Lina Ron Vs. Globovisión: Gobierno y Oposición

"La anarquía esta en todas partes cuando la responsabilidad no está en ninguna."

Gustavo Le Bon.


Todos medios de comunicación nacionales y buena parte de las agencias internacionales, dan cuenta de las nuevas andanzas de la otrora ascendida a Comandante Lina Ron, por parte del mismísimo Presidente de la República Hugo Chávez, en una de sus muchas intervenciones mediáticas. La última de estas, mostraba a un Hugo Chávez, trajeado de militar en La Bombilla de Petare, acusando a Lina de contrarrevolucionaria, por el ataque que junto a sus seguidores, protagonizó recientemente contra las instalaciones del Canal de Noticias Globovisiòn. Y aquí, en esas afirmaciones presidenciales y en otras tantas realizadas por personeros del gobierno – ministros, diputados y “dirigentes” – yace una contradicción que vale la pena analizar, sobre todo para impedir que se siga haciendo leña de este árbol caído.

Globovisiòn y Lina Ron para mí son lo mismo, ambos son groseros, irrespetuosos, fanáticos en lo que creen y piensan y buscan por distintas vías e iguales métodos no convencernos sino vencernos. Ambos cuentan con poderosos que les protegen, que les alientan a seguir en su empresa de avivar la llama del enfrentamiento y la guerra. A Globovisiòn la apoya el Imperio y a Lina el gobierno, así Chávez y sus colaboradores se quieran hacer los locos ahora y así el canal 33 trate de vendernos la idea de que lo suyo es en defensa del periodismo y la libertad de expresión. Solo que en descargo de Lina, debemos decir, que es admirable su sinceridad, su entrega en las cosas que hace y dice, porque lo cierto es que muchos de quienes ahora le condenan, allá en el fondo de su corazón lo que sienten por Lina Ron es envidia. Envidia de no tener coraje, envidia porque fue ella y no ninguno de ellos quien se atrevió a hacer aquello que a muchos venezolanos nos provoca hacer, cuando con sus cámaras, sus periodistas tarifados y sus programas regulares o especiales Globovisiòn nos agrede, llamándonos marginales, desdentados y brutos por apoyar al Proceso que lidera Chávez. Cuando mienten vendiéndonos a Zuloaga, a Ravell, a Meserani, a Granier y a toda la pléyade de dirigentes de la oposición como los ciudadanos más honorables de este país, cuando en realidad no son sino un grupo de bandidos delante de quienes, los capos de la Cosa Nostra, son unos angelitos, unos niños de pecho. De tal suerte que consideramos que es momento de definirse de una vez por todas y de no andarse con hipocresía. De aquellos polvos resultaron estos lodos y si Globovisiòn y Lina Ron siguen haciendo lo que les da la gana, es porque sencilla y llanamente, estamos siendo testigos del progresivo desdibujamiento del Estado de Derecho y de una disfuncionalidad pasmosa de los órganos del Poder Público en todos sus ámbitos, que en medio de su ineficacia e ineficiencia – lo que por su magnitud ya raya en indolencia – capitula ante la impunidad y abre generosa y rápidamente las puertas a la anarquía.

Desde que Lina Ron andaba haciendo de las suyas en Caracas, curiosamente ningún fiscal del Ministerio Público fue capaz de ponerle coto a sus reiterados y cada vez más violentos abusos y desde que Globovisiòn anda montada en su plan de derrocar al Gobierno Revolucionario, ni CONATEL, ni ninguna de las instituciones llamadas a sancionar su conducta agresiva y ofensiva para con la población, han sido capaces de meterlos en cintura. Mientras tanto la Fiscal General y los diputados de la Asamblea Nacional, deshojan la margarita, para sancionar una Ley de Delitos Mediáticos, que no solo es innecesaria, sino que los deja al descubierto en su ignorancia de la existencia de suficiente legislación penal vigente, para sancionar a uno u otro, según sean los hechos punibles que cometan.

Así las cosas, consideramos que lo debería estar haciendo el gobierno, es ocupándose de la atención de los numerosos problemas que nos aquejan a los ciudadanos: desempleo, basura, huecos en las calles, especulación, delincuencia, niños de la calle, dotación y equipamiento de maternidades y hospitales y producción y distribución de alimentos, entre otros. Castigar a los responsables de tantos desmanes, sean del bando que sean y sobre todo, dejando de alentar a aquellos grupos o individualidades, que en el nombre del Proceso, atropellan y agraden a todo aquel que no este de acuerdo con sus ideas o métodos, porque insisto, la culpa no es de Lina, es suya Presidente quien en un monumental acto de irresponsabilidad, avaló a veces de manera manifiesta y otras veces con su silencio, la conducta delincuencial de ella y de quienes le siguen, con el agravante de hacerlo dizque en defensa de la Revolución, en aras del Socialismo y en nombre de nuestro Libertador.



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Rubén Villafañe


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