Cero impunidad

Luego de la extraordinaria exposición de Antonio Aponte en su columna UN GRANO DE MAIZ del día de ayer 25 de agosto publicado en Diario Vea, la contundencia del mensaje nos lleva a escribir al respecto para intentar atar cabos en un tema por demás preocupante. La derecha usa descaradamente el engaño y la manipulación de las herramientas que le ofrece el viejo estado burgués, no porque sean demócratas y respeten las leyes sino porque en el fondo el andamiaje del actual estado les defiende sus intereses aún. Es natural que ocurran estas cosas en este tipo de circunstancias, el revolucionario en esencia debe motivarlo la nobleza de sentimientos y por esa razón desde el mismo momento que la revolución bolivariana nos despejó el camino y comprobamos que por la vía pacífica es posible hacer una revolución, nos convencimos que la haremos por esa vía y todo el esfuerzo está dirigido en este sentido, eso nos hace proclives al exceso de tolerancia que a veces raya en la estupidez; por el contrario, la derecha nunca juega limpio, siempre tiene una carta oculta bajo la manga, no hace nada sin un plan conspirativo, por eso ellos defienden la legalidad cuando les conviene, cuando no, le dan una patada a la mesa y no juegan más, es lo que están haciendo desde el arribo de Chávez al poder, incluso, desde mucho antes de ello, recuerden la separación de las elecciones parlamentarias de las presidenciales en 1998 para tratar de negar la posibilidad de que Chávez tuviera mayoría en el extinto Congreso Nacional, luego el intento de golpe de estado del yerno de Caldera y para aquel entonces comandante general del ejército, General Rojas Pérez; luego las maniobras en contra de la reelección continua en los debates de la Asamblea Nacional Constituyente...alguna vez el diputado Luis Gamargo, Nikita, me comentó el tema y me señaló que la propuesta era la de darle libertad al pueblo para que decidiera cuantas veces elegían a una persona para un determinado cargo, le pregunté ¿Porqué no se aprobó? La respuesta fue lacónica, "mucha mano pelua". Luego hubo la necesidad de llamar a una enmienda para aprobar lo que es lógico, si el pueblo ejerce el poder, el tiempo no puede conspirar contra sus aspiraciones. Podemos concluir que la derecha venezolana, al igual como ocurrió en Chile, hizo uso de la legalidad hasta donde les convino, luego acabó con toda norma, incluso las hechas por ellos mismos.

El texto de Antonio Aponte en su artículo (La respuesta) nos invita a explorar un tema que siempre lo vamos a tener en el tapete, enfrentamos a un enemigo ladino, que engaña, manipula e intenta con sus ideas burguesas detener a como de lugar la profundización de la revolución y la proliferación de ideas revolucionarias, por eso odian cada día más a Chávez, sobretodo cuando se dan cuenta que cada día afinca más la mirilla, despeja el camino y abre la senda del socialismo. En este sentido no podemos dejar de referirnos a un comentario hecho por Mario Silva, en comentario hecho a la columna de Antonio Aponte; el tema de la impunidad. La forma como la burguesía conspira, llama a la guarimba, desconoce el gobierno, mina las instituciones del estado, atacan a Chávez de la manera más despiadada; mienten, mienten y vuelven a mentir, es su tarea y la cumplen eficientemente, en esa medida las instituciones revolucionarias deben actuar contundentemente para hacer cumplir las leyes y defender la institucionalidad revolucionaria y primordialmente al líder de esta revolución. Para nadie es un secreto que la mejor arma para derrotar la estrategia oposicionista es profundizando la ideología socialista, fortaleciendo la institucionalidad revolucionaria haciéndola ágil y efectiva, capaz de dar respuesta contundente ante cualquier plan por desconocer al estado revolucionario, mientras tanto, la burguesía pretende confundirnos muchas veces y eso trae como consecuencia que ciertas veces nos paralicemos tal cual lo señala por Aponte, sin embargo, existe un flanco que está ayudando mucho a la burguesía y sus planes dirigidos por el imperio: las deficiencias internas. Este ha sido un tema abordado en otras oportunidades, hoy nos vamos a referir a la gran cantidad de personajillos que se colaron en los partidos de la revolución para luego dividir y hacerle daño a la revolución, sin embargo, nuestra legislación no condena el delito de traición a las ideas, a los principios revolucionarios, es decir, nosotros mismos nos cercamos. La burguesía es más práctica, quien no comparte sus ideas sino es asesinado le tocará muchas veces "atravesar el desierto" en la más completa soledad.

Seguimos usando "las armas melladas del capitalismo" cuando legislamos y no tomamos en cuenta factores esenciales del sistema capitalista que combatimos y adecuamos nuestra legislación a lo que requiere la revolución ¿Qué nos preocupa? ¿Qué nos critiquen? Preocupémonos cuando no lo hagan. El capitalismo valora y premia la traición cuando ésta es contra el pueblo, el traidor es vitoreado y catalogado de "gran personaje", "respetable señor" y cualquier otro epíteto rimbombante. Es así como después de ser ridiculizado un personaje como Ismael García, ahora, hasta programa de televisión tiene y a pesar que solo se llevó cuatro gatos "hacen más bulla que carro viejo". Ahora Ismael es "un experto analista" de la política venezolana. ¿Como interpretar lo que le señaló en la Asamblea Nacional a un diputado Cilia Flores, donde le recordó que luego de ser electo con los votos de Chávez, ahora se arrepiente de ser chavista y que esto no solo sea el recordatorio de la diputada Cilia Flores sino que haya la forma de sancionarlo, aunque solo sea sacándolo del cargo que ostenta? ¿Como lograr que ese no solo sea un recordatorio sino una sanción ejemplarizante para el traidor? La diputada Flores le recordó lo que por moral debería hacer ese diputado, pero ¿Se le puede pedir actuación moral a estos personajes? ¿Como sancionar política y jurídicamente la traición, la traición al pueblo, la traición a las ideas? Seguramente estas reflexiones serán motivo de ira para algunos gobernadores, alcaldes, diputados y cualquier otro funcionario que bajo la égida de la impunidad política se atreve a burlarse del pueblo, si bien es cierto que existe el referendo, éste fue concebido más como una medida administrativa, alejado de la rápida y contundente sanción política que debe tener mecanismos expeditos para hacerla posible. Compartimos plenamente que las instituciones del estado revolucionario se manifiesten en base a la ley y actúen en consecuencia, contra la guarimba y los planes desestabilizadores; compartimos el discurso del Coronel Benavides porque vivimos un momento histórico donde la fuerza armada no puede permanecer castrada e "imparcial". Concepto burgués de "la imparcialidad" de la fuerza armada. En el Chile de Allende la oligarquía clamaba por "la imparcialidad" de las fuerzas armadas, pero cuando éstas dieron un golpe de estado contra el presidente constitucional Salvador Allende aplaudieron la no parcialidad de la fuerza armada, entonces de qué vale tanto puritanismo.

Cualquiera puede decir que una de las virtudes de este proceso revolucionario es la paciencia y la tolerancia y eso es cierto, sin embargo, una cosa es la paciencia y la tolerancia y otra muy distinta es la reiterada costumbre a ser pendejo, síndrome que a veces se convierte en azote...muchas veces se es pendejo de buena fe, el propio Chávez lo ha reconocido, pero otras muchas veces hay quienes se hacen los pendejos mientras dejan que la reacción se posesione de espacios importantes porque no cree en el socialismo y en consecuencia actúan en contra del socialismo; lo primero que hacen al llegar a cualquier cargo de poder es armar grupos económicos para "seguir con la fiesta"...de la boca para afuera rinden loas al socialismo pero en la práctica defienden el capitalismo más atroz y no puede ser que ante este tipo de actitudes no pase nada.

Los socialistas no somos apologistas de la confrontación, pero la propia dinámica de la revolución, cuando esta es verdadera, y la nuestra lo es, es que a medida que avanza, los choques con el sistema capitalista son ineludibles...estamos en esos momentos de salto cualitativo y de quiebre histórico, el gran motor de dichos cambios es Chávez, no hay revolución sin Chávez y eso debemos entenderlo todos, pero tampoco hay revolución si seguimos colocando gente en cargos claves que luego le dan una patada a los principios revolucionarios, al socialismo y terminan defendiendo los intereses burgueses y si se les critica se ponen bravos, arremeten con todo aquel que es considerado radical, manipulan el radicalismo con la anarquía cosa que todo revolucionario debe condenar pero estos personajes se convierten en pesados fardos que estancan el avance del pueblo hacia el socialismo.

La burguesía nacional e internacional incrementa su odio contra Chávez, los planes desestabilizadores siguen su marcha, los susurros al oído de gente de la revolución están a la orden del día, el imperio no escatima esfuerzos ni recursos para comprar conciencias y el plan es sacar a Chávez del juego: el pueblo, el partido, las organizaciones sociales y la fuerza armada debe evitar a toda costa que esto ocurra...no tengamos temor a denunciar a los traidores a todos los niveles, si bien no tenemos las leyes que sancionen este tipo de delitos, por lo menos la sanción moral debe aflorar mientras tanto y “se corrijan los entuertos Sancho” como diría El Quijote”… para condenar la impunidad de afuera y de adentro...PATRIA SOCIALISMO O MUERTE...CON CHAVEZ SIEMPRE


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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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