Hay que caerle a las cadenas distribuidoras de alimentos

Las cadenas que tienen el control de la comercialización de alimentos son caldo de cultivo para alimentar el golpe blando y sin apuros que ha montado la oposición venezolana, con la esperanza de ver un estallido social, como consecuencia de las dificultades que tiene el pueblo para adquirir productos de primera necesidad, lo cual alimentan diariamente con la dosificación de estos artículos, los cuales expenden con sobreprecio y con el agregado de las colas kilométricas a que obligan a las familias venezolanas, para adquirir un producto.

En la especulación con los alimentos están montados los comerciantes asiáticos, junto con la nueva fauna contrarrevolucionaria que ha florecido, como son los buhoneros de rubros alimenticios a quienes hay que obligarles a buscar otro renglón comercial, porque son los más desalmados a la hora de aumentar los precios y de paso con alimentos cuyo manejo está fuera de toda normativa higiénica y de seguridad para su conservación.

En los denominados popularmente “Abastos chinos”, la especulación campea y las maniobras para obligar a la gente a hacer kilométricas colas para adquirir un papel higiénico, harina de trigo, azúcar, jabones de tocador y otros rubros que están acaparados, están al día. Todo parece indicar que las autoridades que están inmersas en el control de precios y contra la especulación y el robo a la colectividad, se han olvidado de este segmento de la cadena comercial, que tanto daño está haciendo al proceso.

La oposición golpista liderada por el candidato campeón en derrotas electorales, defiende a los asaltantes que con la línea blanca y otros productos para el hogar venían estafando a la ciudadanía, argumentando que el pueblo lo que quiere es comida y que no se justifican las inmensas colas.

Los comerciantes asiáticos hacen su agosto con rubros como la leche pasteurizada de larga duración, a la cual le recargan generalmente cinco bolívares por litro y cuando alguien pretende comprar una caja para como es lógico bajar el precio, no lo consigue, porque igualito se la cobran por litro. La leche maternizada, es otro renglón para la especulación tanto por los buhoneros, como por los comerciantes orientales que al menos en el Estado Bolívar, hacen de las suyas sin ningún control.

Esta área aunque parezca mentira neutraliza la popularidad de las medidas tomadas contra las cadenas de línea blanca y demás útiles para el hogar, porque justamente toca a todos los estratos, desde clase media alta, hasta la más humilde. Esto tiene un costo a la hora de votar y la oposición desestabilizadora propicia esta dinámica, porque es la que más dividendos le está ofreciendo. Las grandes tiendas de electrodomésticos pudieran resultar el “trapo rojo” para distraer al toro, mientras le asestan la estocada en la zona vital.

En esta guerra no hay que descuidar frentes, porque los apátridas han colocado de manera muy inteligentes su artillería, para destrozarnos al menor descuido. Hay que ver por igual a la avanzada de tanques y blindados, que al “pequeño foco guerrillero”, que nos acecha. Por eso hay que caerle a las cadenas distribuidoras de alimentos.


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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

 cd2620@gmail.com

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