No salimos de una, para meternos en otra...

Abre boca del equipo venezolano en el -clásico mundial de béisbol
2017- con pan escaso y, por las nubes a ritmo de Caballo Viejo como
harina sin sabana y algo más.

Así de fácil: cuando no es un asunto político a lo madurista de alto
relieve, es cualquier circunstancia, circunstancia al fin que implican
a la larga una decepción bien ruidosa que entierra lo que antes como
aclamación y alabanza corre por los medios de engrandecer con la mayor
exageración posible de donde vienen los también ruidosos comentarios
que nos tipifican como una maravilla sin haberse realizado la acción
in situ, pero ufanados por el gran sentimiento patrio de la gloria del
éxito que revelan y desvelan lo que somos una vez que se actúa, es
decir, siempre estamos a la expectativa de llegar a ser, lo que
después nos entierra como la vana realidad de lo que no fuimos capaces
de lograr que era el triunfo y, así seguimos y, nos excusamos, hoy no
mañana sí y, nos envalentonamos al expresar, lo importante es competir
-si de deportes se trata- y, no ganar. ¡Buen consuelo como subterfugio
de ánimo!

A veces una cosa se antepone a la otra y nace una buena noticia que
abre espacios y secunda los malos momentos que en este país son
consuetudinarios que a veces son más que los buenos, pero como lo
mismo nos da, un pedazo de disfrute que calme los ánimos y nos dé
parte de entrar en la justa dimensión de que el gobierno se reubica
por el buen camino y, para consolar a la región capital a tal efecto a
partir de hoy habrá la apertura, para comenzar de 10 panaderías
comunitarias con la consigna bien estrujada de acierto, pan para todo
el mundo y se rumora a correr de boca que pueden ser miles, ya que los
veteranos como viejos panaderos actuales que hay en Venezuela no le
paran a nadie con las riendas sueltas de la especulación que no le
hacen caso a faceta, ni obedecen a frenos legales mucho menos
pasarriendas políticas y, por tal situación están fuera de control por
falta de autoridad y buena levadura de pueblo que en tal caso se cala
sus colas y aceptan los precios en que amanece bien encogido el pan
cada día con otro precio, así sea pan ácimo que es mejor que un pam,
pam callejero.

El presidente Maduro bien entusiasmado y como presidente al fin bien
abrigado por el uniforme azul de Venezuela y del fanatismo de seremos
campeón, no escondió la euforia que despierta un equipo como selección
con muchos días de preparación, para ir a descoser la bola en ganancia
sobre los adversarios a confrontar en el terreno y en esa espera de
que tenemos los mejores grandes ligas del momento que refuerzan la
liga americana y nacional de los EEUU como una maldición de pobreza
más en su primera noche que le correspondió enfrentar a Puerto Rico,
caímos como unos novatos por un nocaut once a cero. Y, muchos,
incrédulos repitieron, eso no importa, recuerden que el primer maíz de
siembra es de los pericos, pero lo peor fue que los pericos de Méxicos
también nos sonaron duro once contra nueve, no obstante por razones de
reglamento México quedó eliminado de la serie y Venezuela e Italia
jugarán por la noche el partido de desempate del grupo D con Puerto
Rico clasificado y, si gana Venezuela lo más posible que comeremos pan
calientico oloroso a mastranto embadurnado de queso parmesano que no
es lo mismo haber comido antes a placer, con una buena salsa a la
napolitana dente si hubiéramos salidos airosos en el primer encuentro,
pero...

Venezuela es Venezuela ni como Venezuela hay dos que perdiendo también
se gana a decir de Trump que, nos tiene en la mira de sus cavilaciones
y espera que nos echemos en la alfombrita de sus conveniencias y
dejemos de ladrar feo que con tanto perro suelto en América Latina y
sin collar, para más vaina, no deja de preocupar a quien nos quiera
morder de rabia de rabia loca.



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Esteban Rojas


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