Cáscara Amarga 1075

Jesucristo, Don Quijote y yo

Jesucristo, Don Quijote y yo. Aqueste este cura ignaro raro cleuasmo asno, ha de estar abroquelado al sobaco de Apeles: Zapatero a sus zapatos. Asina ansí así: ¡Jesucristo, Don Quijote y yo, los más insignes majaderos de este mundo! Es una expresión tajante comparativa sentida del Libertador Simón Bolívar. Una de las últimas citas del Libertador, a según su médico, el sabio francés, el doctor Alejandro Próspero Révérend. Y, a buen seguro, con la mortaja encima sacudíala, el Libertador, de entre lo controversial paradójico, de entre el realismo y el idealismo, de entre la controversial paradoja, de entre la estética y la espiritualidad, contenidos que contiene el continente de la Filosofía de las 4E de Maleo 2001. El Libertador en la paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. El General Simón Bolívar, soltara la expresiva proposición sentida comparativa: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con digresión y sin digresión, Jesucristo, Don Quijote y yo. El Libertador de entre el paradójico díptico el realismo y el idealismo, sus ideales y su lucha por la libertad. El Libertador en la paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. El Libertador en la sombría penumbra whitmaniana del lienzo pictórico blanquinegro del Yin y el yang de Laozi y de Walt Whitman. El Libertador en la paradójica ironía defensiva ofensiva quijotesca cervantina absurda medular estable profunda de entre la crítica y la no crítica, de entre la locura y la cordura, de entre la razón y la sinrazón, de entre a guerra y la paz, de ente lo consciente y lo inconsciente, de entre el realismo y el idealismo de Don Quijote, el Libertador con la expresión, la paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. El General Simón Bolívar, soltara la expresiva proposición sentida comparativa: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con divagancia y sin divagancia, Jesucristo, Don Quijote y yo, de entre la frase de entre ironía y la no ironía, de entre la crítica y la no crítica, de entre las dificultades y las no dificultades, de entre las contradicciones y no contradicciones, de entre el debate y el no debate, de entre la interpretación y la explicación, de entre la reflexión y la no reflexión, de entre lo legado y lo no legado, de entre la historia y la eternidad, de entre el espacio y la ubicuidad, de entre lo importante y lo no importante, de entre el recuerdo y el no recuerdo, de entre el significado y el significante, de entre el pensamiento y el sentimiento, de entre la realidad y el idealismo, de entre lo humano y lo divino, de entre lo propio y lo ajeno, de entre la acción y la inacción, de entre lo perfecto y lo imperfecto, de entre la libertad y la opresión, de entre la independencia y la dependencia, de entre la mortalidad y la inmortalidad, de entre la meditación y la no meditación, de entre la prisa y la pausa, ha de estar la paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda del General Simón Bolívar en su lecho de muerte, ha de estar la parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo, el Libertador, como persona, desde de donde y desde su lecho de entre la vida y la muerte, el Padre de la Patria, engendrara la frase histórica que no histérica del Libertador, o sea y es decir, decir la síntesis intelectual esencial existencial real de entre el realismo y el idealismo, del Libertador Simón Bolívar: La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte, en que soltara la proposición sentida comparativa: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con rebozo y sin rebozo, Jesucristo, Don quijote y yo. La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. La parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo como persona el Libertador Simón Bolívar. Es tanto como decir y mentar a la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del trigo y la cizaña, la parábola cristiana de Jesucristo de la cizaña del campo, que es de la forma dialéctica difusa borrosa del taño del ser y no ser, del trigo y la cizaña. Es tanto como decir el dejad crecer juntamente lo uno y lo otro, el trigo y la cizaña, hasta la siega y al tiempo de la siega de Jesucristo. Es tanto como decir y hablar de la narrativa del apóstol Mateo 13:24-48 en el Nuevo Testamento, que dejara mostrada, demostrada afirmada y plasmada por los siglos la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del trigo y la cizaña, la parábola cristiana de Jesucristo de la cizaña del campo. Conocida por ti, conocida por mí como conocida por el Libertador, y, que con razón lo dijera el Libertador: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con parábasis y sin parábasis, Jesucristo, Don Quijote y yo. La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. La parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo como persona el Libertador Simón Bolívar. Es tanto como decir y mentar a la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del rico insensato, la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del hijo pródigo y el hijo ahorrativo. Es tanto como decir y hablar de la narrativa del apóstol Lucas, 12:13-21 en el Nuevo Testamento, conocida por ti, conocida por mí como conocida por el Libertador, y, que con razón lo dijera el Libertador: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con digresión y sin digresión, Jesucristo, Don Quijote y yo. La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. La parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo como persona el Libertador Simón Bolívar. Es tanto como decir y mentar a la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del perdido y el encontrado, del hijo pródigo y el hijo ahorrativo. Que fuera la narrativa del apóstol Lucas, 15: 11-32, en el Nuevo Testamento, conocida por ti, conocida por mí como conocida por el Libertador, y, que con razón lo dijera el Libertador: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con divagancia y sin divagancia, Jesucristo, Don Quijote y yo. La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. La parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo como persona el Libertador Simón Bolívar. Es tanto como decir y mentar a la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo de la oveja perdida, que fuera la narrativa del Lucas, 15: 4-28, en el Nuevo Testamento, conocida por ti, conocida por mí como conocida por el Libertador, y, que con razón lo dijera el Libertador: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con rebozo y sin rebozo, Jesucristo, Don Quijote y yo. La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. La parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo como persona el Libertador Simón Bolívar. Es tanto como decir y mentar a la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo de la perla de gran precio que fuera la narrativa del apóstol Mateo, 13:45-46 en el Nuevo Testamento, conocida por ti, conocida por mí como conocida por el Libertador, y, que con razón lo dijera el Libertador: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Con concordancia y sin concordancia, Jesucristo, Don Quijote y yo. La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. La parabólica paradójica percepción proverbial presunta bolivariana absurda medular estable profunda, que es decir la propia propiedad espiritual racional de reconocerse a sí mismo como persona el Libertador Simón Bolívar. Es tanto como decir y mentar a la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo y el sembrador que fuera narrativa del apóstol Mateo 13:3-23, del apóstol Marcos 4:2-20 y del apóstol Lucas 8:4-15 en el Nuevo Testamento, conocida por ti, conocida por mí como conocida por el Libertador, y, que con razón lo dijera el Libertador: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!

Si ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo! La paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte. Es una expresión tajante comparativa sentida del Libertador Simón Bolívar de entre la mortalidad y la inmortalidad, con la mortaja encima sacudíala, el Libertador, de entre lo controversial paradójico, de entre el realismo y el idealismo. Entonces sea dicho que Jesucristo, Don Quijote y yo, la paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda, del General Simón Bolívar en su lecho de muerte, fuera una expresión del Libertador Simón Bolívar, de entre la vida y la muerte. Bergoglio ergo vergo sea dicho que de entre la vida y la muerte, el Libertador Simón Bolívar, como si estuviera en la paradójica grisura sombría penumbra whitmaniana del lienzo pictórico blanquinegro del Yin y el yang de Laozi y de Walt Whitman. Que el Libertador como si estuviera en la paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda en su lecho de muerte. Que el Libertador Simón como si estuviera en la paradójica ironía defensiva ofensiva quijotesca cervantina absurda medular estable profunda de entre la razón y la sinrazón, de entre la cordura y la locura de Don Quijote. Que el Libertador hablara de la narrativa del apóstol Mateo 13:24-48 en el Nuevo Testamento, de la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del trigo y la cizaña. Que el Libertador hablara de la narrativa del apóstol Lucas, 12:13-21 en el Nuevo Testamento, de la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo del hijo pródigo y el hijo ahorrativo. Que el Libertador hablara de la narrativa del apóstol Mateo, 13:45-46 en el Nuevo Testamento, de la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo de la perla de gran precio. Que el Libertador hablara de la narrativa del apóstol Mateo 13:3-23, del apóstol Marcos 4:2-20 y del apóstol Lucas 8:4-15 en el Nuevo Testamento, de la paradójica espiritual parábola cristiana de Jesucristo, de Jesucristo y el sembrador. Que las paradójicas espirituales parábolas cristianas absurdas medulares estables profundas de Jesucristo, han sido conocidas por ti, han sido conocidas por mí como conocida por el Libertador Simón Bolívar. Que con razón, de todo lo expuesto, lo dijera el General Simón Bolívar, en su lecho de muerte, con su síntesis paradójica atributiva frase bolivariana absurda medular estable profunda de entre la tesis y la antítesis: ¡Los más insignes majaderos de este mundo, Jesucristo, Don Quijote y yo!



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Miguel Homero Balza Lima


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