Las redes y su influencia en la alimentación del vecino

Las redes se han convertido en el centro de exposición de chistes, de recetas de cocina, de alarmas, recetas médicas, de alertas ante el consumo de cualquier producto, del no comas esto, come de aquello; del tómate este brebaje, etc. Eso no es malo. Pero resulta que habrá a quien afecte, o quienes no le paran a tantas recomendaciones o quienes convencidos cumplen lo que alguien en la red se le ocurrió decir, solo para ganarse los "Like"

En esta nota, contaré las vivencias de mi vecino, un día cualquiera en el momento de las comidas diarias. Debo decir, que mi vecino hace caso de todo, para él no hay dudas, lo que aparezca en las redes, ¡Santa palabra!

El caso es que a la hora del desayuno, ante un plato que contenía una arepa, berenjenas fritas y queso rallado, mi vecino se puso a pensar sobre lo que vio en internet. "No me puedo comer esa arepa, porque es un carbohidrato que por venir del maíz, hace mucho daño, engorda y me puede enfermar" "No me puedo comer la berenjena, ya que está frita en aceite y que de seguro, ese aceite genera el exanol que produce yo no sé qué cosa. "Que tapa las arterias" etc. "Tampoco me puedo comer el queso, porque cuando lo están haciendo lo mezclan hasta con la caca del perro o la garrapata de la vaca, además, tiene mucha sal y me puede dañar los riñones" Nadie negaría eso, pero en estos tiempos ¿Hay otras alternativas? ¿Se va a dejar morir de hambre el vecino por culpa de las redes? Mi vecino se perdió ese manjar; eso se come haciendo un migote con berenjena, queso y arepa y que sabroso es. Esa es la mejor forma de comer berenjena. ¡ummm!, lo recomiendo. Pues, mi vecino no comió, se tomó un vaso de agua, para esperar el almuerzo.

En el momento del almuerzo, ante el plato de comida, nuevamente la mente del vecino fue invadida por las redes. Esta vez, destacaba el arroz, tajadas, un bistek. Igualmente, pensó en que si comía arroz se iba a poner diabético, le subiría la glicemia, ¡y eso que tiene como 60 años comiendo arroz, y ahora es que viene a darse cuenta de eso! De la tajada frita, dijo lo mismo de la berenjena, respecto al aceite. Del bistek, pensó en que le subiría el colesterol, el triglicérido o el acido úrico, sin darse cuenta que por el precio de la carne, tenia meses que no comía. ¡Aprovecha, viejo, eso no es todos los días! Una vez no quiere decir nada. Total, tampoco almorzó.

Finalmente, llegó la hora de la cena. Un huevito frito, un polvito de queso y una arepita. Todo en diminutivo, la cena no es abundante, según los nutricionistas. Bueno, siguió con su tema. No quería el huevito frito por lo del aceite; le preguntaron si lo podían sancochar y enseguida dijo que así daba infartos, lo dijo un médico, según lo había visto en internet. El queso fue rechazado por lo que dijo anteriormente, sobre él. Y la arepa no la quiso, por una nueva duda sobre ella. ¿Y si contiene, fumonisina? No, vieja, definitivo, tampoco voy a cenar.

¡Será que te quieres morir, en verdad!, le dijo la esposa. ¡Sigue así! Sigue haciéndole caso a las redes.



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Jesús Rafael Barreto


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