¿Al gobierno de Chávez lo puede tumbar el arroz saborizado?

“El diablo está en los detalles” recuerda a menudo el comandante; sin embargo, esos detalles están sueltos, tan sueltos están que el mismo Satanás ha terminado fastidiándose de las previsiones que nadie procura tomar; y todo va quedando como al garete, sin dolientes ni plañideras.

Un ejemplo doloroso y típico, es el detalle del arroz saborizado: sabor a ajo, criollo, parvorizado, ahumado, clásico, dorado. En realidad son puros nombres rimbombantes que ocultan el mismo sabor horroso como si estuviésemos chupando sobacos de murciélago. Los ladrones que hemos aceptado como empresarios parecen estar siempre dispuestos a vencer por fastidio: hace ya algunos meses que el gobierno, a través de la instituciones competentes en el asunto, realizó una investigación cuyos resultados demostraron que 30.000 kilos de arroz eran saborizado con una sustancia química, muy dañina para la salud, que costaba 14 bolos fuertes. Esos resultados develaban que detrás de aquel enojoso asunto había un jugoso negocio: ahora todo el país sabía que el arroz blanco, el sabrosito, el que ya no puede faltar de la mesa venezolana, era teñido con una apestosa sustancia artificial, cuyo costo por kilo era de 0,04 centésimas de centavo; y que no obstante era vendido a razón de 7, 6, 5 bolos dependiendo del lugar, y de las circunstancias. Las amas de casa sabían bien que le estaban vendiendo el arroz 5 y 4 bolívares más de su costo. Con el agravante que paulatinamente fueron desapareciendo de los anaqueles el arroz blanco, condenándonos a todos a comer el apestoso arroz saborizado, sabor a ombligo de cocodrilo del lago de Maracaibo.

Estos rateros de la peor ralea se burlan del gobierno de Chávez, y hasta del mismísimo Chávez en persona. Cuando estalló el escándalo, se conseguía mal que bien el arroz blanco, ahora es casi que imposible. Hemos visto a las amaas de casa llorando gastando hasta 200 litros de agua, con lo escasa que está, para lavar un kilo de arroz, intentando una y otra vez arrancarle el asqueroso químico, cuyo sabor es insoportable para los que no tenemos el gusto colonizado por esa porquería.

Las mujeres lastimadas se preguntan ¿Será que los ladrones de los supermercados tienen más poder que Chávez y su gobierno?

La dictadura de la burguesía se manifiesta emblemáticamente en este detalle del arroz, cuya blancura ha desaparecido, cuya sabrosura se ha esfumado; y en los estantes solo se ve en grandes cantidades el arroz arruinado con aquel color de nicotina y con aquel sabor que es infinitamente más vomitable.

Comandante Chávez ¿Será que usted es capaz de meter en cintura a los rateros y porquerizadores del arroz, incluyendo a sus cómplices?


tutas13@yahoo.com


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Eduardo Mármol


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