Adiós, adiós Mundo cruel . Adiós mundo cruel, Ya nunca te veré…Asi comienza la primera estrofa de una canción interpretada por Enrique Guzmán.
Pero, lamentablemente lo estamos viendo. Lo que está sucediendo en el panorama mundial en materia de crueldad del hombre contra el propio hombre, nos traslada a la oscura edad medieval, donde se quemaba a las personas para ocultar la verdad, donde a nombre de una religión se sacrificó a científicos, se sepultaba a los que disentían de los credos, de políticas dominantes y se torturaba a los pensadores para que abjuraran de sus propias ideas o descubrimientos, sin importar, si eran ciertas o no.
Era imponer mediante la fuerza y el chantaje ideas, religiones, sistemas políticos, falsa verdades y apreciaciones, porque sobre la base de ocultar la verdad, florecían imperios, se sostenían monarquías y mantenían criterios religiosos, que sólo de esa manera podían consolidarse.
Mutatis, mutandi, lo que estamos apreciado en el escenario político mundial, es como si, se nos proyectara una película, que nos permite equiparar las crueldades medievales, con las que se comenten ahora en pleno Siglo XXI.
""Estamos en una era dominada por formas extremas de crueldad, que además no están ocultas y se reciben con cierto nivel de alegría".
La afirmación corresponde al académico Henry A. Giroux todo ello forma parte de lo que él ha denominado la "cultura de la crueldad".
Son expresiones formuladas por este intelectual, que califica a Donald Trump, como un testaferro de la oligarquía en entrevista realizada por la BBC, de Londres.
Agrega, en la entrevista que:
"Es que de repente nos encontramos en una era dominada por lo que yo llamaría formas extremas de crueldad, formas que además no están ocultas y que parecen ser recibidas con cierto nivel de alegría, por no decir un rechazo abyecto a reconocer cuán malvadas son estas políticas".
Y continua explicitando la idea: "Lo que estamos viendo es un principio de crueldad que afecta todos los aspectos de la vida estadounidense, ya sea en forma de ataques a las escuelas, a los inmigrantes indocumentados o a las personas transgénero".
"Hoy la crueldad no solo emerge en forma de un lenguaje deshumanizador. También emerge en las políticas".
Y estas palabras lapidarias caen hoy como anillo al dedo, para describir lo que la elite gobernante estadounidense, quiere imponer en su afán de tener hegemonía sobre el Planeta Tierra.
De acuerdo a su reflexión, en el caso de los Estados Unidos esta tendencia no es nueva y pone como ejemplo:
"Pero la crueldad no es una novedad en la historia política de EE.UU. No hay más que remontarse a las leyes Jim Crow de segregación racial, por poner un ejemplo".
Para refrescarnos la memoria: " eran leyes estatales que segregaban a los afroamericanos en los Estados Unidos, limitando su ciudadanía y libertad. Estas leyes se basaban en la teoría de la supremacía blanca". Segregación que hoy está firmemente documentada y filmada, para el que quiera profundizar el tema.
El académico, entre los ejemplos que pone de esta crueldad cultural, está el de los migrantes.
Todos hemos vistos, ha sido publicado en la presa escrita internacional, en portales noticiosos el trato indigno que se ha impuesto contra los migrantes en las zonas fronterizas, policías y miembros del ejército armados hasta los dientes con perros rabiosos adiestrados para lanzarlos contra seres humanos, que buscan mejorar su calidad de vida.
Han incluso habilitado, como depósito para migrantes el centro de terror de Guantanamo, donde la tortura está en el orden de día, donde se humillado a miles de personas y ahora se envía allí, a migrantes, que ni siquiera se les ha demostrado que han cometido algún delito. Sólo se les criminaliza por el hecho de ser migrantes y pasan a ser cifras, que quiere completar Donald Trump, por haber sido ofrecidas en su campaña electoral.
Los migrantes, son detenidos hasta en la iglesias donde ingenuamente se refugian, quizás, esperando la protección divina, encadenados por las manos y los pies, y trasladados a ese centro donde la dignidad humana, no vale ni siquiera un dólar y que en todo el mundo se sabe que es un centro de torturas, sin que ningún organismo internacional, detenga tales procedimientos. Y esto lo hace, una elite gobernante demócrata-republicana, que se pavonea, diciendo que eso son una auténtica democracia y líderes morales del mundo. Más hipocresía imposible.
El terror que han impuesto estas medidas en los Estados Unidos, es tal, que hasta migrantes, que tienen años allí, con cierta estabilidad, apoyan estas medidas crueles contra sus propios compatriotas, por el temor de que a ellos, se le quiten determinadas prerrogativas y sean candidatos también a las humillantes deportaciones.
En reflexiones que continuaremos haciendo, nos referiremos a otros aspectos de esta Cultura de la Crueldad que se está imponiendo, en otras esferas de la vida social estadounidense, que el mismo autor que hemos citado en este artículo las califica como fascistas.