Fe de Vida puede costarte la vida

«Lamentablemente reportamos 4 fallecidos a causa de este virus: 2 mujeres de 61 y 69 años del estado Mérida, 1 hombre de 64 años del estado Miranda, 1 hombre de 38 años del estado Trujillo. Condolencias a sus familiares y seres queridos…», de esta manera, el Ministro de Comunicación e Información, Freddy Ñánez, daba el reporte diario este 19 de enero, día 309, en que la Comisión Presidencial para el Control y la Prevención de la Covid-19, cumple con informar a la población de los casos presentados ese día. El día antes, el reporte de fallecidos por Covid-19, se había ubicado en seis fallecidos, como sigue: una mujer de 74 años y un hombre de 43 años, ambos del Estado Trujillo; una mujer de 87 años y una niña de cuatro meses en el Estado Yaracuy; un hombre de 70 años en el Distrito Capital y un hombre de 86 años en el Estado Mérida. Ya totalizan 1.113 fallecidos y fallecidas por causa del Covid-19, siendo los casos del grupo etario de los mayores de 60 años los que han sido la mayoría de víctimas de esta gravísima enfermedad. Evidentemente, Venezuela, en este mes de enero, padece de un rebrote en el número de casos, que los ha elevado a un promedio de 600 casos diarios de enfermos y enfermas por causa del Covid-19. Pero, volvamos a la letalidad del virus que afecta en mayor proporción a los del género masculino, integrantes del comprendido, en el siguiente orden por edad: 1. Entre 60 y 69 años; les siguen en segundo lugar, los que se ubican entre los 50 y 59 años, en el tercero y último lugar, se ubican los comprendidos entre los 70 y 90 años. En Europa, hay una situación similar, Bélgica, país de la Unión Europea, la cifra de fallecidos indican que el 50 por ciento de los fallecidos, vivían en residencias de ancianos. En España, esa cifra se eleva al 70 por ciento de los fallecidos, que vivían en residencias de ancianos. Recordemos, que Europa tiene una población en la que los mayores de 65 años, representan una quinta parte de la población total, según datos de la Eurostat de 2019. Las cifras para EEUU, de entidades privadas dedicadas a la atención de adultos y adultas mayores, dan fe que el 95 por ciento de las personas que han fallecido en EEUU por del Covid-19, son mayores de 50 años. Es una verdad de perogrullo, que la edad es un referente de la gravedad que puede adquirir enfermarse de Covid-19. Que son los adultos y adultas mayores, el grupo etario de mayor riesgo. ¡El grupo que requiere hospitalización o morir!

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha emitido por un video un llamamiento a los países del mundo a comprometerse en un plan de vacunación contra Covid-19, a los fines de inmunizar en los primeros cien días de 2021, dando prioridad a los profesionales de la salud y los adultos y adultas mayores: «Llamo a todos los países a trabajar juntos para asegurar que durante los primeros 100 días de este año, la vacunación» en dichos sectores, «se ponga en marcha en todos los países» miembros de la OMS y la ONU». La directora de la OPS/OMS, Clarissa F. Etienne, enfatiza en la misma línea que: «Si bien todos están el riesgo de contraer la COVID-19, las personas mayores tienen mayor probabilidad de enfermar gravemente si se infectan, con los mayores de 80 años muriendo a una tasa cinco veces mayor que la media. El informe de las Naciones Unidas: «El impacto de la COVID-19 en las personas mayores», sugiere que esto puede ser debido a condiciones subyacentes que afectan al 66% de las personas mayores de 70 años…». El propio Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha hecho un llamamiento en resguardo de los adultos y adultas mayores, ha dicho: «Como persona de edad que soy, con la responsabilidad de una madre aún mayor, estoy profundamente preocupado por la pandemia a nivel personal, y por sus efectos sobre nuestras comunidades y sociedades»[…] «Nuestra respuesta COVID-19 debe ser consciente de todos estos asuntos y debe respetar los derechos y la dignidad de las personas mayores» […]«Las personas mayores tienen los mismos derechos a la vida y la salud que todos los demás». (Mayo 2020, Derechos humanos (/es/news/topic/human-rights)).

La lucha contra el Covid-19, el Presidente Nicolás Maduro, la ha encauzado como una cruzada por la vida del pueblo venezolano. Nada fortuito, que en su Mensaje Anual a la Nación, gran parte del mismo, lo haya dedicado a explicar las acciones que el Gobierno Bolivariano, ha desplegado en garantía del derecho a la salud, el derecho a la vida del pueblo venezolano. Señaló: «En Venezuela comenzamos temprano a tomar precauciones. Por eso el 28 de febrero del 2020, cuando todavía no se había reportado ningún caso en el país, se puso en marcha la Comisión Presidencial para la Prevención y el Control del Covid, dirigida por nuestra vicepresidenta ejecutiva Delcy Eloína Gómez.» […] «Nuestro país apenas ha reportado 120 mil casos en más de 300 días de pandemia. Un porcentaje inferior a 15 ciudadanos por cada 100 mil habitantes, uno de los índices más bajos del mundo.» […] «Fuimos el primer país del mundo, y yo como Presidente, el primer presidente del mundo en ponerse el tapaboca y llamar a la población en general a su uso indispensable.» […] «Hemos hecho un esfuerzo titánico para vencer el bloqueo y tener en el país los medicamentos preventivos y curativos.» […] «Los mejores medicamentos los hemos traído para salvar vidas. Todos los pacientes han recibido su tratamiento de forma oportuna y por estas dos razones el 80 por ciento de pacientes en Venezuela son asintomático o tienen síntomas leves, porque se captan a tiempo y se medican tempranamente.» […] «Aunque la postpandemia todavía está lejos, nadie se llame a engaño, nadie se llame a engaño, la postpandemia todavía no se avizora en el horizonte. Tenemos la certeza de estar transitando el camino correcto, el camino más indicado para garantizar la vida, y con ella garantizar la victoria definitiva de la salud, la estabilidad y la seguridad social de nuestro pueblo.» (Mensaje Anual a la Nación del Ciudadano Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros. Hemiciclo Protocolar, Palacio Federal Legislativo. Caracas, 12 de enero de 2021).

Dijo, ese genio de la creación de grandes obras humanas, Leonardo da Vinci: «Los hombres geniales empiezan grandes obras; los hombres trabajadores, las terminan». El servicio público de salud, que ha permitido colocar a Venezuela a la vanguardia en la lucha contra Covid-19, es obra primigenia de Hugo Chávez Frías y Fidel Castro, ambos proyectaron para Venezuela un modelo de salud reflejo del existente en esa hermana República, de máxima protección para su población frente a los modelos capitalistas de desprotección y abandono de sus ciudadanos y ciudadanas, de todo aquel o aquella que no tenga recursos para cancelar los onerosos gastos que implican cancelar una factura por servicios médicos o clínicos en los países capitalistas, como lo ha demostrado esta pandemia por Covid-19. Le ha tocado al Presidente Nicolás Maduro, en medio de graves agresiones de los imperialismos de EEUU y Europa, que han imposibilitado el ingreso de medicinas y equipamiento médico al país, producto de sus sanciones o medidas coercitivas unilaterales, trabajar –intensamente- para consolidar la obra iniciada por esos dos grandes genios de la humanidad, Chávez y Fidel, que proyectaron para Venezuela un poderoso Servicio Público Nacional de Salud, propio del primer mundo y modélico. Estimamos, que el Hno. Nicolás Maduro, ha logrado concretarlo con mucho esmero y, en especial, con mucho trabajo, y también con mucho amor al prójimo. En su vocación Guevarista, el Presidente Maduro, es la manifestación -en lo concreto- de aquella definición dada por el Ché: «El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor» (Carta de Ernesto Ché Guevara: «El Socialismo y el hombre en Cuba», enviada a Carlos Quijano, editor del Semanario uruguayo Marcha, y publicada el 12 de marzo de 1965). Y qué más amor, que el que le ha dado el Hno. Nicolás Maduro al pueblo venezolano en estos últimos cinco años de exacerbada y violenta agresión imperialista, que ha dejado enormes sufrimientos y heridas al cuerpo de la Nación, sus pobladores, sin distinción de su credo político. Hemos calificado a tal agresión imperialista de EEUU, Europa y los países integrantes del llamado Grupo de Lima, como el Holocausto venezolano, por su perversidad y criminalidad. Así debemos juzgarlos ante la historia.

Enero de cada año, como es costumbre ya, la burocracia de la Administración Publica Nacional, exige a su personal jubilado que se haga presente en sus antiguos sitios de trabajo, como muestra fehaciente de que aún están vivos, aún respiran. A diferencia del mandato Constitucional, que da como un hecho la presunción de inocencia; en este caso, la burocracia pública, da como un hecho la muerte de sus jubilados y jubiladas y como tal, deben presentarse –en presencia física- ante ellos y ellas, como demostración de que aún están vivos o vivas. De no hacerlo, el jubilado o jubilada, se le amenaza con sancionarlo con la restricción de los pagos de su respectiva Pensión de Jubilación. Así de estrictos, son los burócratas de nuestra Administración Pública. Poco les importa, si con esa medida violan o no los derechos humanos del personal jubilado. En la revisión exhaustiva que hemos hecho de los procedimientos asumidos por las oficinas de personal o talento humano de algunas de las miles de entidades públicas, debemos evidenciar que tan solo dos (2) entidades de trabajo, en todo el país, han humanizado ese acto de verificación o constatación de la vida de los jubilados y jubiladas de la Administración Pública, ellas son: la Alcaldía de Valencia y la Gobernación del Estado Mérida. Quienes han considerado, la realidad de emergencia en que se encuentra el mundo entero, lo que implica movilizarse en sitios de alto riesgo para el jubilado o jubilado, en una unidad de transporte público o privado, el propio Metro de Caracas. En el caso de la Alcaldía de Valencia, Jean Escalante, director de Talento Humano de dicha Alcaldía, informó que: «No será necesaria la entrega del Acta de Fe de Vida, ya que se realizará la verificación de fallecimientos a través de los Registros del Consejo Nacional Electoral (CNE)». Y la verdad, es que teniendo ese poderoso instrumento tecnológico de primer orden, suena inverosímil que aún en pleno siglo XXI, se mantenga vigente la obligación –para jubilados y jubiladas- de ir a sus antiguos sitios de trabajo a solicitarles el plácet a las oficinas de personal de poder continuar o no, cobrando sus respectivas pensiones de jubilación que se ganaron trabajándole a sus instituciones por más de 20 años. Estimamos, que ésta humillación debe eliminarse por completo y darle paso a las Unidades de Registro Civil del CNE, que llevan actualizadas esas datas de defunción de todos los ciudadanos y ciudadanas, que convivimos en este hermoso espacio geográfico denominado República Bolivariana de Venezuela. Urge acelerar, uno de los mandatos de dicha Ley: «El Consejo Nacional Electoral implementará los mecanismos y medios necesarios que permitan interconectar progresivamente a los órganos del Estado, sobre la base de sus competencias, a la red interna de información y servicios.» (Ley Orgánica del Registro Civil, Art. 66).

El llamamiento de carácter humanitario que hacemos, y que debe poner cese a este denigrante requisito burocrático, es que mediante una reforma de la Ley Estatuto de Jubilaciones y el Estatuto de la Función Pública, se permita que este requisito lo entreguen –digitalmente- las Unidades de Registro Público, que llevan esa data actualizada, para ello, es necesario interconectar dichas Unidades con todas las entidades de trabajo de la Administración Pública. Al igual que el Poder Electoral, ha logrado poner cese a esa rémora de la cuarta república, que era la votación de miles de personas muertas en cada proceso electoral, igual ahora ese instrumento tecnológico de avanzada, que es el Registro Civil automatizado, debe prestar su servicio para poner cese a esa antiquísima decisión burocrática de exigirle al jubilado o jubilada que demuestre –personalmente- que aún está vivo. Mientras, la Asamblea Nacional realiza las reformas de leyes necesarias, proponemos a la Comisión Presidencial para el Control y la Prevención de la Covid-19, considerar y evaluar esta situación y elevar al Jefe de Estado, Hno. Nicolás Maduro, asumir una veda en el cumplimiento de este requisito burocrático, mientras se mantenga el asedio del Covid-19, contra la vida del personal jubilado de la Administración Pública y exhortar al Poder Electoral, para que la interconexión de las datas de toda la Administración Pública y el Registro Civil, sea una realidad palpable este mismo año 2021. De esta manera, y con las debidas rectificaciones de Ley, asumidas por la Asamblea Nacional, en tiempo perentorio, año 2022, toda la Administración Pública puede asumir como un hecho realmente humanitario y digno al personal jubilado de la Administración Pública, que la Fe de Vida no le costará la vida, sino todo lo contrario, será un signo de garantía de vida, un signo de humanidad y protección al jubilado o jubilada…



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Henry Escalante


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