La democracia de la CEV y sus acusaciones contra el gobierno

Verdaderamente que cuando oímos al Cardenal Jorge Urosa Sabino, a Monseñor, Baltazar Porras, a Monseñor Lucker, Monseñor Ubaldo Santana y toda esa pléyade de jerarcas de la Iglesia Católica venezolana abogando por transparencia en la administración de justicia, democracia, libertad de prensa y expresión, solidarizándose con los “inocentes” oficiales de la Policía Metropolitana, responsables de los hechos de los días 11, 12 y 13 de abril en Puente Llaguno y otras áreas capitalinas, por haber sido sentenciados con “penas tan duras”, “sin haberles permitido el derecho a la defensa”, “sin garantizarles el debido proceso” y otros argumentos,que diariamente vierten en los medios impresos, radiales y televisivos, clamando por una reflexión de este gobierno,que nos quiere imponer un pensamiento único y que atropella los derechos humanos, pero luego presenciamos los testimonios que en cadena nacional dieron ante la Asamblea Nacional, los jóvenes sacerdotes Edmundo Cárdenas y Máximo Ochoa, no nos queda de otra que preguntarnos ¿ Y....entonces? ¿Que está pasando aquí? ¡será que la hipocresía, la mentira y la calumnia se vistieron de capello y sotana? ¿De no ser esto último,porque no llevan a esos muchachos mensajeros de Dios ante el pueblo de Puerto Cabello, que los juzgue y de ser culpables, que les haga besar el suelo y retractarse públicamente, presentando excusas a la jerarquía eclesiástica y a la feligresía por la ofensas proferidas a la fe católica,durante el acto de bendición del mar? ¿Donde queda la transparencia en la administración de justicia y la democracia de la iglesia católica, cuando suspende a dos jóvenes y honestos sacerdotes de toda actividad litúrgica, sin ni siquiera participarles,que está sometidos a una investigación disciplinaria,que cuando mucho ameritaría una amonestación, sino que se enteran porque entran a la página en línea de un diario de Carabobo y se encuentran con la sorpresa,que les expone al escarnio público y que les pone a dudar de la honestidad y legitimidad de quienes ejercen el gobierno en la iglesia de la cual son pastores?

Definitivamente, una vez más ese ejército de apátridas, que criminalmente juegan con la inocencia del pueblo creyente queda al descubierto como lo que son: contrarrevolucionarios, agentes encubiertos del imperialismo,anticristos y sembradores de odio, contra todo lo que huela a pueblo, a barrio, a cerro, a campo,porque para ellos esa parte del pueblo de Dios, es la lumpen que vale poco menos que los 30 denarios que recibió el Iscariote por entregar a Jesús de Nazareth.

Que cara dura tienen estos sujetos que utilizan la religión de la mayoría de los venezolanos para tapar sus miserias humanas. Con que cara se plantan a hablar de libertades y a pretender dar lecciones de demócratas, quienes son capaces de atentar contra la fe, la honestidad, la voluntad, la entrega y la dedicación de dos jóvenes promesas de la iglesia católica, que los necesita si quiere subsistir, porque ciertamente cada día pierde mas espacio, gracias a esa cúpula que la tiene secuestrada y que no hace otra cosa que llenar de frustración y rabia a la feligresía, cuando presencia atrocidades como esta cometidas en nombre de Dios y de la “Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana”.

Estos verdugos que están intentando sacrificar a estos cándidos corderos, son los mismos que desde que llegó el Comandante Hugo Chávez Frías al gobierno, no han descansado junto a la oposición golpista de buscar formas de salir del “mulato bembón y con verruga”, incluyendo el magnicidio, que para ellos es el ideal y el más económico, según las palabras del pastor norteamericano,que les inspira que lo dijo al mundo en un programa de  televisión.

No hay duda que la Conferencia Episcopal Venezolana practica una democracia y una justicia muy transparente. Prueba de ello es el insulto a la buena fe de estos dos sacerdotes,que han sido calumniados y expuestos al escarnio público,como criminales, por el simple hecho de haber atendido la necesidad espiritual, de 10 mil feligreses carabobeños, que ante la negativa del “Santo Obispo” de Valencia a oficiar la misa de bendición del mar, tradición de mas de 140 años ,porque  en el acto había gente del gobierno del “Dictador Chávez”, pedían a gritos que alguien lo hiciera y Edmundo Cárdenas y  Máximo Ochoa,como mensajeros de Dios,se ofrecieron voluntariamente a oficiar, para lo cual han sido formados. Eser fue todo el pecado,para que tres “Obispos” dándole una patada a los mandamientos de la Ley de Dios, los calumniaran y pidieran su expulsión,que es lo que solapadamente han hecho por mera venganza y odio político, hacia quienes no han renunciado a su origen de clase. Pero el  pueblo de Dios,que es sabio y paciente absolverá a Edmundo y a Máximo, como patriotas ejemplares, mientras que a la cúpula podrida la mandará a temperar al infierno, donde tienen su cupo asegurado.

*Periodista

cd2620@gmail.com.cadiz2021@yahoo.es



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Cástor Díaz

Periodista CNP 2414

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