Escuelas de genios

Con toda la arrogancia de depredadores de la economía oscilante, no
dejan de ser los especuladores y matraqueros como representantes
eruditos de la burguesía ladrona que se prestan de ser y pertenecer a
las escuelas de formación de genios como son: Fedecámaras,
Consecomercio y Venamcham, pues de allí salen, los remarcadores y
usureros que con rimbombancia capitalista se forman al calor de las
pretensiones de las enseñanzas de sus dirigentes y, se forman de tal
manera que, su sabiduría engorrosa y bien ardilosa, refuerza lo que
ellos, llaman, el aparato productivo independiente de la propiedad
privada que sepulta la acción del pueblo de ponerse dignamente al día
con algún bien o servicio que hagan posible su comodidad particular y
la de los suyos dentro y fuera del hogar.

Así tenemos en potencialidad creadora al conjunto de violadores que
con afán extremo de riqueza suntúan con sus diversas mañas de ventas
que envilecen el ambiente adquisitivo del pueblo y se esconden bajo
sus indiferencias de poderosos en entes que cobijan sus atracos al
público visitante consumidor con sus mercancías de precios
exorbitantes y, además nos cogen como experimentos de sus fechorías
capitalistas que arrasan con el poder de consumo del venezolano, sin
importarle un bledo su intolerancia practicada y, sin ética ninguna
acaparan riquezas mal habidas como indebidas de un negocio que se
lleva por delante ideales y creencias comunitarias cuando nos atracan
con sus productos en venta con sus tentáculos perversos de avaricia y
usura, utilizando además, argucias engañosos como cebos de publicidad
caza bobos.

Esos individuos como representantes de los entes antes señalados no
escarmientan y, cada vez que quieren promueven e impulsan empresas,
cuyo fin inmediato es hacerse ricos lo más pronto posible sin respetar
normas y leyes de adecuación al desarrollo de interéses sociales y
culturales y de respeto a la dignidad humana de la que se burlan y
obvian procedimientos administrativos que refuercen la anarquía de la
estafa cómplice en vez de respetar los precios de tal manera que se
adapten a la oferta y la demanda de acuerdo a los cánones de
convivencia de lo justo.

Y, en busca del poder se fueron por la tangente de sus fechorías sin
detenerse a pensar en el daño que le infringían directamente al
pueblo, pasándole por encima con su actuaciones de echar abajo el
gobierno de Maduro con su guerra económica que planificaron otros y,
éstos cumplieron sus órdenes, pensando que, los organismos del Estado
no se darían abasto para llevar adelante las supervisiones necesarias
que pusieran al descubierto el remarcaje de todos sus artículos y, en
eso llevaban meses, mes tras mes inflando los costos de cada artículo
y, el gobierno, por allá jumea. Hasta que el cántaro de la desidia la
rompió el inconformismo del pueblo que tranquilamente esperó por la
justicia del gobierno que el presidente Maduro de tanto clamor popular
en crescendo, alzó su voz y, fijó, hasta aquí llegaron bellacos
oligarcas y, la orden no se hizo esperar que tiene contra la pared a
los genios del engorde fácil de sus extraordinarias ganancias de las
que se han hecho victimas de su propio egoísmo.

Y, con la premura del caso que acosa tanto a pobres como a ricos,
comienza a despertar en el correr de los días pasados como los que
vienen el ajuste equitativo que haga posible obtener el producto que
se oferta al público y, de una vez se termine con la avalancha de
estragos económicos que los genios del fraude circunstancial que se
prestaron en fomentar como una guerra de precios que tenía otras
intenciones políticas bien precisas.


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Esteban Rojas


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