La Piedrita

Para algunos seguidores del proceso todo aquel que se manifieste a favor del presidente Chávez es un revolucionario; mientras más fervorosa sea su declaración, mayor será su compromiso con el proceso político actual.

Esta errada convicción lleva a que la conducta desplegada por estos grupos o personas sea considerada correcta y cualquier crítica, que sobre ellos se haga tenga que hacerse desde esa posición. Así, el grupo político armado "La Piedrita", responsable de una serie de atentados recientes, sería una especie de "escuadrón" revolucionario, formado por los individuos más avanzados de nuestra sociedad, dispuestos a morir y a matar por la revolución. No importa la historia de violencia de sus integrantes, ni los intereses que finalmente se benefician con sus acciones, ni la legitimidad de su existencia, lo importante es que afirman dar la vida por el Comandante.

A tal extremo de obcecación se puede llegar, y de hecho muchos han llegado, cuando se permite el triunfo de las vísceras sobre la razón. Se trata al final de un estado de ofuscación similar al de una buena parte de la oposición, para quienes la declaración contraria es digna de ser bendecida. Allí está como ejemplo de esto último el caso de Nixon Moreno, protegido por las autoridades eclesiásticas y considerado un mártir de las luchas libertarias, simplemente por estar contra Chávez; para nada importa su prontuario delictivo. Tampoco importa, ahora en la acera del frente, el prontuario del líder de La Piedrita. En este momento, algunos del lado de acá saltarán de sus asientos indignados por la comparación; en su descargo, dejo como argumento la posibilidad de que no conozcan todo lo que algunos han hecho en nombre de la revolución.

Lo cierto es que el Jefe se pronunció y ya no debe haber más discusión. La Piedrita se transformó en una piedrita en el zapato del Gobierno; se la dejó ir demasiado lejos y ahora es más difícil enfrentarla.

El Estado no acepta otros poderes dentro de su ámbito de acción. No acepta "guarimbas", no acepta paramilitares ni grupos armados distintos de los suyos, no acepta otra violencia que la suya. Es así, aquí y en todas partes. Luego, no puede permitir la existencia de ninguna piedrita o piedrota. El Presidente lo ha dejado claro.

Ex Rector de la UCV


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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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