro artesanal cuesta un poco menos.

Detergente en polvo: Bs. 40.000 el envase de 2,7 kgs. Otros de menor peso Bs. 12.000, 15000 bolívares.

Desodorante: Bs. 13.000 (Mum bolita). Lady Speek para damas cuesta más.

Jabón de tocador: Bs. 1.900 el más barato.

Crema dental: Bs. 8.000 el tubo de 100 grs. No alcanza para un mes.

Papel Higiénico: Bs. 7.000 el rollo, paquete de 4 rollos Bs. 30.000.

Toallas sanitarias: Bs. 2.700, las de peor calidad y tamaño pequeño.

Jabón de panela: Bs. 14.000. El jabón brasilero, de muy mala calidad, cuesta menos.

Señor ministro Hugbel Roa, sume todos esos precios y redúzcale a ese monto total mi sueldo de profesor universitario jubilado, con categoría asociado y doctorado incluido, de Bs. 96.700, según la tabla chimba de ustedes del mes de mayo de 2019, y verá por qué los profesores universitarios de Venezuela nos estamos muriendo de hambre, o están abandonando las universidades públicas para irse fuera del país, mientras usted no hace nada para reconocer nuestras escalas salariales reales. Peor aún, no hace nada para pagarnos las prestaciones sociales a quienes estamos jubilados desde 2011, después de 25 años de servicio, esperando esa miseria del Estado venezolano. ¿Usted no siente cargos de conciencia por esto? La historia habrá de aplastar su nombre contra algo que huela a cloaca o peor que eso.

Frente al descalabro de los precios de los alimentos y la hiperinflación inducida o devenida de malas políticas gubernamentales y controles de precios, no sirvieron de nada el Indepabis (Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios, del año 2008) ni el Sundde (Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos, de 2015), como tampoco lo fue el anterior Indecu (Instituto para la Defensa y Educación del Consumidor y del Usuario). Mucho menos sirvieron para nada las tres leyes que en esa materia promulgó el Estado: La Ley de Protección al Consumidor y al Usuario (2004) ni la Ley Orgánica de Precios Justos (2015) y la Ley Constitucional de Precios Acordados (2017).

Estas leyes debían garantizar, entre otras cosas, el resarcimiento de daños a los consumidores y el control de los abusos en el sobreprecio de los alimentos básicos. ¿Cómo se vulneraron todos estos dispositivos y controles? Muy fácil. Las Fuerzas Armadas asumieron el control de los alimentos y el generalato y el coronelato se lucraron impunemente con el gran negocio de la comida del pueblo, o bien directamente o a través de testaferros enriquecidos de la noche a la mañana, con su punto en oro en el gran negocio de los alimentos en las minas de Guayana.

Tan así, que ningún distribuidor de alimentos ni ningún abasto grande del país tiene garantizado el suministro de alimentos sino no pasa antes por el filtro y la chequera de algún militar de alto rango o sus enlaces claves. Quizás con excepción del Grupo Polar, que por su parte se mofa, se burla y se ríe de los controles de precios del gobierno revolucionario, todo lo demás es una mafia acérrima. Un pulpo de mil brazos. Toda una articulación de estrategias, de influencias, de tácticas, de claves y de poderes.

Ni el Indepabis estableció sanciones, procedimientos o penalizaciones ejemplares, ni el Sundee protege al consumidor, al comprador de alimentos, a pesar de poner a su disposición medios de denuncia, puesto que no cierra a ningún negocio, ni se detiene o multa a ningún comerciante (asiático o nacional) explotador. En algunas partes resultan visitados algunos comercios por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, y el asunto se resuelve con una buena mesada, y si te veo no te conozco.

Ni el ministerio de planificación, ni el ministerio de comercio ni el ministerio de alimentación ni ningún otro ministerio pudo nunca cortar la cabeza al monstruo de la corrupción de las Fuerzas Armadas en el gran negocio de la comida del pueblo, ni aplicó la ley ni dio pie con bola en este descalabro del poder adquisitivo de los venezolanos. ¿Qué todo es culpa del Dólar Today? No me hagan llorar. Se inventaron también el "pago electrónico" con el Pago Móvil, porque el comercio digital evitaría la inflación y la carestía de los precios; luego la eliminación los tres ceros de nuestra moneda nacional (conversión monetaria), para darle al bolívar fuerte el nuevo valor de bolívar soberano; hasta que finalmente el Banco Central de Venezuela le eliminó todo aditamento inútil, y lo dejó como empezó: Bolívar pelao. Dios mío, esto da risa y vergüenza ajena. En Venezuela sólo tiene valor real el oro, el dólar y el real brasilero. Con excepción del billete de 500 bolívares lo demás no sirve ni para el limpiarse el ano.

Los antiguos MERCAL, PDVAL y Abastos Bicentenarios, si bien cumplieron una primera misión de ofrecer alimentos en buen estado a precios muy accesibles a los más pobres (recuérdese que los ricos no compraban ahí por la vergüenza de tener que juntarse con las chusmas del pueblo), terminaron por sucumbir en las manos de mafias de corruptos, entre las cuales las fuerzas armadas y los gobernadores de estado llevaron la batuta. Mucha comida de Mercal y Pdval salía de los depósitos por toneladas hacia destinos desconocidos, mientras en las sedes y locales de esos sitios de ventas se hacían colas inmensas. Por ahí empezaron las posteriores colas de la escases que luego desembocaron en las guarimbas criminales y en la victoria de la oposición al hacerse del control de la Asamblea Nacional.

Pero insistiendo en el tema de las mafias de los alimentos en Venezuela, las carreteras del estado Anzoátegui son un poema. Caravanas de cavas y gandolas con 20, 30, 40 toneladas de arroz, pasta, harina, azúcar, aceite, entre otros rubros, cumplen el ritual de mostrar en los controles de la Guardia Nacional el papeleo legal vigente para que estampen los respectivos sellos, mientras emprenden su rumbo para Las Claritas, Tumeremo, El 88, o cualquiera otra zona minera de Guayana. Todo legal. Todo correcto. Sin algo sale mal basta una llamada al General X y asunto resuelto. Eso si, al cabo o sargento osado, que se atreva a requisar o detener alguna mercancía, le sale pagar un plantón cruel por meterse en la boca del tigre. ¿Quién puede contra esto? Me quedo mirando la ENCUESTA DE MERCADO de Patria.org, medito y la verdad me voy al baño a defecar. Lo hago por mi salud física y moral. También por rabia e impotencia.

ENCUESTA DE MERCAD

Atún enlatado: SI___ NO___

Carne de res: SI___ NO___

Huevo de consumo cartón: SI___ NO___

Mortadela: SI___ NO___

Sardina fresca: SI___ NO___

Leche pasteurizada: SI___ NO___

Pollo beneficiado: SI___ NO___

Mantequilla: SI___ NO___

Sardina en lata: SI___ NO___

Arveja: SI___ NO___

Lenteja: SI___ NO___

Caraota: SI___ NO___

Frijol: SI___ NO___

¡Perdónalos Dios mío! ¡No saben lo que hacen!!

PD. ¿Uds. quieren SI en todas las respuestas? Apliquen la encuesta en las minas.



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3362 veces.



José Pérez

Profesor Universitario. Investigador, poeta y narrador. Licenciado en Letras. Doctor en Filología Hispánica. Columnista de opinión y articulista de prensa desde 1983. Autor de los libros Cosmovisión del somari, Pájaro de mar por tiera, Como ojo de pez, En canto de Guanipa, Páginas de abordo, Fombona rugido de tigre, entre otros. Galardonado en 14 certámenes literarios.

 elpoetajotape@gmail.com

Visite el perfil de José Pérez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: