No es fácil escribir en ésta Venezuela de ahora, pues lo mínimo que se le puede endosar a quien es crítico es algún articulado de la "Ley contra el odio".
Desde hace varios años en Venezuela se vienen perdiendo las cosechas en los campos cultivados, por una o varias razones.
Todo Gobierno de Nación alguna, medianamente por decir lo menos, planifica su economía y Venezuela no debería ser la excepción, más aún cuando se dice desde el sector oficial que se nos tiene "una Guerra economica", que estamos bloqueados o que el Imperio gringo conspira.
El pueblo venezolano, y el pueblo campesino, más allá de compartir o no las ideas de quienes ostentan los cargos del poder nacional siempre estará presto a hacer el necesario aporte particular o colectivo para no dejar que la Patria caiga, creo ello ha quedado bien demostrado, luego de la aguda crisis que tuvo su clímax en los años 2017-2018, y refrendado en los años de la Pandemia 2020-2021.
De ese ejército de campesinos y agricultores la cuota mayor siempre la ha aportado el sector de los pequeños y medianos agricultores que salvaron a la Nación con sus aportes para la ración de mangos y cambures.
Este mismo sector es el que hoy se ve más golpeado por una cadena de eventos que no se observaban desde finales de los años noventas con las masivas importaciones de productos agrícolas.
La prensa, los críticos y en las Academias se rumoraba que aquellos Ministros de Agricultura eran complacientes con el sector de los grandes Agroindustriales.
Para el año 1998, previo a las elecciones presidenciales la protesta de los llaneros se hacían con caravanas de tractores para denunciar las importaciones de maíz desde el extranjero, mismo año en que los caficultores larenses tomaron la sede de la, hoy, UEMPPAT en Barquisimeto para quemar públicamente lotes de café y permanecer allí por más de quince días, pues no se cubrían los costos de producción.
Años antes, en la segunda presidencia de Carlos Andres Perez, ya se botaba tomate por los barrancos y desfiladeros al no lograr precios que sufragaran los costos de producción y que al parecer aquellos bajos precios se debían a que los industriales de la pasta de tomate habían importado pasta de tomate desde Brasil.
Hoy se sabe que el mayor productor mundial de pasta de tomate está en China y hasta lo apodan "El Zar del tomate" (Ojalá el Fiscal investigue y no sea que llegó un poquito de pasta de tomate importada).
En la actualidad, uno de los recursos que democratizan la información son los fulanos videos de los "tik toker" que convirtiendo a cada usuario en un potencial denunciante han logrado viralizar una gran cantidad de videos que muestran, indirectamente, la nula rentabilidad de la agricultura que en gran medida tiene a un culpable en las masivas y presuntas importaciones de papa colombiana, maiz, arroz, caraotas argentinas, café verde y molido colombiano, ajo chino, azúcar para refinar, grasas y aceites vegetales, etc etc.
Tres años atrás no se observó éste fenómeno de "Agricultura de Puertos " como en estos dos últimos años.
Han sido dos años de duro golpe a la agricultura venezolana que hoy "derrama el vaso" con una falta de coordinación oficial para el suministro del combustible para las zonas agrícolas.
Hé allí la razón de los videos, pues no hay ni existe instancia que canalice eficazmente éste exhorto de desesperación.
Ni consejos comunales, ni Alcaldías, ni Concejos municipales, ni Asambleas Legislativas, ni ZODIS, ni representantes de UEMAT, ni Diputados, ni Ministros, ni Defensoria del Pueblo elaboran un Plan de respuesta o alternativa, de allí la impotencia derivada en protesta que al parecer es efectiva, pues hace reaccionar a la Fiscalia General de la República pero, al revés ya que se intenta criminalizar a las víctimas, sin considerar el derecho a la protesta.
Recuérdese que meses antes ya resultaron acusados algunos dirigentes de los caficultores por exigir demandas de precios a instituciones del Estado y aún continúan detenidos, con retardo procesal.
La investigación que debe ordenar el Señor Fiscal de la República debiera ser en otro tenor, pues la responsabilidad del desastre actual no sólo radica en otra falta temporal, más acentuada, del combustible sino en lo que se viene haciendo con el ingreso desproporcionado, extemporaneo y presumiblemente concertado entre empresas de maletin y altos políticos para permitir las importaciones de muchos rubros que acá podemos producir.
Me solidarizo con los hoy amenazados desde la Fiscalia y a ésta instancia y a otras que conforman el Estado Venezolano les pido ser más certeros, más precisos y más eficaces con sus apreciaciones y su accionar.
La culpa no está en los pequeños agricultores. Hay algo que está funcionando mal y no es de éste lado.
Ing. Agro. MSc. Freddy Colmenárez-Betancourt / Agricultor / 11.585.479 / Lara, Venezuela, junio, 2023