La nueva matemática témporo-posicional de Obama y el bloqueo contra Cuba

Hay cosas que para creerlas hay que haberlas visto y oído, pero es mejor haberlas vivido. Así pasa con el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba.

Durante la conferencia de prensa efectuada después de la clausura de la V Cumbre de las Américas, el presidente Obama se refirió al bloqueo contra Cuba. Ante la pregunta de Jake, periodista, de por qué su cambio, ya que en el 2004 Obama apoyaba el levantamiento del bloqueo, afirmando que no había logrado elevar los niveles de vida, que había apretado a los inocentes y que era hora que se reconociera que esta política en particular había fracasado, el presidente contestó con una pregunta para situarse en el momento de su declaración: “¿Dónde estaba yo?” El periodista le precisó que en el 2004 era candidato al Senado.

Rápido y contundente en la riposta, el presidente Obama respondió: “Eso fue hace miles de años”.

En ese mismo instante el prominente político norteamericano había descubierto y aplicado una nueva teoría matemática que cabe denominar como témporo-posicional.

Por tanto, aplicando la lógica y la susodicha matemática de Obama, si el tiempo transcurrido de casi un quinquenio entre su anterior declaración antibloqueo y la actual equivale a miles de años, entonces el tiempo que ha durado el bloqueo, de casi 50 años, equivale a 10 miles de años. Con esto el bloqueo contra Cuba queda ubicado muy anterior a nuestra era, o sea, 8 miles de años anterior a Jesucristo.

Si para la matemática de Obama, de acuerdo con su enfoque temporal, lo dicho sobre el bloqueo hace menos de 5 años, ya no tiene validez ni vigencia, pues representa miles de años en política, menos lo podrá tener algo que fue promulgado 8 miles de años antes de nuestra era y, por supuesto, 10 miles de años antes de la era de cambios proclamados por el actual presidente.

Tal parece que para la matemática de Obama, de acuerdo con su enfoque posicional, el hecho de ser antes candidato al Senado y ahora presidente, determina  y justifica su actitud y posición diferente ante una realidad concreta. De ahí su pregunta: “Y dónde estaba yo?”. Ante esta definición se introduce un factor de corrección en la ecuación matemática en la que casi 5 años representan miles de años. En realidad el factor debía denominarse en política factor de dispersión o de distorsión o, simplemente, factor de giro..

El análisis de la pregunta y respuesta de Obama ante el bloqueo contra Cuba en la mencionada entrevista, además de matemático, puede ser filosófico.

Decía el ilustre filósofo español, Ortega y Gasset, que el hombre es él más su circunstancia. Extrapolando esta afirmación filosófica al caso Obama en este asunto, se puede llegar a la posible conclusión que al presentarse como contrario al bloqueo siendo candidato al senado, tal vez actuaba como el hombre honesto que en el fondo parece ser, y que ahora, ante las nuevas circunstancias en su condición de presidente, con todo lo que ello entraña de compromiso imperial, se desdobla y asume otra actitud y posición más conservadora y comprometida con los intereses creados por un pasado que dura más de 10 miles de años.

En fin, que puede ser que estas circunstancias hagan que el hombre traicione sus verdades, convicciones y valores, si es que realmente se poseían por este protagonista prometedor de la política de su país. Y aquí ocurriría la desmitificación de una personalidad que podría tener una trascendencia histórica si su actuación se mantuviera fiel al sueño inmortal de Martin Luther King, que es diametralmente diferente a la tórpida y criminal pesadilla de George W. Bush.

En su reflexión Fidel afirmó que la repuesta de Obama, que comentamos, había sido al menos superficial. Según Daniel Ortega eso demostraba que Obama mentía.

Esperemos que estos titubeos e inconsecuencias, estos traspiés, no tracen el camino definitivo que seguirá la trayectoria de Obama en la Casa Blanca. Sería una verdadera lástima y desgracia para el mundo y para los Estados Unidos.

Si durante la entrevista Obama se preguntaba ¿Y dónde estaba yo?, refiriéndose al 2004 y a su aspirantura al senado, tal vez sería bueno que a partir de ahora siempre se repita: “¿Y dónde estoy yo ahora, con mi consigna del yes we can change, que tan entusiastamente fue acogida y respaldada por el pueblo norteamericano?”. Quizás esto le permita no perder el rumbo dentro de la Casa Blanca donde habitan tantos fantasmas de pasados presidentes y muchos más de los benditos asesores que con tantos susurros sibilinos contribuyeron a enloquecerlos y los llevaron a la pérdida de la credibilidad y de la venerabilidad.

Por favor, ¿podrá algún miembro juicioso de su equipo o algún simple mortal con la suerte de tener una audiencia especial con el presidente Barack Obama, entregarle una brújula de alta precisión?. Sería un favor que nadie olvidaría porque tanto los Estados Unidos como el mundo necesitan que el actual mandatario no pierda el rumbo verdadero.



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Wilkie Delgado Correa


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