La gerencia revolucionaria y la metamorfosis capitalista

“…El burocratismo, evidentemente, no nace con la sociedad socialista ni es un componente obligado de ella. La burocracia estatal existía en la época de los regímenes burgueses con su cortejo de prebendas y de lacayismo, ya que a la sombra del presupuesto medraba un gran número de aprovechados que constituían la “corte” del político de turno…No podemos construir el socialismo con los vicios del capitalismo…”

ERNESTO “CHE” GUEVARA

Es evidente que los fenómenos más negativos del proceso que vivimos lo constituyen la burocracia, la corrupción y el pecado original. Si miramos los diferentes organismos públicos y los funcionarios que lo están dirigiendo (ministros, presidentes de fundaciones e institutos autónomos, alcaldes, concejales, gobernadores, diputados, entre otros), se puede notar claramente que alrededor de ellos o ellas se encuentran una cantidad importante de personas que no reúnen el perfil del nuevo gerente revolucionario, a saber: 1- conocimiento sobre la problemática que les toca dirigir; 2- experiencia de trabajos anteriores y 3-compromiso y lealtad con el proceso revolucionario. Según mi criterio, estas son las cualidades que deben reunir los aspirantes a ocupar altos cargos en la administración pública, sin embargo en muchos de los casos se observa ausencia parcial o total de estos requisitos. Nos encontramos con funcionarios que no tienen la más mínima idea de donde están parados, llegan a los puestos claves por recomendación o porque son parientes de aquel alto gerente. Logran ubicarse sin proyecto, ni planes ni equipos de trabajo. Empieza el empirismo, la improvisación y el nepotismo con cada funcionario de alto rango que toma posesión.

En estos últimos ocho (8) años de gobierno, han pasado más de 100 ministros, no se sabe cuántos viceministros, presidentes de fundaciones y entes autónomos, que llegan sin nada, pero eso si, se van rebasados de amigos y familiares, borrando de un plumazo lo poco que se ha hecho, sin importar los buenos proyectos de la gestión saliente. Se repite, como en un ciclo interminable, el perverso proceso de “póngame donde hay”, tan característico de la muy desprestigiada IV República; y si por casualidad llegan al cargo con el cierre del año fiscal, buscan raspar la olla de lo que dejó la administración saliente. Una actitud típica consiste en emprender una revisión de los seguros de los empleados, las licitaciones, las remodelaciones de oficina o construcciones y autorizar compras (de juguetes, ropa, artículos de oficina y otros materiales) con sobreprecio. En definitiva, un saqueo incansable de los recursos a través de medios “legales”, que les permita cambiar su estilo de vida para ser unos “nuevos ricos”.

Como consecuencia de lo anterior, cada vez es más frecuente encontrarnos con funcionarios que de la noche a la mañana tienen camionetas de último modelo, apartamentos en zonas de lujo, casas de playa, usan ropa y perfumen caros, van a grandes restaurantes y se convierten en accionistas en diversas ramas. Es decir, estamos en presencia de una metamorfosis gerencial, liderada por una incipiente oligarquía política, que pretende dar vida a un nuevo tipo de capitalista, que tiene cara de funcionario público capaz, decente y comprometido con el proceso, pero que sólo lo utiliza como mascarada para alimentarse de él cual sanguijuela. Pongamos en práctica las 3.R, revisión, rectificación y reimpulso, para profundizar el proceso revolucionario.

PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE….¡VENCEREMOS!

(*)Dr. (UCV)

pedro_garciaa@yahoo.es


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Pedro García Avendaño(*)


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