(Cómo pasa el tiempo con sus dudas que retraen)

El sí de nuestra relación pasada y presente a la vista

Cuando le pregunté por primera a la que es mi mujer de mi vida, aun sin firmar contrato de matrimonio, -¿te quieres cazar conmigo Matilde Milagros? Su respuesta fue inmediata y, sin pensarla me lanzó lo que quedó como lápida de túmulo: un rotundo, no, que cada vez que me acuerdo se me desgarran las vísceras sin compasión de egoísmo retardado. -Y porqué no, le replique, como un retruco en el juego del truco y, -ella, porque no es no y, calló. Todavía su frase incendiaria nacida del rescoldo de esa triste noche, jamás me pasó por la mente que, sería la más famosa consigna de la oposición venezolana traída de los cabellos al presente para combatir el sí de la aprobación mediante referéndum de los artículos: 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución Nacional que permita reelegir a los futuros aspirantes a cargos de elección popular en la Administración Pública después de 15 de febrero del año 2009, el que nos abriga a la espera de lo que irremediablemente vendrá.



Esa noche de octubre de un año infame y represivo de mis relaciones me fui a mi residencia caminando sin voltear atrás ni saludar a los vecinos presentes, pensativo y, con el rabo entre las piernas y el juicio zumbándome dentro de los oídos, todavía no me los tapaba tal cual dice, y recomienda -el filósofo del Zulia-, famoso por zarandear a su antojo el buen castellano regional y nacional e internacional o, quizás mundial, pero ése no es el caso que nos preocupa por los momentos, ni puede ni debe distraernos en lo que andábamos que, eso sí es para coger palco o, el paraguas ahora que está lloviendo mucho donde escribo este recuerdo traumático de amoríos añejos que agazapados en mi alma, busca como rebozarse al consuelo de alguien que me comprenda sin lástima y entienda el vacío que por muchos años persiste en mí en la tercera edad de la recta final que, no puede ser indefinida entre Matilde Milagros y yo, “dos almas que en el mundo había unido Dios”, por más que queramos, porque ambos somos humanos, lo que significa que estamos limitados por los años, tenemos fin y, ustedes también oposición repetidora de mentiras fatídicas.



Esa misma noche no pude dormir con los ojos cerrados por los tortuosos tormentos de su indeleble indolencia y, por la desesperanza que a consecuencia me embargaba como un tizón que lentamente me quemaba todo por dentro de una sola vez con la lava de la incomprensión que, bañaba de cenizas invisibles un amor puro que latía entre los océanos sensibles que navegan en mi corazón de cupido, y yo, el mismo que viste y calza y, no perdona como un escuálido de amor errante y, no cualquiera, sino producto de las tinieblas malvadas que se filtran en los espíritus corrompidos de la ultraderecha que nos rodean y, disparan a diario sin ningún atisbo lógico –a no ser sus propios interéses- dardos venenosos en sus medios perversos cazabobos.



Perdido por un momento en los vericuetos circunstanciales de mi conciencia, vuelvo al camino de la izquierda democrática y chavista de la reelección de mi atuendo matrimonial, de enredos y de vivencias de los que dicen que, los años pasados fueron mejores, pero, para mí fueron todos difíciles, rejuntando los malos y los buenos de los espacios cubiertos, en vez de los cubridos, extraído del vocabulario de la señora Blanca Ibáñez en su era de barragana que a decir del “eminente político venezolano” Luís María Piñerúa Ordaz lo fue cuando, a él se le perdió la famosa hasta el sol de hoy desconocida lista de los corruptos de su tiempo que, hemos averiguado en los detalles anales de un perspicuo diario personal que fue Ramos Allud (sin p) quien se los robó y los quemó. Me disculpo con mis amigos lectores por la molestia de la distracción no semántica de lo que no es y, en el ayer fue sólida noticia que recorrió el territorio nacional y, posiblemente el mundo.



Finalizo esta breve narración de mi falsa y agónica historia, incomoda, que presiona los estándares de la competencia con afinidad de amistad sincera y leal entre dos seres que se amaban que, cinco años después, recibió a Matilde Milagros por un sí maravilloso que consolidó la unión de nuestras vidas, vino a mí, aunque de segunda mano, la que, con el correr del tiempo perdoné, al haberse casado con otro de quien se divorció para entregarse a su primer amor relámpago para dar a continuidad mas no ilimitadamente ni a perpetuidad, una chorrera de varones bien sanos, que a pasos agigantados van dentro del proceso que debemos consolidar para el bien y felicidad de la gran familia venezolana, y que uno de ellos tendrá la oportunidad constitucional de ser un competidor más con opción a ser candidato a aspirar a cualquier cargo de elección popular y después a su reelección apoyado por el pueblo siempre y, cuando lo merezca, gracias al referéndum, dado como un hecho del 15f en adelante.



Ellos no, no volverán, porque nosotros somos mayoría y, como mayoría seguiremos mandando en función sobre todo de los pobres y, de los ricos también, a la buena del Sí, de Dios y de nuestra Patria.


estebanrr2008@hotmail.com


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Esteban Rojas.


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