Momentos cotidianos y reflexivos

Me pareció de gran importancia relatarle lo vivido en una camioneta de pasajeros que cubre la ruta de Petare a Carmelitas, donde un señor que llevaba un niño en edad escolar, mantenía una conversación telefónica con quién al parecer sería la madre del infante y, a mi entender están separados con responsabilidades compartidas.

Es el caso que, en medio de la conversación, que era imposible no escuchar, porque iba en el asiento de adelante, se escucharon quejas o reclamos hacia la persona con quién mantenía comunicación y le decía: … "ayer le saque la cédula de identidad, hoy estoy en la actividad de fin del año escolar, tú nunca puedes, siempre el pretexto que no te dejan salir del trabajo que no te dan permiso" ...

Al lado del padre, un poco ofuscado, se encontraba una mujer relativamente joven la cual, al terminar el padre con la conversación, le dijo con voz muy suave: "Señor, lo que le dice su esposa puede ser muy cierto; disculpe que lo escuché y emita una opinión al respecto. Yo trabajo en una empresa donde no me dan permiso para la inscripción de mis hijos, si falto me descuentan el día de mi corto salario y, mucho menos para las actividades escolares. Siempre tengo que pedir ayuda a una familiar para poder cumplir con los deberes de la escuela".

Por un breve momento hubo un silencio, a lo que luego le responde el caballero: "Sra. soy gerente de operaciones de una empresa y, a todas las mujeres les doy sus permisos… sé lo que un niño siente cuando no ve a su madre viéndolo en las actividades culturales, no entiendo el porqué de esa situación y, sé de los deberes que se tienen para con los hijos…"

Esta situación me llamo a la reflexión, todo lo que hemos luchado las mujeres de este país por nuestros derechos, desde aquellos triunfos por el derecho al voto, ha sido una trayectoria ardua de logros sumados hasta nuestros días, desde las Fiscalías, Tribunales, Instituciones, Banco para la Mujer, Casas de Abrigo, hasta un ministerio para la Mujer e Igualdad de Género, una Ley Orgánica a una vida Libre de Violencia, y escuchar esos comentarios en un medio de transporte, me hace pensar que seguimos como al principio, que aun teniendo una amplia gama de amparo legales, me atrevería a decir que la mejor, ¿qué está sucediendo para que los mismos no tengan el peso suficiente para hacerse valer?, ¿dónde está realmente la falla?.

Desde nuestra Carta Magna, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), específicamente en el artículo 78, se establecen garantías a los derechos de los niños, niñas y adolescentes y, se refuerzan en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNA) en los artículos 8 y 54, donde queda expreso que la familia es responsable de asegurar el cumplimiento del derecho y garantías de nuestros hijxs.

En lo vivido en ese medio de transporte, a través de la conversación sostenida de dos pasajeros, podemos visualizar las violaciones de derechos a la mujer y el derecho a las niñas, niños y adolescentes a tener presente a sus representantes en las actividades educativas. En nuestros tiempos, cuando la mayoría de las familias están estructuradas con un pilar único (la madre), que se hace responsable y es la garante del desarrollo sicológico, social, económico de los hijos e hijas.

Cualquiera te diría, denuncia que la ley te protege, pero sabemos que no es así, las instituciones que tienen que ver con el tema, en la defensa de los derechos de mujer, no están cumplimiento con el seguimiento y control de las políticas públicas en materia de género.

La violencia laboral, el acoso es un tema que debemos tratar urgente como decimos las venezolanas, darle un parao a eso.



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