Se decreta la conservación arqueológica del Lago de Valencia (Laguna de Tacarigua) en 1964, según Gaceta Oficial, No. 27.608 del 02 de Diciembre. Desde ese momento o posiblemente antes se ha instrumentado el Museo Antropológico de Aragua, en una casa que perteneció al Ministerio de Agricultura y Cría, en la Avenida Las Delicias. Ello se realiza bajo la mirada atenta y el auspicio y protección del entonces Gobernador Ildegar Pérez Segnini.
Posteriormente dicho Museo es trasladado en 1967 a la sede que hoy ocupa en una vieja casona frente a la Plaza Girardot en el centro de la ciudad, antigua sede según menciona PEMBOL (sic), de la Prefectura del Distrito Girardot y del Banco Agrícola y Pecuario.
Tuve el privilegio de conocer tal Museo en días recientes y me quedo apesadumbrado e ingratamente sorprendido de su deplorable estado. No sólo en sus instalaciones como tal, sino en el contexto urbanístico que se encuentra. Dentro una limpieza, iluminación, mantenimiento global que dejan todo que desear, en el cuido de un extraordinario material que ignoramos si sigue investigándose y excavándose para aumentar su peculio y enriquecimiento; fuera unos alrededores malolientes en una plaza rodeada de buhonerismo (no me refiero a los artesanos y libreros en su derecho) tarantines de comida rápida de dudosa higiene, y unos pasillos de la vieja casona que al parecer es sede de lo que se ha dado en llamar mendicismo profesional en horas nocturnas. Indago por una biblioteca o tienda del Museo y me dicen no existe, aún cuando el material bibliográfico revisado sucintamente me dice lo contario.
Bien valdría la pena que los responsables directos del mismo revisaran su funcionamiento y tal vez su mudanza a un área campestre, semejante, guardando las distancias, con el proyecto ahora, en apariencia caído en desgracia de La Estancia- PDVSA, cónsona con el extraordinario material del Museo. Bastante espacio físico queda aún en estos Valles de Aragua. Bien valdría el esfuerzo.
En la otra cara de la moneda debo felicitar a la Biblioteca Pública del Municipio Libertador (Palo Negro), en su brevedad, por su buen funcionamiento y la excelente y desinteresada atención de las funcionarias responsables.
Tenemos nuevos alcaldes y alcaldesas. Habemus nuevo Gobernador. Nuevo Director o Directora de Cultura. Tan sólo inician recién sus funciones. PEMBOL, y la Fundación Lisandro Alvarado deben elevar su desgarrador grito. Vale.
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