Carta a Mario Silva

El que no toma decisiones el Diablo se lo lleva

Y nos ha de arrastrar tan nefasto personaje, si persistimos reiterativamente en bailar joropo con la parafernalia mediática y lasciva, que desde un comienzo no ha tenido ni una pizca de tolerancia y tregua con nuestro proceso revolucionario.

No hay diálogo posible con nuestros hermanos de la oposición. En esta etapa crucial que experimenta la revolución venezolana; hay que aplicar, radicalismo al trote para tener Patria.

Camarada Mario, Usted hace pocos días en su programa apostaba un dólar a que cesaba en sus funciones cierto personero de una planta televisiva adversa, yo voy más allá; aquí lo que hay que hacer es: nacionalizar en buena parte los medios de comunicación de masas, para que de una vez por todas, esta revolución termine de parir y sea la Madre Suprema de tan codiciado proyecto, que “enhorabuena” puso en nuestro camino él comandante y presidente Hugo Rafael Chávez Frías.

Camarada Mario, lamentablemente toda causa justa tiene su judas y esta revolución no escapa a ello. Usted en su programa La Hojilla de fecha 15 febrero 10, hacía énfasis sobre un polémico y controversial personaje, como lo es la camarada Lina Ron, la cual con sus desaciertos o aciertos es copartícipe de este proceso. A esta aguerrida mujer, su liderazgo no se le puede negar, más le guardo un gran respeto, pero en ocasiones asume posiciones ambiguas y confusas que desconciertan y conceptualmente no comparto, pero de corazón, como quisiera estar equivocado en esta apreciación.

Camarada Mario Silva no le tenga miedo a la muerte, ni aún a los que dicen odiarle, por que eso lo hace cobarde sobre la línea campal que valientemente Usted libra, como punta de lanza en defensa de la revolución, eso sí, téngale temor a la envidia y a la hipocresía que dentro de su naturaleza baldía y hostil, deambulan disfrazadas bajo la sombra de la mentira y sus únicas armas son: la ganzúa en contra de todo lo que brilla con luz propia, como brilla el destello de la espada sagrada de América; que aún vapuleada por el tronar impío en las montañas de Berruecos, estará siempre en alerta roja y presta a defender esta revolución, única en su especie y la más sublime esperanza de Pedro y Josefa; y de todos los hijos de la grande Patria Latinoamericana.

Alguien dijo: “El que se vuelve miel se lo comen las hormigas”. Nuestro papelito de Caperucita Roja temerosa ante el lobo feroz, debe concluir.

“PATRIA SOCIALISMO O MUERTE VENCEREMOS”

Desde San Joaquín Estado Carabobo
julio.cesar,carrillo@hotmail.com


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Julio César Carrillo


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