La Revolución Bolivariana y la sucesión de principados

Un hecho cierto, que amenaza cada día la Revolución Bolivariana es, sin lugar a dudas, la estúpida creencia de algunos lideres de papel, que pueden heredar a sus hijos e hijas, hermanas o hermanas, amantes, novias, esposas, primos, etc., el poder de gobernaciones o alcaldías, como que si de principados se tratase.

La derecha endógena hace estragos en el naciente PSUV y pretende secuestrar la organización. Los representantes de esta desviación propia de la Cuarta República, alguno de los cuales cree fervientemente en la oscuridad de la traición en un gobierno chavista sin Chávez, toma papel protagónico en esta tendencia malsana. Estos enemigos del proceso revolucionario se oponen abiertamente y de manera sistemática; asesinan a una emergencia de líderes populares, honestos y que, por convicción, apoyamos al presidente Chávez sin dogmatismos.

El poder político y económico de algunos gobernadores y alcaldes, bajo la tramoya de la imposición y el chantaje, enlútese conciencias, poblando de sentimientos de frustración y minusvalía política a estos miles de jóvenes que hoy alzan su voz de manera contestataria oponiéndose a la dedocracia y la sucesión hereditaria del poder. No hay méritos tangibles, sólo son los hijos de alcaldes y gobernadores, pichones de oligarcas revolucionarios, que sólo creen en el poder como una forma de prevalecencia en las estructuras de la institucionalidad, y de privilegios que se engendran como consecuencia de este poder.

Ochos años les han sido insuficientes a algunos gobernadores y alcaldes ineficientes e incapaces, que por demás quieren seguir abrazando el poder, y heredarlo a familiares directos. El lucro del que se han provisto, en ocho años de saqueo programado y sistemático a las arcas del poder regional y municipal, es invariablemente su resumen de vida, todos los conocen, el Gobierno Central esta en conocimiento de estas desviaciones, la seguridad y supervivencia de nuestra Revolución puede estar en peligro.

Las aberraciones de estos “insignes” revolucionarios no dejan de ser la expresión más clara y ancha de oportunismo político, hoy inscritos a futuros militantes del PSUV como única forma de continuación de sus planes contrarios al bien nacional.

El próximo año sus pretensiones serán expuestas a la opinión pública nacional. De manera insensata, tratarán de imponer candidaturas desde las bases, es necesario darle perpetuidad a sus nefastas administraciones. El pueblo, desde la trinchera que emerge como un nuevo modelo organizativo, el PSUV, se prepara para librar una batalla colosal, y no permitir que sea desplazada esa nueva dirigencia que brota como espuma, y que bajo la voz del reclamo de sus espacios naturales, procura el bienestar social de TODOS.

No existe la vergüenza en estos líderes de papel. El presidente Chávez, unido a ese pueblo que lo apoya, deberá entender el clamor popular y no permitir que la dedocracia o la monarquía institucional se adueñen del poder. El proceso de selección de futuros candidatos a gobernadores y acaldes, y todos aquellos cargos de representación popular, deberá entenderse como un proceso mediante el cual la participación democrática, limpia y transparente predomine en las instancias del PSUV, el pueblo ha sido paciente, y la militancia del futuro PSUV, como expresión de representatividad del pueblo organizado, no permitirá más aberraciones y desviaciones que pongan en el peligro el avance de la Revolución.

La dedocracia y la monarquía institucional deben ser combatidas y derrotadas, la herencia del poder, como fenómeno político de la Cuarta República, deberá desaparecer.

Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos

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Ricardo Abud

Estudios de Pre, Post-Grado. URSS. Ing. Agrónomo, Universidad Patricio Lumumba, Moscú. Estudios en Union County College, NJ, USA.

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