PDVSA, fuerzas de ocupación y la llegada de lo inevitable

En dos de mis artículos en Aporrea, me realicé una interrogante y desarrollé una reflexión": ¿Estamos preparados para lo inevitable?" y "Las fuerzas de ocupación en el proceso revolucionario venezolano". Ambos artículos, a la luz de la situación actual en PDVSA, cobran una singular importancia.

En la interrogante en cuestión, trataba de reflexionar sobre la respuesta con fiereza del gran capital transnacional, si avanzaba el proceso revolucionario venezolano y la certeza que tenía de un choque inevitable con este, choque que se aceleró con la llegada de Trump, como el nuevo vocero del enemigo principal de todo movimiento emancipador, en cualquier parte del planeta, donde los pueblos muestran su disposición a enfrentar el neoliberalismo y defender su soberanía e independencia nacional.

La respuesta a esa interrogante, a juzgar por la situación actual del país era y es NO; es decir, no estábamos preparados para lo inevitable, quizás por inocencia política en algunos casos y por la presencia del quintacolumnismo enquistado en la mayoría de las instancias de la administración pública nacional, regional y local; afortunadamente la subestimación del imperio, la de sus aliados en la región y en el país a la inteligencia, al coraje y a la habilidad política del Presidente Maduro en la lucha persistente por la paz; lo que hizo transparente sus dotes de estadista, así como, de una gran estatura política, ética y moral.

Por otra parte, en la reflexión realizaba un modesto esfuerzo por caracterizar lo que consideraba como las tres fuerzas de ocupación en el seno de la revolución venezolana: la mayoría de los medios privados de comunicación social, incluida las redes; el quintacolumnismo y el paramilitarismo.

Pues bien, una buena porción de la quinta columna consciente e inconsciente estaba ubicada estratégicamente, nada más y menos, que en la mayoría de las Filiales de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), realidad que se pone de relieve en la llegada de lo inevitable, me refiero al el choque frontal con el gran capital transnacional, concretado con el decreto de Obama, declarando a Venezuela como una "Amenaza inusual y extraordinaria para seguridad de los Estados Unidos", la amenaza de una intervención militar y luego el recrudecimiento de las sanciones económicos, así como, la constitución de bloques políticos intervencionistas de los aliados del gobierno de los Estados Unidos en América Latina y Europa.

Con el permiso del gran José Martí, tomaré una frase de él ("...Conozco el monstruo porque he vivido en sus entrañas"), y es que, estuve dentro de PDVSA en E&P Occidente, por lo que paso a ilustrar brevemente mí paso por lo que entonces llamamos "La nueva PDVSA", donde experimenté la muestra de lo que denominé entonces el desarrollo de "las micro células del quintacolumnismo":

Es el caso que, mientras me desempeñaba como Gerente de Desarrollo Social de E&P Occidente y PALMAVEN, quedé fuera de la industria, por "Despido injustificado", firmado de puño y letra del Ministro de Energía y Petróleo y Presidente de PDVSA; el otrora ministro más poderoso de Venezuela, América Latina y el Caribe, un gigante de estatura y en poder político, económico y financiero. Nunca hubo forma que le llegara un silaba de la información de mi despido al Comandante Chávez, todos los que intentaron mediar salieron regañados y el cerco al Presidente, impenetrable no permita un fisura mínima por donde acceder; desde entonces he guardado silencio sobre el caso, sobre todo al recordar a a Sun Tsu: "uno debe pelear en el terreno y en el espacio que le sea favorable", nadie se atrevía en aquellos momentos a cuestionar una decisión tomada por el Ministro Ramírez.

En aquel entonces, mi pecado capital fue el haberme negado a pagar a través del Código SAP bajo mi responsabilidad, la bicoca de un millardo, doscientos millones de bolívares a una Cooperativa, que según esta, había servido 37.000 almuerzos en una actividad electoral en el Municipio San Francisco, lo que yo verifiqué que era totalmente incierto; esa negativa me convirtió en enemigo número 1 de José Luis Parada, para entonces Gerente Operativo, quien luego urdió una trama para justificar el allanamiento de las oficinas de Desarrollo Social y mi posterior salida de la industria, por instrucciones de Ramírez, su protector.

Ese hecho fue público y notorio en el Zulia, ya que, las comunidades no permitieron que todos los equipos y documentos fueran sacados del edificio Hanafi donde funcionaba la Gerencia de Desarrollo Social, esas comunidades favorecidas por radioterapias y el apoyo a diversas patologías, se acostaron entonces en la vía, frente al Hanafi, debajo de la ruedas de los camiones cavas, evitando que las pertenencias de desarrollo social fueran sacadas de sus instalaciones, en el curso de aquel episodio debieron presentarse a mediar varios valientes diputados del Consejo Legislativo Regional.

Bueno, José Luis Parada, entiendo que está detenido, con una medida sustitutiva de libertad por problemas de salud; mientras yo, puedo transitar a pie, obviamente no poseo vehículo, en buses y carritos por puesto en todo Maracaibo, en el estado Zulia y en cualquier parte del país con la frente en alto, y solo con el record de haber sido una de las primeras bajas de la lucha entre las "Micro Células de quintacolumnismo" y la revolución bolivariana; siendo que para entonces tenía la gran responsabilidad de la construcción de 250 Consultorios de Barrio Adentro I en Zulia, ordenado por el Presidente Chávez, que a la final fueron 380; el financiamiento de la Misión Milagro, así como, de la Misión Ribas en Zulia, Lara, Falcón, Portuguesa, Táchira, Mérida y Trujillo.



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Roger Lázaro


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