El pasado martes 24 de Junio el pueblo venezolano, su Ejército
Libertador y su República, conmemoraron los 182 años de la Batalla de
Carabobo mediante la realización del tradicional desfile militar en el
Campo de Carabobo, lugar de escenificación de tan insigne página de la
historia de luchas emancipatorias de los pueblos venezolanos y
latinoamericanos contra la opresión oligárquica e imperialista.

Se trató de una reafirmación más del compromiso del Ejército venezolano
en el resguardo de los más sagrados intereses de su pueblo y de la
soberanía de la República.

Aquí vino Bolívar, aquí vino el pueblo, aquí vino el pueblo hecho
ejército... aquí vinieron todos a juntarse, a juntarse como un solo puño
a lanzar el rayo libertador contra las fuerzas imperiales..., fueron
palabras del ciudadano Presidente de la República en el evento, al
reivindicar con justeza el heroísmo de los pueblos de Venezuela: de
Caracas, de los llanos, de Coro, de Maracaibo, de los Andes, de Guayana,
de Oriente, de Margarita...; de los pueblos originarios, de los pueblos
afrodescendientes, de los pueblos hijos de la confluencia de pueblos
diversos; de las y los próceres de la Independencia...

Bolívar está aquí de nuevo, se ha hecho pueblo y se ha hecho Ejército,
porque lo que aquí hicieron aquellos hombres quedó pendiente..., dijo el
Presidente Hugo Chávez al conectar ese proceso de luchas históricas al
presente venezolano, develando con gran lucidez aquello que es sabido
por el pueblo en su intimidad: las luchas sociales de ayer son las
mismas luchas de hoy, cobran plena vigencia en el espíritu
revolucionario y en la constatación de su in-conclusión.

Los albores de la República estuvieron marcados por el signo de la
traición, se trató de una cruel expropiación de la patria por la
oligarquía. Hoy se retoma la batalla por la auténtica independencia y
por la dignidad del pueblo, esa batalla es librada -como ayer- por el
propio pueblo, contando con su Ejército Bolivariano, que ha despertado
de su largo letargo para reencontrarse con su origen libertario y con su
pueblo en una grandiosa experiencia de re-conocimiento en su razón
histórica y de su compromiso social.

Los cambios profundos que se construyen en el país han transformado a la
Fuerza Armada Nacional en garante de su democracia y de la soberanía,
conceptos que paulatinamente van cobrando sentido de patria y de
dignidad. Irreversiblemente el sector militar se transfigura de una
eficaz herramienta contraria al pueblo, a través del control social, de
la intimidación, de la represión sangrienta de sus luchas, en todo lo
contrario: una herramienta de lucha al servicio del pueblo. Las y los
militares de la República, en pleno cumplimiento de su misión
institucional, no resguardarán más los intereses oligárquicos e
imperialistas, resguardarán sí la paz social, una paz digna e
igualitaria, coadyuvante de una auténtica democracia en la cual no sobre
ningún(a) venezolano(a) de buena voluntad.

Ese reto de re-conocimiento de las y los venezolanos en lo esencial de
su ser como pueblo y las consiguientes implicaciones sociales
emancipatorias de esa toma de conciencia cuentan con la cada vez más
estrecha unidad cívico-militar como su principal fortaleza. El ciudadano
Presidente de la República evocó en su discurso en el Campo de Carabobo
la inspiración poética del insigne venezolano Andrés Eloy Blanco, quien
decía en alusión a la democracia que ésta debía ser "una nube que llueva
para todos para vivir mejor cada día..." y agrega: "la democracia tiene
dentro de la nube un rayo y ese rayo es el Ejército, cuando debe herir
hiere como rayo, cuando no debe herir ilumina con la luz".

Monseñor José Sánchez Porras, obispo castrense se refirió acertadamente
a las y los venezolanos como "protagonistas y sujetos de la democracia,
constructores de justicia y de paz en la civilización del amor, heraldo
de la dignidad humana y de sus derechos inalienables".

El comandante general del Ejército, Gral. Jorge L. García Carneiro
resaltó la firme conducta institucional de la organización militar,
puesta a prueba ante el insidioso e incesante proceso conspirativo de
carácter fascista que atenta contra la patria, la democracia y los más
intrínsecos intereses populares. Asimismo, resaltó el rol de la FAN en
el proceso de la democracia bolivariana, afirmando: "la historia no debe
tener signo de individualismo sino de colectivo".

Al respecto, cabe citar el artículo 328 de la Constitución de la
República: "La Fuerza Armada Nacional constituye una institución
esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el
Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación y
asegurar la integridad del espacio geográfico, mediante la defensa
militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la
participación activa en el desarrollo nacional, de acuerdo con esta
Constitución y con la ley. En el cumplimiento de sus funciones está al
servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o
parcialidad política alguna. Sus pilares fundamentales son la
disciplina, la obediencia y la subordinación. (...).

La participación activa de la FAN en el desarrollo económico y social de
la Nación constituye un hecho inédito en el proceso histórico
venezolano, manifiesto en el apoyo a la recuperación y consolidación de
la industria petrolera y de las cooperativas del sector, en las jornadas
humanitarias de atención a la salud, en el apoyo a las comunidades
indígenas, en la distribución de alimentos enmarcada en el Plan de
Seguridad Alimentaria, en los planes de construcción y rehabilitación de
viviendas y urbanismos populares, en la construcción de grandes obras de
infraestructura, en el Plan Nacional de Alfabetización, entre otros
aspectos que complementan y coadyuvan su misión de seguridad de Estado.

Hoy la institucionalidad militar venezolana está puesta al servicio de
la patria y de su democracia, logros sagrados de las luchas sociales y
marcos en los cuales transcurre el devenir digno y libre del pueblo.