¿Y la cuarta R qué?

Es incorrecto (y hasta inconveniente) seguir suponiendo que los votos que obtuvo el No el pasado dos de diciembre representan una consolidación de la oposición en Venezuela, y que lo que se reveló en ese proceso electoral fue el supuesto derrumbe de la popularidad de Chávez y de la condición mayoritariamente revolucionaria del pueblo venezolano.

Dentro de esos cuatro millones y pico están, por supuesto, los votos de la oposición. Pero eso no quiere decir en modo alguno que absolutamente todos ellos responden a una concepción antichavista del país, ni mucho menos a una propuesta de erradicación del proceso revolucionario bolivariano, tal como lo postula formalmente la oposición. Que los resultados se parezcan a la votación antichavista de algunos otros procesos, es otra cosa.

Es incorrecto porque es mentira que la oposición es hoy un cuerpo homogéneo y consistente, cuando lo que en realidad existe es un proceso de desgaste y de atomización cada vez mayor de los diversos sectores del antichavismo, agudizado por su patética falta de planteamiento ideológico y de propuestas programáticas al país, así como por su dramática orfandad de liderazgo, todo lo cual se refleja en la disminución progresiva del poder de convocatoria que ella ha evidenciado en los últimos años, alentada apenas, muy circunstancial y efímeramente, por el garibaldismo juvenil de los meses previos a la consulta electoral. La pobreza en la capacidad de movilización (caravanas, toldos del No, afiches, recorridos casa por casa, etc.) de los sectores oposicionistas durante la campaña, fue más que patente en este proceso.

Una decreciente capacidad de convocatoria que obedece, además, a los innegables logros del proceso bolivariano, no sólo en términos de atención a las necesidades reales de los sectores más desasistidos de la población, sino que alcanza a las clases medias y pudientes de la sociedad, a través de una recuperación económica considerada hoy como una de las más sólidas de la región.

De modo que no todo es derrota y consternación. A esas tres erres planteadas por el presidente habría que agregar la del "reconocimiento" que merecen los importantes avances del país en todas sus áreas, gracias a la visión y al esfuerzo de un proyecto que, aún con tropiezos y dificultades, sí responde a las necesidades de la gente.

aaranguibel@msn.com


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Alberto Aranguibel B.

Comunicador social e investigador. Conductor del programa Sin Tapujos, que se transmite por Venezolana de Televisión. Asesor Comunicacional y de Imagen en organismos y empresas públicas y privadas.

 albertoaranguibel@gmail.com      @SoyAranguibel

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