Asociar a Maduro y sus decisiones con Chávez y el socialismo es una estrategia de alta inteligencia. El verdadero enemigo es el legado del socialismo y Chávez, pero el mensaje ambiguo de maduro sigue siendo una molestia; promete socialismo a la vez que se aferra al desarrollo del capitalismo. Esto último es el espacio de provecho para Trump que a través de sus licencias y sanciones hace que la aguajería de maduro se convierta en entrega y concesiones.
Maduro es incapaz de sacar a Chevron y a las otras empresas de los campos que explotan, pero amenaza con no recibir a los deportados; ¡da risa!, si no fuera una reacción tan pendeja y cruel. El arma más letal de un país petrolero es el petróleo, pero Maduro usa como su moneda de cambio a los deportados.
Sin embargo, sin soberanía todo está perdido. La fuerza de Venezuela está en ser independientes del capitalismo y sus relaciones de producción; sin capitalismo no hay chantajes capitalistas. Pero no es así, maduro está comprometido con su modelo de producción, explotación y propiedad hasta los huesos, depende de Chevron, y depende de Fedecámaras y Conindustria, del capital extranjero, de los chinos, de los gringos y de un largo etcétera . En el mundo capitalista la "independencia económica absoluta" es un mito por no decir que es una estupidez, para Venezuela y para EEUU, China y Rusia y el resto de países capitalistas; ¿independencia de qué o de quién?. Venezuela será soberana e independiente, mínimo si toma sus decisiones lejos de los intereses capitalistas, del capitalismo, cuando no sea Trump quien disponga quién se lleva nuestro petróleo, o Chevron o Schlumberger o Epson, o cualquier otra trasnacional.
No hay mal que por bien no venga; esta sería una oportunidad de oro para que el madurismo muestre un poco de dignidad patriótica, pero está lejos de tener los cojones para hacer una verdadera revolución económica y social. Se asustaron con Chávez y lo traicionaron, ahora, humillados y jamaqueados por Trump, lo amenazan a su mismo estilo displicente por la vida, jugando con la vida de nuestro propios connacionales, como si al imperio, que "destroza naciones", le importan los mártires. Por supuesto, Maduro no es Chávez ni chavista, Chávez expulsaría a Chevron del país y no abandonaría a sus connacionales. Pero la derecha los asocia para calumniar a Chávez y al socialismo en la persona del pusilánime Maduro.
Esta inteligente manipulación muestra que el socialismo, su ideal, la sola posibilidad de una sociedad donde se distribuya de manera igualitaria la riqueza material y el conocimiento, sigue siendo una amenaza real para el capitalismo y para el imperio, o los imperios. Un socialismo de palabritas y que promueve el desarrollo capitalista no asusta a nadie; a esos los manipulan con facilidad, los compran con cuatro lochas, los encarcelan en Guantánamo, o los engañan y los violan como hicieron con Gadafi. A Chávez lo tuvieron que matar, a Maduro lo contonean como quieren de un lado al otro.
Frente a la responsabilidad mostró Chávez para hacer de este país un pueblo digno y soberano da vergüenza la ligereza y debilidad de Maduro. Chávez, un maestro que aún nos habla de la revolución como un apostolado, y maduro, flojo pícaro, que incita y convida a la gente a rumbear los fines de semana, a distraerse de los asuntos de Estado, a que no piensen. Maduro no es Chávez y eso lo saben los tanques pensantes de la derecha, los medios, Trump, María Corina Machado, sin embargo siguen hablando de "chavismo" al referirse a Maduro y su demolición moral y material de la sociedad y del país. Chávez inventó, creó algo históricamente nuevo, refundó la patria, y maduro redujo todo a lo peor de lo pasado, de lo ya superado, nos dejó sin patria, sin riqueza y sin alma..
¡VOLVAMOS A CHÁVEZ!, ¡CHÁVEZ VIVE EN SU OBRA Y SU LEGADO MORAL!
