Expectativas acerca del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC)

Evidentemente todas las medidas tomadas y las acciones emprendidas por el Poder Ejecutivo en la Ofensiva Económica de las últimas semanas, y las que están por venir más las leyes a promulgar dentro del marco de la Ley Habilitante; todas ellas destinadas a enfrentar la Guerra Económica declarada por los factores externos e internos que buscan derrocar al Gobierno Nacional; deben reflejarse, entre otros resultados, en un freno del alza inducida y artificial de los precios de bienes y servicios, que es medida de manera indirecta por el INPC llevado con rigurosidad profesional por el BCV y el INE, según metodologías y estándares de aceptación técnica internacional.

Ello será así, porque se demostró de manera pública y notoria, con auditorías y con base en los registros de los propios actores económicos, que los precios fijados no obedecían ni obedecen, salvo honrosas excepciones, a parámetros y motivaciones con legítima base económica, jurídica y contable.

Sin embargo, en lo inmediato, en el primer mes y en lo siguientes, hay que estar prevenido contra una indebida expectativa en relación con un freno abrupto en el alza del INPC, y mucho menos asumir que habrá una disminución importante en lo inmediato, lo que técnicamente se denomina deflación.

Creemos percibir por lo dicho y actuado por el Presidente Maduro y por sus ministros, que ellos no abrigan esa prematura esperanza; pero puede ser el caso que en otros niveles el desconocimiento o el voluntarismo o el exceso de confianza afiancen tal modo de pensar; que pudiere ser comprensible en el lego.

Y no es que las acciones y medidas estén desacertadas, ni estén mal implementadas, y mucho menos que las mismas sean inútiles; todo lo contrario. Lo que hay que entender es como se determina el INPC, y contrastar ese procedimiento con lo actuado hasta ahora por parte del Ejecutivo Nacional.

En efecto, el INPC es un promedio de promedios de promedios, ponderados todos, de precios efectivos de bienes y servicios, más de 300.000 de ellos, medidos mes a mes en más de 33.000 establecimientos; en las 10 principales ciudades del país y un dominio estadístico adicional conformado por 74 localidades medianas, pequeñas y rurales.

Todos esos bienes y servicios están clasificados en Agrupaciones que son ponderadas, para cada dominio estadístico y dentro de los mismos para cada estrato socioeconómico, con base en las respectivas estructuras de consumo identificadas mediante la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF); con lo que se establece la canasta de bienes y servicios representativa del consumo de los hogares que habitan un área geográfica específica; y que es actualizada con la periodicidad internacionalmente establecida.

En la estructura agregada actual del INPC, definida por todo lo antes descrito, la agrupación “Alimentos y Bebidas No Alcohólicas” tiene un peso de más del 32%, casi una tercera parte en todo el INPC; mientras que la agrupación “Restaurantes y Hoteles”, muy influida a su vez por la primera agrupación, tiene un peso de más del 9%; y la agrupación “Transporte” participa con más del 11% del INPC.

Ahora bien, no de ahora, sino desde hace más de 40 años, tanto en el mundo entero, como en Venezuela, el alza del Índice de Precios de la agrupación “Alimentos y Bebidas No Alcohólicas” es mucho más pronunciada que el promedio general y que cualquiera de las otras agrupaciones.

Tal hecho es debido a las estructuras de la tenencia y explotación de la tierra; los grandes monopolios y oligopolios que concentran la comercialización de los productos agrícolas; la excesiva y onerosa cadena de intermediación nacional e internacional; factores estructurales que se han visto magnificados en todo el mundo por los factores climáticos adversos; la utilización de terrenos y cosechas para la fabricación de agrocombustibles; la especulación financiera con productos agrarios, los patrones de consumo inadecuados e inequitativos y la manipulación genética con vías a la monopolización de las semillas productivas; así como la desviación cada día mayor de la producción de cereales para alimentar ganado, lo que también encarece tanto el producto vegetal como el cárnico.

Yendo al caso venezolano actual, tenemos que el INPC anualizado, es decir, el correspondiente a los últimos 12 meses es de más de 54%.; pero no es un valor homogéneo para todas las agrupaciones. Específicamente, y a título de ejemplo, la agrupación “Alimentos y Bebidas No Alcohólicas” creció más de 72% en el lapso señalado; aunque hay que acotar que en años previos a 1999 hubo valores mucho más elevados en esta agrupación estadística, y vale el comentario para los viudos y las viudas de la IV República.

Por ello, atendiendo a las ponderaciones arriba mencionadas, se observa que la agrupación “Alimentos y Bebidas No Alcohólicas” representó 46% de todo el incremento anualizado del INPC o, lo que es lo mismo, 25 puntos porcentuales del valor total del 54% ya citado.

Resumiendo, si sumamos los valores ponderados de las agrupaciones que ya detallamos, más el valor ponderado de la agrupación “Bebidas Alcohólicas y Tabaco”, tenemos que representan más de 72,5 % de todo el alza anualizada del INPC, casi tres cuartas partes del total.

Así las cosas, si tenemos en cuenta que las medidas tomadas y las acciones emprendidas por el Poder Ejecutivo en la Ofensiva Económica de las últimas semanas ha estado dirigidas mayoritariamente a otras Agrupaciones estadísticas diferentes de las citadas; que hay alza estacional de los rubros agrícolas de mayor peso en dicha agrupación, por factores climáticos y por el consumo particular de los plato navideños; y que no puede haber disminuciones en la Red pública de distribución y comercialización de alimentos y bebidas que ya vende con gran subsidio o con precio regulado mínimo; entonces debemos entender que en lo inmediato no debe haber un impacto significativo a la baja en el INPC.

Entender bien lo señalado debe llevar a adelantarse a la crítica por desconocimiento de muchos, de cualquier bando político, y al la crítica malintencionada de los operadores políticos y medios de propaganda de la Oposición. Hay que adelantarse, primero en que los funcionarios estén claro en lo que hemos explicado y, más importante aún, que sea trasmitido y explicado desde ya a toda la población; principalmente por parte del BCV y el INE, como entes profesionales rectores en la materia estadística de precios.

Obviamente, cuando el esfuerzo del Ejecutivo Nacional abarque, como está planteado, toda la actividad económica; que ese esfuerzo esté sostenido en el tiempo; que ese efecto general pueda concretarse en crías y cosechas que no son inmediatas y que se corrijan los factores estructurales arriba descritos y se potencie más aún de lo ya logrado la producción agrícola; entonces podremos ver el descenso pronunciado y sostenido el en valor del INPC; pretender una baja instantánea está fuera de toda consideración racional.


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José Gregorio Piña


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