El gobierno nacional está acentuando la campaña contra la delincuencia básicamente a través de una acción, esperada por la población y las comunidades, que está dirigida hacia la acción policial directa contra aquellos individuos, organizaciones y bandas que azotan de muchas maneras las actividades de la población.
Hablando sobre el tema con Belkis Hernandez, profesora y Trabajadora Social, llegamos a la conclusión que para lograr una solución profunda y con visos de solución permanente de la problemática de la delincuencia, hay que ir a la raíz del problema que comienza desde la infancia, en familias conflictuadas, sometidas como toda la gente que vive en los barrios a condiciones de pobreza, extrema, sin autoridades a la vista, que muchas veces pone a prueba los valores familiares con tanto empeño sostenidos.
Además estos grupos populares también son víctimas al igual que todos nosotros de campañas constantes de inculcación, captación, por el fascismo, grupos comerciales, bandas narcotraficantes, prostitución, etc. todos grupos destructivos que llevan sutilmente a la población y a las persona hacia la pérdida de identidad familiar, colectiva y a la violencia.
De no reconocerse y eliminar esos fundamentos antivalores el grifo de donde sale continuamente la delincuencia seguirá abierto.
El otro punto a considerar es que la manifestación de la delincuencia responde por lo tanto a un conjunto de factores, dentro de los cuales el policial es uno de ellos, pero cuya actuación es necesaria e inclusive invocada solo al último momento, cuando todas las condiciones necesarias para que aparezca y se desarrolle el fenómeno delictivo han actuado libremente. No hay que dejar de lado que las zonas populares están plagadas de múltiples bandas que acosan y azotan a su población y juventud.
Para controlar todo esto es necesario por lo tanto que una organización como la policial amplié su visión y atienda y entienda que la delincuencia o es un fenómeno social que lo trasciende y que por lo tanto para su plena atención se necesitan la participación de otras visiones, otras instituciones, otras estrategias que se sumen a la eminentemente policial para crear un haz de esfuerzos que pueda cubrir sus mayores expresiones y contribuir a minimizarla.
Quiero aclarar que me refiero aquí a la delincuencia que surge en las comunidades marginales, la cual recibe mucha atención mediática. Sin embargo, la delincuencia de altos funcionarios o de los sectores más ricos no se trata de la misma manera. Por ejemplo, en China, a los funcionarios corruptos se les aplica la pena de muerte y, aun así, hay casos de corrupción. Aquí sufrimos de más limitaciones para controlar esa delincuencia.
Pero ya que el tema que nos ocupa es el de la delincuencia de origen barrial, creo amigo ministro, que es necesario en primer lugar crear un Consejo, un Comité, u otra organización de este tipo la cual este constituida por personas con experiencia, no solo por jóvenes que vayan a aprender de la práctica, a fin de elaborar análisis, estadísticas, investigaciones, documentos diagnóstico que permitan ampliar las bases conceptuales del fenómeno de la delincuencia en el país.
Un Grupo de este tipo puede concebirse como un grupo previo, dependiente del Ministerio de Interior y Justicia para coordinar con otras instituciones las acciones integrales que hay que emprender en todas las poblaciones del país, elaborando planes integrales de intervención que puedan actuar sobre todas las variables especificas en cada comunidad del país.
En este grupo se incluiría a Sociólogos, Trabajadores Sociales, psicólogos, y otros profesionales que con conocimiento y experiencia en el campo de la criminología, sociología, psicología y otras áreas relevantes puede proporcionar una comprensión profunda y matizada del fenómeno. Una de sus tareas sería coordinar actividades y consultas con centros de educación universitaria, otras instituciones públicas, comunales, privadas y personalidades del área.
La recopilación y análisis de datos es una de las áreas de estudio para entender los patrones y causas de la delincuencia. Pueden desarrollarse estadísticas detalladas, identificar tendencias y evaluar la eficacia de las políticas actuales.
Esta sería una primera etapa en la elaboración de una estrategia integral social, política, económica, urbanística, sistémica y sistemática que también desarrolle políticas específicas para prevenir la delincuencia desde la cuna.