Detrás de la supuesta ayuda de los Estados Unidos a cualquier país del mundo, está el control político y prueba de ello, (Caso Colombia, el más reciente), cuando se disiente de su política, retiran el apoyo y amenazan con cambiar el gobierno o intervenir militarmente, luego de descalificar su liderazgo político.
Así Tituló (RT), "Pretextos y Objetivos, un análisis sobre la conducta de los Estados Unidos hacia los países de América Latina y el diagnostico es diáfano, si lo calificáramos a la manera criolla, diríamos "Más claro no Canta un Gallo".
Los Estados Unidos han manipulado nuestra región a su antojo y aquí no tienen excusa ni los mandatarios, ni los partidos políticos que se han prestado a hacerle el juego. Aquí no hay un "Yo no fui", sino, todo lo contrario, conscientemente se han prestado para ponerse al servicio de los interese imperiales estadounidenses.
En forma sintética, sin ambages, el diagnostico es preciso y determinante, sobre la formas de actuación de los Estados Unidos, para controlar la región y servirse en el más amplio sentido de nosotros:
"Las modalidades abarcan desde guerras abiertas, invasiones militares para deponer gobiernos incómodos, ocupación, neocolonialismo, financiamiento de opositores –incluso armados–, operaciones de falsa bandera, respaldo a dictaduras, difusión de mentiras, manipulación de organismos multilaterales para revestir de legalidad acciones injerencistas e ilícitas y el uso de organizaciones no gubernamentales como mecanismos de desestabilización, por citar algunos 'modus operandi' verificables".
Toda la retórica que han utilizado en su verborrea discursiva para justificar sus actuaciones, en diferentes épocas, no son más que adorno para la torta:
Defensa del Mundo Libre, Defensa de la Democracia, Lucha contra el Terrorismo, Lucha contra el Narcotráfico, entre otras, algunas de las cuales han sido bandera hasta de sus héroes de comiquitas, son pura bagatelas.
Su objetivo ha sido utilizar nuestros países, en todo sentido, políticamente y económicamente para consolidar su hegemonía mundial y esto sigue siendo igual en pleno siglo XXI, donde han cambiado rostros y situaciones, pero donde los objetivos y pretextos de los Estados Unidos, mutatis mutandi, son los mismos.
Agrega la investigación:
…..los territorios de América Latina y el Caribe devinieron en blanco privilegiado para el expansionismo y la dominación gradual pero incesante de Washington en la región, que ha reclamado en no pocas ocasiones como parte de su área de influencia inmediata, cuando no denominado su 'patio trasero'.
Y es lo que pretenden continuar desarrollando. No hay duda de ello, y el que lo dude o es ignorante craso o de mentalidad entreguista.
Trump, no lo oculta, toda su actuación lo pone de manifiesto, o es que acaso, para poner un ejemplo, no dijo y así lo publicó la prensa interna de ese país y los portales internacionales: "Por un tris, no me apoderé del petróleo venezolano". En otras palabras, por poco se lo roba.
Es decir, en función de sus intereses, no les importa la Auto Determinación de los Pueblos, ni su Soberanía, ni sus gobiernos legítimos y constitucionales. Eso a Demócratas y Republicanos, le sabe a Casabe, aunque hayan firmado tratados internacionales que contemplan estos derechos.
A ellos, lo que los motiva son los intereses de los Estados Unidos y si para ello, tienen que atropellar a las demás naciones, lo hacen sin importarle las consecuencias y luego, lo justifican.
Hoy por hoy, cuando la retrospectiva histórica ha puesto de manifiesto la conducta de los Estados Unidos como país hegemónico e interventor; cuando pretenden continuar explotando nuestros recursos naturales (En América Latina) y utilizándonos para fortalecer su hegemonía mundial, no caben excusas posibles, ni exculparse por errores.
Si un gobernante, partido político, individualidad u organización social se pone al servicio de esos intereses imperiales, lo está haciendo con todo el conocimiento de causa, conscientemente, lo hace por servidumbre no por error y no podrá, a futuro, excusarse con el "Yo no Fui".
