Robasueldos, abrazaditos de la mano

Aguarle las navidades a los venezolanos se ha convertido en uno de los nefastos propósitos de la derecha política venezolana. Claro, esta vez más que estropearla seguramente pretendía superar su record de desastre del paro 2002­03. Todo ha quedado al descubierto y sólo ellos, como siempre, se siguen haciendo los locos cuando se les descubren sus maldades. A la
velocidad que marchaba la guerra económica, no dudamos que a la vuelta de la esquina tendríamos una Venezuela sumida en la violencia social.

Ellos, la derecha, ante su constante práctica desestabilizadora juran que saldrán ilesos. Que nadie los tocará y en caso de cumplir con sus propósitos vendría una borrachera de celebración.

Apuestan que el pueblo los acompañaría a cerrar (seguro los quemarían) CDI, mercales, pedevales y todo tipo de creación social Bolivariana. Entonces, bajarían el monto de las pensiones y todo tipo de aumento salarial. A los estudiantes se les decomisarían las canaimitas y tabletas entregadas. Se imaginan cerrando infocentros, eliminando las farmacias de medicinas para casos especiales y universidades creadas. Se ven quitándole a la gente sus casas de la Misión Vivienda y mandando de regreso a los hermanos cubanos. Sueñan abrazados con los soldados mercenarios y cascos azules, persiguiendo chavistas y devolviéndoles a los comerciantes usureros los sobreprecios de terror.

Octubre de colapso total 2013, ya no va. Pero hay que estar muy pendientes porque siguen con su demencia de alto nivel. Si Chávez los tenía locos, resulta que el Presidente Maduro los ha vuelto requetelocos.

No son capaces de sentarse un rato a hacer una reflexión sobre el país que tenemos hoy en día y el que queremos los venezolanos. A lo mejor, esto es pedir demasiado.

Como dato curioso y para que el mundo decente quede boquiabierto, esta oposición se da el tupé de cosechar algunos records de curiosidad.

Realizan una marcha para apoyar corruptos. “Mardo somos todos” decían en aquella oportunidad sus franelas y pancartas, refiriéndose al diputado que sacaba millones de un sombrero. Niegan rabiosamente una Ley para atacar la corrupción y la guerra económica, alegando que eso es más poder para el Presidente. Y, este fin de semana, ¡fin de mundo!, convocan una marcha para defender a usureros, ladrones, acaparadores y hambreadores.

Abrazaditos y de la mano, andan los delincuentes de toda calaña.

Como esta historia se escribe todos los días, el llamado es a respaldar con todos los hierros a quien está del lado de las mayorías populares. El Presidente Nicolás Maduro y el gobierno nacional están dando pasos firmes para poner las cosas en su lugar. Una manera de apoyar estas iniciativas

es votar por la Revolución Bolivariana y sus candidatos el 8­D.



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Juan Azocar


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