Los terroristas no son los del 23 de Enero, sino los del 11 de Abril

Para el gobierno nacional, las luchas populares ponen en peligro sus alianzas con la burguesía; para los luchadores, las alianzas con la burguesía ponen en peligro a la revolución. Por eso es que ahora el gobierno ha inventado nuevos enemigos, a quienes llama "anarquistas", "radicales", y hasta "terroristas".

El presidente Chávez ha dicho el 6 de abril: "a esta burguesía nacional siempre estaremos lanzándole puentes para hacer una gran alianza nacionalista y patriótica". (http://www.aporrea.org/actualidad/n112028.html)

Ya a comienzos del año lo había planteado: “no podemos dejarnos arrastrar por las corrientes extremistas. Nosotros no somos extremistas ni podemos serlo. ¡No! Tenemos que buscar alianzas con las clases medias, incluso con la burguesía nacional”. (http://www.aporrea.org/ideologia/n107017.html)

Un puente fue la amnistía a los fascistas del golpe de abril, el sabotaje petrolero y los paros patronales. La ratificación de José Ramón Rivero en el Ministerio del Trabajo y su anuncio de que negociaría el aumento del salario mínimo con Fedecámaras y la CTV, es otro puente a la burguesía. La liberación de los precios de los alimentos y la flexibilización de las solvencias requeridas a las empresas para realizar importaciones, son más puentes. La actuación de la Guardia Nacional en contra de los trabajadores de Sidor fue otro gesto muy bien recibido por parte de la burguesía. La represión en contra de los estudiantes revolucionarios de la Unexpo que le arrebataron una casa club a la derecha universitaria, y exigieron que esa casa tuviera un destino académico, el desalojo policial de esa toma, otro puente lanzado desde el gobierno hacia los enemigos de la revolución. Sobran ejemplos.

Para que esos puentes no se caigan, el gobierno tiene que demostrarle a sus aliados burgueses nacionales que ha exorcizado todo radicalismo revolucionario en su propio seno. Y para ello, tiene que denunciar a las "corrientes extremistas". Para lograr que sus alianzas no sean saboteadas por la izquierda, tiene que deslindarse de ella.

Ya teníamos un anticipo del presidente cuando decía que los "revolucionarios de pacotilla" y los "cobardes" de los barrios de Caracas eran los responsables del resultado electoral del 2 de diciembre. Los revolucionarios de pacotilla no están en los barrios, muy rara vez los visitan; están en alcaldías, gobernaciones, y ministerios.


(Mural en el 23 de Enero, Caracas)

Otro síntoma es que se ha puesto de moda aquel reformismo histórico que culpa a la izquierda chilena de ser responsable de la caída de Allende, debido a su "radicalismo". La más reciente de estas referencias la hizo el Presidente al evaluar la protesta realizada por alrededor de 30 colectivos populares de Catia y el 23 de Enero, el 3 de Abril pasado. A muchos les ha sorprendido que se calificara como terroristas a esos colectivos que hacen vida política en el 23 de Enero desde hace muchos años, que han formado parte del proceso revolucionario, y que resistieron frente a los gobiernos represivos de la derecha. Esos gobiernos los sometían a persecusiones y asesinatos, y también los calificaban como terroristas y desestabilizadores. El 11, 12, 13 y 14 de abril del 2002, los luchadores del 23 de Enero y de las demás barriadas caraqueñas formaron parte de la masiva resistencia popular a la dictadura de Fedecámaras y los generales fascistas.

Fue triste ver a Globovisión y al gobierno coincidir en la manera de descalificar la reciente protesta en el 23 de Enero. En lo único que se diferenció la derecha opositora del gobierno fue en que usó un lenguaje menos ácido, al llamar "guarimberos" a los manifestantes. Pese a que algunos voceros del gobierno repitieron el juicio del presidente, según el cual se trataba de una acción que servía a la derecha, y que incluso podía ser financiada por la CIA, lo cierto es que ningún vocero de esa derecha aplaudió a los colectivos del 23 de Enero, ni se solidarizó con ellos. La derecha sí sabe bien quienes son sus enemigos.

No es una casualidad que se ataque a quienes defendieron al gobierno durante el golpe de abril, mientras que quienes derrocaron al gobierno y persiguieron al pueblo gozan de la amnistía y la impunidad. Esa es la moneda con la que se compra la política de conciliación y alianzas con la burguesía.

Otro síntoma es que se ha puesto de moda aquel reformismo histórico que culpa a la izquierda chilena de ser responsable de la caída de Allende, debido a su "radicalismo". La más reciente de estas referencias la hizo el Presidente al evaluar la protesta realizada por alrededor de 30 colectivos populares de Catia y el 23 de Enero, el 3 de Abril pasado. A muchos les ha sorprendido que se calificara como terroristas a esos colectivos que hacen vida política en el 23 de Enero desde hace muchos años, que han formado parte del proceso revolucionario, y que resistieron frente a los gobiernos represivos de la derecha. Esos gobiernos los sometían a persecusiones y asesinatos, y también los calificaban como terroristas y desestabilizadores. El 11, 12, 13 y 14 de abril del 2002, los luchadores del 23 de Enero y de las demás barriadas caraqueñas formaron parte de la masiva resistencia popular a la dictadura de Fedecámaras y los generales fascistas.

Fue triste ver a Globovisión y al gobierno coincidir en la manera de descalificar la reciente protesta en el 23 de Enero. En lo único que se diferenció la derecha opositora del gobierno fue en que usó un lenguaje menos ácido, al llamar "guarimberos" a los manifestantes. Pese a que algunos voceros del gobierno repitieron el juicio del presidente, según el cual se trataba de una acción que servía a la derecha, y que incluso podía ser financiada por la CIA, lo cierto es que ningún vocero de esa derecha aplaudió a los colectivos del 23 de Enero, ni se solidarizó con ellos. La derecha sí sabe bien quienes son sus enemigos.

No es una casualidad que se ataque a quienes defendieron al gobierno durante el golpe de abril, mientras que quienes derrocaron al gobierno y persiguieron al pueblo gozan de la amnistía y la impunidad. Esa es la moneda con la que se compra la política de conciliación y alianzas con la burguesía.

Colectivo Libre Aquiles Nazoa: Simón Rodríguez Porras, Lisbeida Rangel, Aksel Alvárez, Carlos García, Daniel Ceballos, Alejandro Arévalo

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Colectivo Libre Aquiles Nazoa / Mérida


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