Operación "Caza de Fantasmas", ¿Guerra a las drogas o guerra a Venezuela?

La situación en el Caribe es cada vez más inestable. Ya no se trata solo de la presencia de embarcaciones de guerra norteamericanas, sino también de acciones militares desproporcionadas contra una supuesta lancha con cargamento de droga. Esta información, filtrada a través de las declaraciones del mandatario estadounidense Donald Trump, provocó todo tipo de reacciones tras difundirse un video en el que se observa una embarcación circulando a alta velocidad con varios tripulantes y unos bultos de dimensión reducida, inapreciables y difusos.

A ciencia cierta, se desconoce si el video es real; de hecho, se le atribuye su autoría a la inteligencia artificial. Tampoco es posible comprobar su procedencia, destino, o las razones por las cuales la embarcación fue eliminada en lugar de ser interceptada. Esta acción ha sido cuestionada y calificada como un asesinato a sangre fría, dada la abrumadora superioridad de la flota norteamericana. La falta de explicaciones sobre por qué no se capturó a los tripulantes vivos para interrogarlos genera suspicacia. Resulta llamativo que, siendo un hecho sabido la presencia militar en la zona, una lancha se arriesgara a cruzar sin ninguna posibilidad de éxito. Estas y otras ideas, ya expandidas en los medios de comunicación, crean la sensación de que todo fue un montaje o un teatro orquestado.

Pero cuidado con simplificar los hechos. Quizás detrás de este episodio existan motivos más congruentes con una intervención militar. Vale la pena, por tanto, explorar otros escenarios.

La potencia del norte no desplegó su flotilla para explotar lanchas en el Caribe o capturar un mísero 5% de la droga que llega a sus costas. Desde un punto de vista mundano, sus planes tendrían varios propósitos. En primer lugar, amedrentar cualquier tipo de negociación posible entre la República Bolivariana de Venezuela (RBV) y los Estados Unidos. Con la presencia de efectivos militares y su fuerza destructiva, Trump buscaría llegar a acuerdos subterráneos con ventajas extraordinarias, gracias al chantaje impuesto. Paralelamente, ensayaría la reacción de los países de la región y visualizaría los movimientos tácticos de Venezuela.

Al mismo tiempo, controla el paso de barcos con dirección a Venezuela para asfixiar aún más su economía. Se ha dicho mucho que Venezuela ha vendido petróleo en alta mar para evadir las sanciones; la flotilla estaría allí también para impedir estas acciones. Finalmente, si se produjera un alzamiento interno que lograra un éxito temporal, estos efectivos ya estarían en posición de invadir bajo la solicitud de un nuevo gobierno. Por eso la protección de las fronteras, sobre todo con Colombia, es crucial, ya que por allí podrían entrar armas y efectivos militares. Todo esto, sin duda, ha sido entendido a la perfección por las Fuerzas Armadas de Venezuela.

Se dejan colar argumentos que sugieren que una eventual intervención no sería una invasión, sino una "operación quirúrgica" exclusiva para eliminar al presidente y otros altos funcionarios. Cabe destacar que no existe en el mundo ley alguna que permita este tipo de acciones, por lo que quedarían completamente fuera del orden legal internacional avalado por la ONU. De producirse, dicha actuación debe ser repudiada como una agresión, calificada como una usurpación, y repelida con toda la movilización, la reserva y la defensa en profundidad.


 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 870 veces.



José F. Medina


Visite el perfil de José F. Medina para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: