Del juicio a los comandos de asalto del partido nazi, y Hitler en el banquillo como testigo

¿Existe un abogado ciudadanos venezolanos, como Hans Litten, que acuse formalmente en un tribunal de la República a Capriles Radonsky, Leopoldo López, José Ramón Medina, Alberto Quirós Corradi  y Julio Borges?

¿Existe un juez con la hidalguía y honorabilidad, de la que careció el magistrado  Ohenesorge y  declare culpable  a los líderes neofascistas?

I

El abogado Hans Litten  acusa, en pleno ascenso del fascismo  y  desbordamiento de la violencia nazi, en Alemania,  a miembros de un comando de asalto  del partido NZPD. El objetivo de Litten, con su acción legal, es demostrar la a participación de los líderes fascistas, y en especial de Hitler y Goebbels, en los planes y acciones  desarrolladas por las bandas armadas fascistas.

El 8 mayo de 1931,  Litten logra que Hitler sea llamado como testigo en el juicio a la banda fascista “Sturm 33”.  La querella legal, en el tribunal que preside el Juez Ohenesorge, es más o menos desconocida. Benjamin Carter Hett relata ese episodio en su libro “El hombre que humilló  Hitler”.

Desde esa fecha y por su lucha política y legal contra el  fascismo, Hans Litten  es un  emblema de la humanidad. Años después, Hitler  es también derrotado, en los juegos olímpicos de 1936, por el atleta negro Jesse Owen. 

Litten, en su  en su calidad de “El representante legal de la acusación particular” contra la unidad de asalto fascista “Sturm 33”, interroga a Hitler acerca de su responsabilidad y la de los dirigentes nazis, en acciones violentas deliberadas y asesinatos premeditados. Y Hitler presenta una declaración, usualmente fascista,  “El partido nazi rechaza la violencia”.

En el inicio del juicio, el  juez Ohenesorge formula dos preguntas  a Hitler: ¿Sabe usted de la existencia de Sturm 33? ¿Conoce usted a sus líderes?  Y las respuestas, como siempre son fascista: “Absolutamente imposible que en el partido nazi exista una sección de asalto… rechazo de la manera más tajante los métodos violentos…los nacionalsocialistas son absolutamente legales y respetuosos de la Constitución de la República de Weimar y cualquier intento de llegar al poder contraviniéndola conduciría a un innecesario derramamiento de sangre…  significaría faltar a la confianza que sus seguidores han depositado en  su líder”.

Hans Litten tenía un caso rigurosamente estructurado contra Hitler, Walter Stennes (organizador y responsable de los comandos de asaltos) y Goebbels.  Hitler había publicado un artículo en el cual recriminaba a Stennes fallas relacionadas con la responsabilidad asignada, incumpliendo las instrucciones del partido nazi,  de formar y adiestrar las unidades de asalto del partido nazi.  A pesar de ese hecho, de ese  artículo de prensa, Hitler se niega aceptar que Stennes   tiene “ese compromiso con el partido”,  repreguntado por Litten y agarrado totalmente en falta,   declara, siempre en talante y lenguaje fascista "no sabía que un día, a causa de esa expresión, me vería crucificado por un abogado…Las SA tienen prohibido recurrir a la violencia o provocarla".

En el curso del juicio, Litten apela a declaraciones públicas de Goebbels, para colocar en falta y en evidencia a Hitler y a los lideres nazis, tales como: “Al enemigo hay que volverlo pulpa”. Y presenta un artículo del jefe de propaganda nazi, en el cual  sostiene la idea de que  si los nazis son derrotados en las elecciones parlamentarias y se cerraba es vía legal para tomar el poder, los nazis: “Marcharemos contra este Estado. Entonces nos atreveremos a asestar el último gran golpe por Alemania; de revolucionarios de la palabra pasaremos a ser revolucionarios de la acción. ¡Entonces haremos la revolución! Entonces mandaremos al diablo a los parlamentarios y fundaremos el Estado sobre la base de los puños alemanes y los cerebros alemanes".

II

A pesar de las pruebas presentadas, del  coherente alegato de  Hans Litten, el Juez Ohenesorge no declara culpable a Hitler. No hubo sistema jurídico como plataforma institucional que contribuyese a detener y derrotar el ascenso y triunfo del fascismo. Y con Hitler en el poder, Litten padece una serie de encarcelaciones, es objeto de torturas y  muere en el campo de concentración de Dachau. Dicen que fue el Fhürer es el responsable directo de las múltiples detenciones, salvajes torturas y de su muerte. No obstante, ¿Quién sabe?

Lo cierto es que Litten, a pesar de la consolidación del fascismo en Alemania y de Hitler en el poder, se negó abandonar Alemania (él fue uno de los primeros detenidos cuando Hitler llega al poder). Según el testimonio de un camarada de Litten, su respuesta ante esa idea y  recomendación sostuvo que “Millones de trabajadores no pueden irse…así que debo estar aquí también”

Lo cierto, la auténtica verdad es que Litten no sólo puso en evidencia, con pruebas incontestables, a Hitler, y presenta testimonios fehacientes de su participación y complicidad en la organización y realización de las acciones violentas de los comandos de asaltos del partido nazi. Lo esencial de su acusación es que demuestra, en ese juicio y otros que contra la violencia de las “Camisas Pardas”, que  los nazis ya habían decidido instalar una época de violencia cruel en Alemania. Y que Hans Litten  obliga, al fhürer (el cinismo fascista de siempre) a buscar el frágil y deleznable amparo en su declaración de lealtad y   fidelidad a la Constitución de la República de Weimar.

Y quizás la derrota que realmente importa en la vida de Litten  y la de nosotros (exactamente en la vida de la humanidad) es que Hitler llegase al gobierno o al poder, por medio de elecciones en el contexto de un escenario político saturado de violencia nazi. La pregunta se impone ¿Cómo es posible que tal horror aconteciese? Y desde entonces, la civilización occidental,  la democracia y la izquierda están acicateadas por esta pregunta

También dicen que  “poco se sabe de quien fue uno de los hombres más odiados por Hitler”. Quizás su biografía, su historia de vida, es el relato de su interrogatorio a Hitler y sus años de lucha contra la violencia desbocada del partido nazi.

Como Litten es un judío de izquierda, el sionismo ha tendido un manto de olvido acerca de su vida.  La política estalinista y los partidos comunistas también se desentendieron del abogado, del joven “defensor de los comunistas, y azote de  violentos  camisas pardas nazi”,  del militante comunista y anti fascista que se enfrentó dignamente al nazismo.

En un sentido, demasiado evidente para desestimarlo,  este fuera de lugar de Litten está extremadamente relacionado con la vida de Jesse Owens: Cuando volví a mi país natal, después de todas las historias sobre Hitler, no pude viajar en la parte delantera del autobús. Volví a la puerta de atrás, no podía vivir donde quería. No fui invitado a estrechar la mano de Hitler, pero tampoco fui invitado a la Casa Blanca a dar la mano al Presidente.

III

Alberto Quirós Corradi, uno de los viudos de PDVSA, (en su artículo de prensa  “Ahora sí”, El Nacional, 12 de mayo de 2013) afirma que: …el país está dividido en dos mitades con pensamientos tan diferentes que no pueden convivir sin que uno se imponga al otro…Ante el contraste visible…el gobierno tiene que recurrir a la represión que, con el tiempo, deriva en una dictadura sangrienta…Por eso en Venezuela no podemos permitir que el gobierno vaya más allá de donde está hoy. La oposición inició lo que tiene que hacer…Convenzámonos de que aquí no habrá negociación…Los dos sistemas  son incompatibles y no pueden coexistir. En lo político lo que se requiere es presión de adentro y de afuera, lo cual con el desabastecimiento, la falta de divisas y la inseguridad producirán un estado de ingobernabilidad que obligará al gobierno entregar el poder y correr. Lo que falta son varios “empujoncitos”. Nota: en  “empujoncitos”, las comillas son del neofascista Quirós Corradi.

Pregunta: ¿El articulista en cuestión puede ser citado judicialmente e interrogado acerca del contenido de su artículo? ¿Y particularmente no está obligado a que se explique sobre eso de “sus empujoncitos”?

Eduardo Fernández (presidente de Copey y puntofijista o “guanabanero” confeso), en una entrevista (Últimas Noticias, 12 de mayo de 2013) declara: La decisión que tenemos que tomar es o dialogamos o nos matamos, yo prefiero dialogar…La Constitución es lo primero que hay que respetar, las  normas de convivencia democrática, hay que reconocer al otro…La política supone diálogo…el presidente Nicolás Maduro, debe tomar la iniciativa política, tiene que ser el líder de una política de diálogo, y ojala, estoy seguro, que el líder de la oposición…el señor Capriles acepte la invitación y se empiece a conversar una agenda”.

Con esta entrevista: ¿Eduardo Fernández se plantea una intervención política de naturaleza democrática? ¿Ha comprendido un sector de la oposición que la hegemonía del sector neofascistas (de ese grupo político de extrema derecha y para nada democrático que va más allá de los límites partidistas de Primero Justicia) es total e integralmente contraproducente para el diálogo democrático? ¿Está convencido el presidente de Copey de una intervención política opositora que se deslinde del neofascismo y avance no hacia una negociación, sino en términos de un arreglo democrático, así como del indispensable  desempeño democrático de la oposición? 

En su agenda este líder copeyano tiene ese punto pendiente: ¿da este avance del diálogo en firme? No es suficiente que asuma la posibilidad del ojala que Capriles “acepte la invitación”, Eduardo Fernández sabe perfectamente de que se trata cuando lo democrático está en juego. También está al tanto, demasiado, de los planes del sector abiertamente neofascistas de la oposición a que él pertenece.

Henrique Capriles en una entrevista (El nacional, 12 de mayo de 2013), se explaya en respuestas fascistas (tal como es, como un fascista): “Lo primero en insistir es que esto es una lucha pacífica, de principios por la verdad. Esto es una lucha gandhiana…La intolerancia, esa siembra de división entre los venezolanos se las regalo al gobierno. Nosotros tenemos que marcar distancias con ese tipo de actuación. Ni violencia física ni verbal…La ruta además de pacífica está en el marco de la Constitución”.

Bueno: Hitler,  en calidad de testigo en un juicio promovido por un joven abogado enfrentado al ascenso del fascismo. Y Capriles en calidad de cómodo y sonriente entrevistado por un periódico que es cómplice de sus arrebatos violentos y arrecheras de extrema derecha.

Y a “todas estas”: hay que avanzar, decididamente, desde el movimiento popular y el gobierno nacional, para fortalecer la mayoría nacional que ya derrota al neofascismo y a la extrema derecha.  Derrota que exige el “NO A LA IMPUNIDAD”,  verdaderamente efectivo.



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Francisco Cedeño Lugo


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