Desde comienzo del siglo XXI en Venezuela, la extrema derecha "nacional" y el imperialismo estadounidense no han dejado de conspirar en contra del chavismo venezolano, a través de una incesante guerra multiforme que han impedido la tranquilidad social y el logro de la deseada paz institucional que sea sustentable en el tiempo, pero el odio político del extremismo no permite construir una potencial suma de felicidad posible en nuestra nación.
Los ejemplos concretos de ésta obsesión antichavista, lo que ha hecho es crear una perversa polarización que ha tocado terrenos despreciables y antipatrióticos, con la macabra estrategia de "la destrucción del otro", con intentos de golpes de Estados, de magnicidios, de apoyos a la aplicación de ilegales medidas coercitivas unilaterales, los criminales bloqueos, las guarimbas y los comanditos del terror.
En estos momentos, nos encontramos con una amenazante militarización imperial en el Mar Caribe, con el asesinato de personas y la destrucción de pequeñas embarcaciones, la cual es celebrada sin ningún tipo de pudor por parte de una ultraderecha, increíblemente antivenezolana.
Eso ha hecho que el Estado venezolano, ha vuelto su mirada estratégica para incrementar de manera exponencial a las milicias populares para la defensa nacional ante cualquier ataque y activar un decreto de conmoción exterior (art 338 constitucional) que nos permita estar alerta.
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, refirió que el decreto constitucional tiene como finalidad que "toda la nación, toda la república, toda la institucionalidad, todo hombre y mujer, ciudadano y ciudadana de este país, tenga el respaldo, la protección y la activación de toda la fuerza de la sociedad venezolana, para responder a las amenazas o, si se diera el caso, a cualquier ataque que se hiciera contra de Venezuela".
Asimismo, el jefe de Estado indicó que las y los venezolanos, "están unidos y tienen la razón de luchar por nuestra soberanía", la cual está siendo amenazada por el Gobierno de Donald Trump. En lo formal, esta medida busca dotar al Estado venezolano de herramientas legales para defender su soberanía ante la "amenazas imperiales" y posibles acciones militares por parte de Washington.