La corrupción en la biblia

Desde que los primeros escritores se encargaron de recopilar todas las historias del pueblo de Dios, generando todos los libros históricos, proféticos, de sabiduría, y legales, hasta llegar a las narraciones realizadas por los apóstoles de Jesús, nos encontramos con que venían utilizando en sus escritos la palabra Pecado y corrupción, dándole una misma acepción a ambos términos, es decir, que su significado y traducciones era el mismo para las dos, ya que fueron usadas indistintamente; y ambos términos vienen a conformar una parte inseparable e irrefutable del lenguaje bíblico. En tal sentido, nos encontramos que a lo largo del Viejo y el Nuevo Testamento, ambas palabras son usadas para dar a entender los siguientes aspectos: mala conducta, podredumbre, conciencia sucia, soborno, mal comportamiento, alejamiento de Dios, muerte y descomposición del cuerpo humano, degradación de los valores humanos y morales, violencia y maldad. En el primer libro de la Biblia (Génesis), se puede apreciar como la humanidad se corrompió a la vista de Dios y se llenó de “maldad y violencia”; es por ello que Dios decide acabar con todos los mortales, dado su alto grado de corrupción; por cierto, que tal criterio, fue compartido en el siglo antepasado por el Padre de la Patria, Simón Bolívar, cuando el 11 de septiembre de 1813 estando en Puerto Cabello, firma un Decreto contra los defraudadores de la renta del tabaco, estableciendo en su artículo número uno: “Todo aquel que fuere convenido de haber defraudado los caudales de la Renta Nacional del tabaco, será pasado por las armas y embargados sus bienes”. Es imposible entender la corrupción sin asociarlo con el pecado del hombre, su maldad, su amor al dinero, y toda su violencia.
Otra situación similar la encontraremos luego que el pueblo olvida la gran hazaña por parte de Dios (al haberlo liberados de la esclavitud de los egipcios) y apartarse tan rápido del camino que él le había indicado. El libro de Exodo nos relata como Dios le ordena a Moisés que baje de la montaña, ya que el pueblo se había corrompido muy rápidamente. Otros pasajes asocian la corrupción al descarrilamiento del pueblo, a su obrar o a sus obras perversas. En otros libros de profetas tales como Ezequiel y Sofonías, la corrupción o la mala conducta o el mal comportamiento presentan el mismo significado. El profeta Oseas, el cual es bien conocido por todos nosotros como el hombre que fue engañado por sus esposa y que a pesar de todas sus infidelidades, no dejó de amar a su esposa, cuando Dios lo llamó para hablar en su nombre a ese pueblo idólatra y materializado, aprovechando la experiencia, dolor, y vergüenza del esposo traicionado, anunció el nivel tan bajo y profundo de corrupción al cual había llegado esa Nación, y de cómo Dios se acordará de su culpa y castigará sus pecados.

Es verdaderamente difícil establecer diferencias en el lenguaje bíblico cuando se habla del hombre pecador o del hombre corrupto, naturaleza corrupta o naturaleza pecadora, nación corrupta o nación pecadora, ser corrupto o ser pecador, esclavos del pecado o esclavos de la corrupción. Nuestro país, Venezuela, no escapa a la corrupción en todas sus formas: morales, administrativas, políticas, religiosas, y sociales; todo lo cual está destruyendo muy rápidamente nuestra Nación y por lo cual Dios nos va a pedir cuenta y juzgar. Recuerdo en el año 1994 (estaba aún preso Chávez en la cárcel), junto con otros cristianos y revolucionarios pintamos un mural en la pared exterior del Rectorado de la avenida Bolívar Norte de Valencia, con una paráfrasis de un proverbio bíblico que decía: “LA JUSTICIA ENGRANDECE A UNA NACIÓN..., LA CORRUPCIÓN ES SU VERGÜENZA”, era un mural de 5,00 x 8,00 metros con el tricolor de la Bandera Nacional, y un gran puño aplastando a un hombre sobre el mapa de Venezuela; donde nuestro propósito era que la palabra corrupción abarcara todos los usos e interpretaciones antes descritas. Cabe aclarar que en las traducciones conocidas de la Bíblia, la palabra utilizada es pecado en vez de corrupción, sin embargo, tal modificación no implica una desviación o amputación del mensaje bíblico, tal como se pudo constatar con los usos indistintos que de ambas palabras se realiza a lo largo de los libros bíblicos. Si bien es cierto que la palabra CORRUPCION es asociada en nuestro contexto popular, como robos políticos-administrativos, igualmente la palabra PECADO, ha sido objeto de un reduccionismo en nuestra “cristiandad venezolana”, ya que por todos es conocido que basta con confesar ciertos detalles de nuestra mala conducta exterior al sacerdote o el Pastor para sentirnos liberados de culpa y justificados ante Dios. Por cierto, en la página A-2 de El Carabobeño (17/01/1994), un médico y asesor de un movimiento evangélico y profesor titular de la Universidad de Carabobo, nos acuso públicamente de manipuladores y de ser miembros del autodenominado y violento Movimiento Bolivariano.

Muchos de los que pintamos ese mural, entre quienes estaba el Doctor y Profesor José Francisco Jiménez Castillo (amigo y compañero de Chávez aquí en la Tierra y en el Cielo), compartimos la necesidad de que el Gobierno aplicara aquella drástica disposición firmada por Bolívar el 12 de enero de 1824: “Artículo primero: Todo funcionario público a quien se le conviniere en juicio sumario, por haber malversado o tomado para sí los fondos de diez pesos para arriba, queda sujeto a la pena capital. Artículo segundo: Los jueces, a quienes según la ley compete este juicio, que en su caso no procediesen conforme a este decreto, serán condenados a la misma pena. Artículo tercero: Todo individuo puede acusar a los funcionarios públicos del delito que indica el Artículo primero.”; aunque debo decirlo, también con mucho pesar reflexionábamos aquel presentimiento que expreso Bolívar cuando le escribe al General porteño Bartolomé Salom: “La impunidad de los delitos, hace que estos se cometan con más frecuencia; al fin llega el caso, en que el castigo no basta para reprimirlos”; y esto último, lo decimos, pues si somos honesto, durante estos últimos catorce años no hubo la disposición que hoy demuestra el actual presidente chavista y obrero en combatir la corrupción externa e interna (amarilla y roja).

Finalizó, con la esperanza en el Dios de la Historia, de que no sea muy tarde la aplicación de los decretos con rango y fuerza de ley que nazcan de la Ley habilitante solicitada por el Presidente Maduro ante la Asamblea Nacional, pues al igual que ciertos canceres cuando están muy avanzados, ninguna de las medicinas existentes son capaces de curarlos; por ello, expreso mi criterio espiritual y político, sobre ambos términos “Pecado y Corrupción”, con el fin de que no se caiga en una errónea o simplista interpretación subjetiva de lo que significa la corrupción, pues históricamente, hemos practicado ese dicho que dice: “hecha ley hecha la trampa”; estoy seguro que la intervención del Presidente Maduro en cadenas ante el país, tiene el mismo espíritu de que quienes pintamos aquel Mural en el año de 1994, cual es el despertar inquietud, deseo de profundizar más en el mensaje de Dios para el hombre (el cual está escrito en la Biblia), la construcción del hombre nuevo, la revisión de nuestras vidas, y para que los que tengan ojos, vean, y los que tengan oídos, oigan...

eggrooscors@gmail.com


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