El peligro de los loros rojitos

El tema es recurrente. En mi artículo del 11-05-08 publicado en Aporrea, donde me refería la derecha endógena, cité vario ejemplos de esos personajes que repiten como loros las prédicas presidenciales sin tener conciencia del asunto(os). Los loros de la derecha facista, lacaya y asesina, son vistos todos los días por prensa, radio, televisión, colas de Bancos, supermercados y centros comerciales, repitiendo las pautas que les marcan la morgue de Globovisión, Unión Radio, El Nacional, Televen, RCTV, etc. Son gente hipnotizada por los "analistas" políticos y periodistas palangres que dictan la forma de como deben pensar, sentir y actuar: "Ledezma es como tu". "Con mis hijos no te metas". "Prohibido olvidar". Y aquél triste epitafio: "Vamos todos a Miraflores". Si, y fueron los borregos adoctrinados por los disque líderes que sólo aparecen en la TV, Radio y prensa reaccionaria. Esos loros no analizan la situación económica del país en cuadros comparativos con las décadas anteriores, no se interesan por conocer las cifras descendentes del desempleo y la pobreza, del analfabetismo, de los millones de personas que se han beneficiado con Mercal y Barrio Adentro, no, para ellos eso es un espejismo, una falacia, un fetiche y nada más. Esos seguidores están ciegos por el odio y la envidia. No tienen un ápice de conciencia social para poder discernir lo bueno de lo malo, para distinguir lo absurdo de lo real, lo ridículo de lo veraz. Mientras alimenten sus sentidos con esa mass media involutiva y podrida, no habrá cambio posible. Son ciegos guías de ciegos. Eso es todo.

Lamentablemente son venezolanos como nosotros pero cada quien escoge su camino y su calvario, para eso somos libres en este país maravilloso.

De nuestro lado la cosa tiene algunos matices. Para empezar somos solidarios con el bienestar que llega poco a poco a las clases marginales y desposeídas, anhelamos un cambio de verdad y queremos divorciarnos del tenebroso pasado de las dictaduras adecopeyanas. Deseamos una mejor calidad de vida para todos y en eso se nos irá la vida. Es una tarea ardua y difícil pero no imposible. Surgió el líder Hugo Chávez y la historia dio un salto cualitativo. Muchas conciencias adormecidas por los cantos de sirenas cuarto republicanos pudieron salir de sus botellas, ya tienen otro sentir, divisan otro horizonte, las alamedas de la esperanza se abrieron a muchos compatriotas. Pero otra cosa es despertar conciencia revolucionaria. Yo puedo ENTENDER que necesitamos un cambio pero COMPRENDER ya requiere la intervención de esa luz interior que es la Conciencia. El entendimiento es del intelecto, de la mente, y la Conciencia viene del Ser mismo, de lo más profundo de nuestro espacio psicológico. Si no tengo suficiente conciencia de lo que es una revolución socialista, entonces seremos simples "loros" que repetiremos cuanto discurso bonito nos llegue. El compañero Vladimir Acosta se refería al tema en su alocución del pasado lunes 16 de junio, y eso no es nada nuevo pero es necesario recalcar el asunto. La derecha endógena, por ejemplo, es una demostración patética. Son personas que se sienten atraídas por el verbo del presidente pero al no tener conciencia revolucionaria se convierten en simples vividores de la revolución, incluyendo a los adecopeyanos infiltrados que sí tienen claros sus objetivos: aprovecharse del Proceso con fines de lucro. Son verdaderas hienas de la política, sanguijuelas, parásitos, la peste.

También tenemos a gente sincera que sigue el ideario bolivariano pregonado por nuestro humanista presidente, sienten de verdad que ese es el camino al socialismo pero no analizan, no son autocríticos, no razonan cuestiones básicas que nos conducen a errores de doctrina y procedimiento. Varios de ellos están en la Asamblea Nacional, en nuestros canales de TV y Radio y en muchos hogares de la patria sagrada. Si el presidente dice algo que pueda ser cuestionado, lo aceptan automáticamente y pelean por eso con su familia y amigos. Caen en el culto a la personalidad, como ya lo he dicho en artículos anteriores, no aceptan que critiquemos sanamente algunos criterios del presidente y si este último se equivoca entonces dicen que estuvo bien en equivocarse porque es un gran estratega. Por Dios.

Estos compatriotas tienen frente a sí dos peligros: O saltan la talanquera por decepción o se vuelven escépticos respecto al socialismo, pasan "a la reserva", se enclaustran políticamente.

Yo considero que más nos alimenta el látigo endógeno de la autocrítica que las lisonjas del fanatismo ciego. El propio presidente Chávez ha rectificado varias veces en público, sin ruborizarse y eso lo engrandece. ¿Por qué nosotros no podemos hacer críticas para corregir rumbos torcidos o inadecuados? Hoy renové mi cédula de identidad y en la pantalla de la computadora que usa la Onidex, aparecía la imagen del presidente. Eso es una exageración, un culto odioso que en nada nos favorece, por el contrario, nos tildan de fanáticos y seguidores ciegos. Hay mucho loro rojito haciéndole daño al proceso revolucionario y sería prudente ir colocando lasa cosas en su justa dimensión. Si sale algún funcionario público o diputado a denunciar PRESUNTA corrupción de algún ministro o colega, entonces saltan los loros fanáticos a descalificar al denunciante y enviarlo a la quinta paila del infierno. ¿Cómo se le llama a eso? Total inconciencia revolucionaria, estado de letargo y comatoso de una conciencia adormecida. Ojalá y reflexionemos sobre este asunto y cambiemos perspectivas que en nada benefician a este proceso de enrumbarnos al auténtico socialismo bolivariano.

efraingran@gmail.com


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Efraín José Granadillo


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