No es bueno engañarse y engañar

Lo que se ha dado en llamar la crisis del capitalismo, no es un asunto tan drástico como quieren hacerlo aparecer algunos sesudos analistas y conclusionistas profesionales o, que se toman las cosas a la ligera y concluyen sobre lo que presenta la apariencia. El capitalismo no está muerto, ni en vías de morirse, es más: difícilmente se puede acabar en estos tiempos, si no lo ayudamos en su enfermedad a empeorar y a colapsar. Las señales de apoyo y auxilio que los sectores fuertes y beneficiarios de este sistema egoísta económico se están dando entre éllos, ignorando de paso, la crisis en las clases medias y bajas, demuestra que lo que se está dando es un reacomodo de las fuerzas de acumulación de capitales o riquezas, para reorientar su poderío global en torno a nuevos objetivos de dominación. De esta crisis forzada, saldrá una clase oligarca capitalista re potenciada, con mayor poder concentrado en menos manos y teniendo a su disposición el mayor poderío militar de la historia. No es casual, que las empresas asociadas a los altos jerarcas políticos del gobierno Norteamericano, Judío, Italiano, Francés, Ingles y hasta algunos españoletes, sean los que reciben los contratos para recuperación de los destrozos de las guerras intencionales y la crisis provocada.

Todo el costo de estas acciones premeditadas, sobre caerán en los hombros de los pueblos del planeta, incluyendo al pueblo Norteamericano. Este drama montado, es una reacción a la escases futura de energía barata y a las rebeldías de los países que han tomado o pretenden tomar control sobre las fuentes de energías que producen y sobre otras materias primas. No vayan a cometer la torpeza de creer que las guerras disminuirán o acabaran. Es todo lo contrario, la imposición de un nuevo modelo de subyugación, pasa por el aniquilamiento premeditado de una gran masa poblacional. A través de ese terrorismo de exterminio de lo popular, se quiere imponer mediante el miedo, un nuevo orden mundial, donde el capitalismo reducido a menos manos, será quien imponga las pautas.

Para quienes ingenuamente no relacionaban cosas. tales como: el fraude electoral del año 2000, para llevar a quien debería ser el iniciador de la estrategia definitiva, a la presidencia del país (EEUU) con capacidad de poder hacer lo necesario, por el poderío militar que posee. Para quienes creen que de verdad fue un socio de la familia Bush - Bin laden- quien atacó y derribó las torres gemelas en Nueva York. Para quienes tontamente, acatan la versión, que fue un avión el que se estrelló contra el pentágono. Para esos que todavía esperan, aparezcan las armas de destrucción masiva que posee el ex socio de Estados Unidos, el ya asesinado presidente Sadan Hussein de Irak, Para quienes inocentemente siguen aceptando la versión que Bin laden estaba en Afganistán. Para justificar la ocupación de ese país estratégico. Para los que ingenuamente, no se pasean por la idea del endeudamiento de Estados Unidos, con China, Europa y Rusia y Japón, como algo a propósito, para amarrarlos al tren de sus destino. Para los que piensan que el banco de semillas madres naturales, bajo la egida del país norteño, en el subsuelo de una nación Europea, es por buena voluntad. Para esas personas que no asimilan que el envenenamiento de los mares, ríos y selvas del planeta, con agroquímicos, uranio empobrecido, napalm, plásticos, etc., es solo por inconsciencia, Para quienes no creen que el motor eléctrico para vehículos no existe ni es eficiente, tanto como el motor movido por petróleo. Para los que no entienden que sacar combustibles de los alimento, es para matar de hambre a personas y animales domésticos. Para los que piensan que pasarle por encima y sin respeto alguno a la organización internacional de naciones –ONU- es como demostración que no hay limites mas allá de los intereses capitalistas de una minoría, dueña de las transnacionales. Para los que admiten que el desarrollo de nuevas armas mortales, es solo con fines de defensa de la democracia. En fin, puede extenderse la lista de los “para…”, pero una sola verdad se impone a la realidad: Una minoría opulenta, quiere destruir la vida y cultura de las mayorías de pueblos del planeta, para quedarse éllos con todos los elementos naturales que sobre vivan a su avaricia. De nosotros depende que lo logren. Mientras más dudemos de ésta verdad, más peligroso y difícil será defendernos. No quiero ser fatalista. Solo estoy alertando de algo que está allí latente y activo a la vez. ¡Quien tenga ojos que vea.!

Lo más probable es que estas notas pasen desapercibidas o tomadas a la ligera, pues quien las redacta es un prefecto y orgulloso desconocido. Quiera la providencia que alguien con renombre las tome, las asimile y luego las difunda, no importa la originalidad y el beneficio absurdo del planteamiento, lo importante es que el mensaje se difunda y se actúe lo mas rápidamente posible, para frenar este peligro. Todo segundo perdido es tarde; no es alarmismo. Es un alerta desesperado



javiermonagasmaita@yahoo.es


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Javier Monagas Maita


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