En Venezuela necesitamos acelerar el ritmo de las transformaciones. Los cambios acelerados que se han dado en la ciencia y la tecnología hacen obsoletas e inservibles instituciones como las gobernaciones, alcaldías y concejos municipales. Es decir, vino nuevo ha de beberse en odre nuevo. Sin embargo, además se prevé que para los próximos treinta años el desarrollo científico-tecnologico sera mayor, lo que obliga a Venezuela a acabar con las causas capitalistas que empobrecen al pueblo venezolano, y a reformar la Constitucion de la República Bolivariana de Venezuela para eliminar de raiz las viejas instituciones burguesas y edificar otras nuevas como las ciudades comunales que vayan acorde con el avance de la ciencia y la tecnologia.
Por ejemplo. A raíz de la amenaza del señor Rafael Lacava - que por cierto aún el pueblo carabobeño desconoce la pequeña cantidad de votos que lo eligieron gobernador - de que quien no pague el servicio de aseo urbano será multado, viene estimulando, en el chavismo auténtico de las comunidades del sur de Valencia, la necesidad de organizar las comunas como gobiernos autónomos dirigidas por la propia gente, sin que intervenga ni el partido de gobierno, mucho menos ningún ministerio del estado burgués vigente.
Cuánto recurso por recaudación de impuestos ni ha sido dilapidado por la burocracia. Estos impuestos de ahiea en adelante deben ser recaudados por las comunas con las técnicas más avanzadas de la administración peri además, lo recaudado debe ser un libro abierto y cuentas claras donde la reinversion de los mismos sea decisión de una asamblea de ciudadanos de la propia comuna.
Es un sentimiento popular generalizado, que gobernaciones, alcaldías y concejos municipales deben desaparecer. Y este sentimiento se ha hecho más patente a partir del hecho, que se ha repetido en las tres últimas elecciones, en el cual el fenómeno de la abstención -como la única forma de sufragar que le han dejado al pueblo de expresar su voto - haya sido tan inmensamente alta, que llega a significar que ningún gobernador, alcalde diputado o concejal haya obtenido la votación necesaria para poder ser proclamado, pero lo más importante es, que dichas instituciones ya no le sirven al pueblo venezolano para absolutamente nada, más bien representan un problema.
Nuestro punto es, que desde cualquier ángulo que se mire, no hay nada más disparatado y absurdo que calificar a cualequiera de estas instituciones antes mencionadas de socialistas y revolucionarias. Pretender que las clases burguesas van a autodestruirse para cederle pacíficamente el paso al poder popular, tal cosa jamás ha ocurrido ni ocurrirá.
Los empobrecidos del capitalismo para poder liberarse están obligados a destruir al estado burgués y en su lugar instaurar su propio poder, un gobierno propio, que en Venezuela no es otro sino EL ESTADO COMUNAL. Y el socialismo bolivariano, el del siglo XXI, el comunal que es su vía particular venezolana, no puede aceptar en su nuevo metabolismo ninguna institución sea esta engendrada del fracasado capitalismo o una del socialismo autoritario.
Instituciones como las mencionadas arriba, tienen sólo sentido bajo la extrema brutalidad de la lógica del sistema capitalista y para lo único que han servido en Venezuela en los últimos 25 años, es para esterilizar el terreno de la Revolución Bolivariana, obstruyendo el nacimiento del estado y la sociedad comunal. Se pueden traer miles de ejemplos de como funcionan estas instituciones a favor de las clases burguesas y de hechos de corrupción y practicas de burocratismo que siguen dándose en el seno de estas instituciones que fueron implantadas en el cuerpo de la nación venezolana por los viejos Amos del Valle y que la burguesia madurista sigue sosteniendo con el propósito de obstruir el nacimiento del verdadero poder popular.
Es falso, como sistienen algunos, que todo el desastre por el cual está atrevesando la sociedad venezolana, obedece a los desafíos que la revolución bolivariana está afrontando en una nueva etapa, y es falso porque no hay ninguna revolución, esta fue traicionada hace más de una decada. La sociedad venezolana se encuentra envuelta en una inmensa contradicción histórica, o termina destruida en manos del capitalismo hoy representados por el partido madurista y el mariacorinista, o son las clases trabajadoras empobrecidas JUNTAS en un único programa de liberación que tomen el poder para escribir una nueva historia.
