Este jueves bailarán por la Paz

Se cumplen 268 años de la tradición de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela

Diablos Yare

Diablos Yare

Diablos Naiguatá

Diablos Naiguatá

Caracas, junio 15 - La celebración de los Diablos Danzantes de Corpus Christi data de hace 268 años. Esta manifestación cultural rinde tributo al Santísimo Sacramento a través de una danza alegre y colorida que recrea el triunfo ancestral del bien sobre el mal. Se celebra en 11 regiones del país nueve jueves después del Jueves Santo.

Está conformada por promeseros que visten indumentarias coloridas y máscaras de diablos –elaboradas por cada cofradía–, y los devotos que colaboran con los preparativos de altares y ofrendas.

Los diablos bailan por el pueblo al ritmo de maracas, cajas, tambores o instrumentos de cuerda para espantar al maligno, hasta rendirse sumisos ante el Santísimo.

Aunque son los hombres los que representan a los diablos, las mujeres forman parte importante en el proceso de confección de trajes.


Estas son las 11 cofradías de los Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela:

- Diablos Danzantes de Yare: Se celebra en San Francisco de Yare, estado Miranda. Bailan vestidos totalmente de rojo, con rosarios y cruces de palma en la espalda, y grandes máscaras.

Se dice que la tradición comenzó en 1749, luego de una gran sequía que afectó el Valle de Yare. Fieles hicieron promesas al Santísimo Sacramento para que llegara la lluvia al lugar. Esta cofradía incorpora una mujer en su baile, "La Sayona", señala una información del Ministerio de Turismo.

- Diablos de Naiguatá (Miranda): Las máscaras representan en su mayoría a animales marinos.

- Diablos Danzantes de Ocumare de la Costa (Aragua). Data del año 1610. Baila dos días en la semana de Corpus Christi. El traje es parte de la ofrenda que se ofrece al Santísimo Sacramento y debe ser nuevo cada año; si no, el promesero no puede bailar. Las máscaras representan a animales. Cada uno lleva una cruz de tela bordada y una de palma bendita, para proteger a los danzantes.

- Diablos de Chuao (Aragua): Tiene más de 300 años. Su vestimenta es multicolor y las máscaras son de color negro, blanco y rojo. Llevan enlazado entre los cachos una cinta tricolor. La danza va acompañada del repique del tambor, que tiene atado un cordón de plumas de zamuro llamado chirriador, que produce una vibración mayor y acompaña al cuatro.

- Diablos Danzantes de Turiamo (Aragua): Se dice que son los "diablos exiliados". En 1957 fueron sacados de sus tierras durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez para la instalación de una base naval. Desde entonces bailan en los sectores 23 de Enero, El Recurso y La Coromoto, de Maracay. Al atuendo le agregan una especie de látigo de cuero con un palo de madera, conocido como "el mandador".

- Diablos de Cuyagua (Aragua): Tiene la particularidad de permitirles a los danzantes decidir cómo vestirse cada año.

- Diablos Danzantes de Cata (Aragua): Danzan dos veces al año, el jueves de Corpus Christi y un día festivo que escogen entre todos. Sus máscaras están fabricadas con tela metálica, con los ojos, nariz y boca pegados a la tela. Llevan cintas multicolores en sus cachos y usan capas largas de color. El traje puede ser floreado o estampado.

- Diablos Danzantes de Patanemo (Carabobo): Es una de las más antiguas. Su origen se remonta a 1721. Se dan un baño de purificación en el río El paso de Belén, como parte del ritual.

- Diablos de San Millán (Carabobo): Su vestuario es sumamente colorido y las máscaras están hechas con alambre moldeable, papel periódico y cintas de colores.

- Diablos Danzantes de Tinaquillo (Cojedes): La tradición data de comienzos de 1900. Dedican siete bailes dominicales consecutivos para honrar al Santísimo Sacramento. Su vestimenta destaca por la dualidad del rojo y negro, se complementa con camisa de flequillos y pantalones de satén. Las máscaras son elaboradas con tela metalizada y se caracterizan por tener rasgos humanos exagerados.

- Diablos Danzantes de San Rafael de Orituco (Guárico): Esta celebración se remonta a la época de la Colonia. Es la única cofradía donde se toca el cuatro y la tambora a la vez. Los diablos usan trajes rojos y negros, con capas que los cubren desde los hombros hasta las rodillas. Las máscaras son gigantescas con trompas alargadas, de colores llamativos y apariencia maligna.

Incorporan a una mujer, que llaman "la diabla", y durante su baile, coquetea con los otros diablos. Su traje es un vestido floreado de mangas largas y su máscara debe ser redonda.


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