Hoy, hacer lo correcto es, impulsar la insurrección continental anticapitalista

Estamos en medio de la crisis estructural del país que ostenta la mayor "industria de la matanza de gente", nos estamos refiriendo al imperialismo norteamericano, lo cual se convierte en una oportunidad inigualable que le ofrece la historia a las clases trabajadoras suramericanas de transformarse en una fuerza material continental para tener la capacidad politica de desafiar la desgastada e injusta civilización capitalista yanki y retomar juntas, las banderas de la Patria Grande y de la Internacional Proletaria Latinoamericana con sus debidas actualizaciones.

En tal sentido, observamos, que no debería haber una sola acción por parte de las clases empobrecidas de "Nuestra América", por muy insignificante que estas aparenten ser y de escala local que fuere, que no se reposicionen sin contener el impulso insurreccional anticapitalista continental, y mucho menos, si todo este renovado accionar revolucionario no venga acompañado de la propuesta de instaurar una nueva geometría del poder; la edificación de un nuevo gobierno continental conformado por las Naciones Confederadas de la Patria Grande; dirigido y controlado por las mismas clases trabajadoras ya liberadas de las lógicas del capital; que sea contrario a cualquier tipo de mesianismo y determinismos históricos pero reivindicando el principio de la responsabilidad colectiva en la conducción del mismo.

Sin lugar a dudas, que en este proyecto contemporáneo de equilibrio del universo como es la Patria Grande y del Internacionalismo Proletario Latinoamericano, ha de incluirse también al pueblo trabajador norteamericano lo mismo que el canadiense.

La civilización capitalista gringa está agonizando, sus tres pilares sobre los que se sostenía se vienen debilitando: el dolar, la democracia representativa y el poderío industrial-militar. Por consiguiente, la fuerza que ostentaba se está disipando, entró en barrena. Ya no luce su otrora status imperial mundial, ahora debe compartirlo con China y Rusia, si estamos de acuerdo con Immanuel Wallerstein, en pocas décadas ya dejará de serlo.

Por lo tanto, ya no es ningún atractivo de vida paradigmático para los pueblos de América Latina y el Caribe, solo ofrece discriminación social, destrucción nacional y desgracias sociales, inclusive al mismo pueblo norteamericano y canadiense. El único recurso que le queda al imperialismo yanki es recurrir al brutal neonazismo trumpeto que viene causando un gran malestar dentro de la misma sociedad norteamericana y transfiriendo a los hombros de la envejecida Europa los gastos de una guerra criminal - que están perdiendo - contra la heroica y poderosa Rusia usando a Ucrania. Mientras los EEUU se enfrascan en otra guerra contra China que claramente también la están perdiendo.

"El Nuevo Siglo Americano" que tenían planeado imponerle a los pueblos del mundo, se está hundiendo en sus propias contradicciones y la misma suerte cooreran las clases dominantes lumpenburguesas lacayas y corruptas latinoamericanas que han servido de sostén del modelo de dominación y explotacion capitalista contra sus mismos pueblos, en un intento por conservar sus privilegios, como bukele, noboa, milei y maduro por solo nombrar algunos. No obstante, serán arrastradas como la hojarasca de la historia ya que son gobiernos de antemano fracasados por ubicarse enfrentados antagónicamente contra los pueblos y sus anhelos de justicia e igualdad social y libertad.

No sería ninguna sorpresa, ante una propuesta como esta que aquí estamos haciendo, aparecieran voces atrasadas y agoreras de ambos lados; tanto de la derecha lacaya progringa como de la izquierda nacionalista burguesa antisocialista. Estas apariciones obedecen a que son fuerzas políticas muertas de retrógrada incandescencia, que viajan hacia su extinción, no son sino ilusiones espectrales, no más. Ya dejaron de tener vigencia, y en la nueva historia que está por comenzar en América Latina y el Caribe no tienen ningún lugar.

Sin embargo, lo que acaba de encender sus luces, es una nóbel y refrescante espiritualidad, que recorre latinoamerica. Se trata de la propuesta de la Patria Grande de Bolivar y el "Proletario de todos los Países uníos" anunciado por Marx, que las oligarquías y los gringos creyeron haber destruido. Esto nos indica, que ningún país de América Latina puede solo construir el socialismo, es necesario juntar todas las fuerzas insurgentes del continente para construir el mundo nuevo.

Por consiguiente y en función de avanzar en lo antes expuesto, proponemos al pueblo empobrecido de Venezuela, organizar todas las fuerzas politicas populares en una Junta Patriótica de Salvación para que sin mayor dilación se encargue de aplicar el Plan de la Patria original 2013-2019. Que de tal manera, llame al pueblo venezolano a reformar la constitución para darle curso al poder popular y a defender el país transformándose en Pueblo en Armas y como parte del Gran Ejercito Libertador Latinoamericano.



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Arnaldo Aguilar Dorta


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