El Presente Ausente

Me enteré de esto, precisamente el día 19 de agosto hace mucho, muchos años, al visitar al amigo Joselín. En su apartamento, en Los Rosales.

Donde se recupera lentamente de una delicada enfermedad. Que hoy por fortuna para él, y para los que nos contamos entre sus amigos, ha logrado vencerla, vencerla con la ayuda de Dios y la ciencia.

No sin grandes esfuerzos y sacrificios.

Entro al saloncillo medio en penumbras, y encuentro a José Juan sentado en un viejo sillón escarlata situado frente al televisor. Lo miro y con sorpresa veo, que corren por su rostro dos lágrimas. En ese instante escucho, las palabras que vienen de un televisor, sobre una graduación de la primera promoción de licenciados en educación, mención desarrollo cultural, perteneciente a la Misión Cultura egresados de la Universidad Simón Rodríguez.

Escuché esta frase, que venía del parlante -intelectuales orgánicos- vino a mi mente Antonio Gramsci, pensador y político italiano (1.891-1.937) y uno de los fundadores del Partido Comunista de Italia.

Tan compenetrado estaba José Juan en lo que veía y escuchaba, –yo pensé -, que no se dio cuenta cuando entré y saludé.

¡Hola camarada!

José Juan!, -no me responde-.

Pensé enseguida que no me había oído.

Me acerco más a él, y lo veo, hundido en aquel sillón rojo.

Note, que su pelo era todo blanco como la nieve, - nunca antes me había percatado de este detalle.

Sus ojos cubiertos por unos lentes color carey estaban cerrados.

José Juan, se había quedado dormido en ese instante.

–Me dije-

Cuando estaba, mucho más próximo a él, pero aún sin despertarlo.

Quizá, -pensé, estaría soñando con alguno de sus sueños, que no pudo lograr realizar en su juventud. Juventud de eterno revolucionario.

–Todo revolucionario es un soñador pensé-

Puede, que en ese preciso momento, su sueño fuese feliz.

Esa felicidad soñada, -me dije-, compensaría sin duda aquellas dos lágrimas que resbalaban aún por sus mejillas.

Pero me preguntaba: ¿Qué estaría soñando?

Quisiera poder ver su sueño, como cuando él vio la imagen de la graduada, segundos antes, en aquella pantalla del viejo televisor Philco.

Al acercarme más, mucho más aún,

en silencio para no despertarlo, note que de su mano entre abierta, tenía sujeto un cuaderno, algo gastado y con cubiertas rojas.

Estaba algo descolorido por el uso.

Lo tomo con mucho cuidado y con no menos curiosidad para ver que dicen las páginas de este misterioso cuaderno.

Leo en su página, Antonio Gramsci defensor de la educación andragógica, y la frase escrita en la línea que sigue, intelectuales orgánicos.

Al leer esto, me pica más aún la curiosidad, y quise saber más, para conocer la razón de aquellas lágrimas que como dos gotas de agua, salían de sus ojos cerrados por el sueño en ese instante.

No, no lo desperté,

confieso que no me atreví ni siquiera a tocarlo,

al hacerlo podía despertarlo.

Podía más mi curiosidad para descubrir el origen de su dolor, de su pena.

Ese enigma podía más que toda otra cosa imaginable.

Me repetía curioso

¿qué habían producido aquellas dos lágrimas?

¿Estará acaso la respuesta a mi interrogante en este cuaderno?

- me pregunté-

Abro la primera página, y leo en su contraportada. Universidad Simón Rodríguez, Misión Cultura (San Pedro). Educación mención: Desarrollo cultural. Sede: UBV piso 3, aula D. miércoles de 8 a 12 AM.

Facilitadota: Lcda. Sugey de Abreu

Ángel Mendoza facilitador de la Misión Cultura

Con la lista de participantes y una fecha.

Caracas 16 de julio de 2005.

Apuntes.

La curiosidad aumenta y voy pasando las páginas una tras otra, lentamente, poco a poco, en busca de más indicios, de cosas nuevas cosas que rescatar de aquel cuaderno escrito a mano por mi amigo Joselín, para esta historia aún sin editar.

Pero antes de proseguir, considero necesario que conozcan un poco mejor a este amigo mío.

Sin duda, fue toda su vida un soñador empedernido.

Un vendedor de ilusiones.

Como lo llamó un día ya lejano nuestro común amigo Antonio Aldazoro. QEPD+

José Juan, creía en sus sueños y pensaba que podría algún día transformarlos en realidad.

Hijo de exiliados españoles republicanos, llegado a estas tierras por defender sus ideas antifascistas, y por causa de perder la República la guerra civil contra el franquismo.

A estas alturas de su vida, ya han muerto sus padres,

"están enterrados en Venezuela".

Ha cumplido nuestro amigo sesenta y siete años.

Puedo decir que lo conocí hace tiempo, una de esas largas noches, muchos años atrás, junto a una brigada de amigos en su parroquia, San Pedro, todos eran voluntarios, algunos jóvenes, como los muchachos buenos, Alexander Nebreda, su hermano Adrián junto a otros, menos jóvenes como Osvaldo, Chamate etc., pegando volantes y pancartas a favor de la candidatura presidencial del hoy presidente Hugo Chávez.

Recuerdo que al conocerlo, enseguida me comentó,

-usamos pega ecológica hecha con harina.

Como es eso le interrogué

–pues muy sencillo me contestó-

hecha con harina de trigo y agua, de esta manera, es fácil luego despegar la propaganda de los muros.

Eso, lo aprendí, continuo José Juan, en los años sesenta con los panas del MIR.

José Juan, se graduó de Bachiller en Ciencias, en los años sesenta, y fue dirigente estudiantil del cuarto y quinto año en el liceo Lisandro Alvarado de Barquisimeto Estado Lara.

Pero, debo continuar en mi tarea de revisar hoja por hoja el misterioso cuaderno, pensando que en alguna de ellas voy a descubrir la razón de aquellas dos lágrimas en su rostro.

Leo.

sigo leyendo.

Notas y apuntes como estos:

La Misión Cultura, no es una organización partidista, debe ser política más no partidista.

Las Bellas Artes y la cultura popular deben marchar unidas-

La Misión Cultura, vista como el arma cultural del ALBA-

Cada persona tiene una vivencia propia, que es diferente a las demás-.

Sueños, amores, frustraciones.

Es imposible amar lo que no se conoce-

Dime quien eres y te diré que escribes-

No creas en todo lo que te digan, sólo en lo que es visual a los ojos del espíritu-

A esta revolución, la quieren secuestrar los medios-

De repente, me encuentro con un sobre blanco, entre sus páginas.

De este viejo cuaderno rojo,.

Mi curiosidad aumenta, noto que mi corazón acelera su ritmo.

¿Qué secreto encerraría ese sobre?,

con cuidad lo abro y saco de su interior una hoja de papel impresa, veo que son las recomendaciones médicas, que reflejan los resultados de unos completos, complejos y laboriosos estudios clínicos hechos a un paciente.

Al pie de página pude leer:

"Dado la dolencia que padece el paciente y el tratamiento al que debe ser sometido, recomendamos paz, tranquilidad y reposo absoluto.

Firma: XXX la médica tratante.

Poso mi vista al inicio de la hoja y puedo leer el nombre del paciente: José Juan R. Me quedo impresionado, más no sorprendido cuando leo: año 2006.

Busco la primera página del cuaderno y aprecio escrita en ella una fecha, una fecha que lo explica casi todo lo relacionado con esas lágrimas que vi, en el rostro de mi amigo al entrar al saloncillo: 17 de agosto de 2005.

Todo queda claro para mí, Joselín debió estar entre esos graduados, pero se retiró por esa imprevista enfermedad, que le obligó a ser el presente ausente en esta primera promoción de graduandos de la Misión Cultura.

Con cuidado coloco de nuevo el cuaderno en una mesita, y sin atreverme a despertarlo, salgo medio en penumbras todavía, como el mismo ángel de la guarda y del destino que soy, no, no lo desperté antes de irme.

¿Saben ustedes la razón?

En su sueño pienso que, todos los sueños de su vida, se han convertido en realidad.

9-09-2008

Hasta la Victoria Siempre.



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José Juan Requena


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