Mucha gente no sabe qué decir o, hasta ahora, atenerse con Trump. Algunos pudieran, dada su compostura y sus tiros que les luce "a lo loco", decir, "parece un trompo carretero", de esos que giran dando brincos, de aquí para allá, porque la punta aún está amellada o se le hizo de esa manera con otro fin, como usarla de hacha para caerle a "quiña" a los trompos perdedores. Pues la palabra "quiña", en la jerga de mis años infantiles, está asociado al juego de trompo; era cobrar al trompo perdedor, dándole golpes, cual hachazos, tantos como hubiese sido la apuesta, con trompos de puntas metálicas elaboradas con ese fin. A lo mejor, Trump, viene como una cuña, pero no a lo loco, yo diría más bien que, dado cortes estudiados, pero haciéndose el pendejo.
Se pudiera decir además que Trump, no "coge línea", es decir no actúa de conformidad con lo que de él se esperaba, pues hay tontos que creen que, lo que deseaban o previeron y siguen en lo mismo, por su rutinaria y mecanicista manera de mirar el acontecer, "su deber ser", es lo mismo que está o debería estar en los planes de Trump. Más de uno, por lo que Trump hizo en el pasado, esperaba y sigue esperando que lo repita y hasta con más saña que Biden, dado este es demócrata, menos conservador y aquel republicano, un extremista de los del lado allá, donde la línea, no es la del horizonte, sino la de un enorme barranco, como se creyó en la antigüedad.
Este Trump de ahora, no es otro. Es el mismo, hasta donde es eso posible, pues envejecer es volverse otro, sólo que las circunstancias de ahora, en el corto tiempo que ha pasado son, sustantivamente, otras. Los cambios, no son los que, de hecho, ha deparado el tiempo, sino también los tantos aceleradores que han intercedido. Además, a él, el presidente y a quienes le acompañan, como Elon Musk, les mueven los intereses del capital estadounidense y, por supuesto, eso empieza con la integridad y tranquilidad de su propio país. Lo demás, es sólo eso, lo demás. Él y sus cercanos, bien saben, lo que mucho político localista, movido más por sus deseos que la racionalidad, quiere obviar, cómo se mueve el mundo de ahora y la competitividad emergida en los mercados internacionales, definida en eso que llaman la lucha por la multipolaridad, en la que el grupo de los Brics, es un ejemplo significativo. Sabe que la fuerza militar de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, no es la determinante en el mundo de hoy. Y por saber eso, pese sus bravuconadas, las de antes y las de ahora, tienen un juego y estrategia distinta. La guerra de Ucrania es un espejo de lo que en términos de competencia militar ha cambiado el mundo. Es demasiado evidente como Trump, casi descalifica a Zelenski y le dice que tiene la guerra perdida, ante lo que este, reacciona como confirmando tal afirmación. https://www.aporrea.org/actualidad/n401810.html
Veamos un simple juego con respecto a Venezuela. Al tomar posesión de la presidencia de Estados Unidos en su segundo período, ahora mismo, el reciente pasado 23 de enero, lanzó un berrido, produjo un gesto escénico que, algunos asustó y a otros les potenció sus ya anquilosadas esperanzas, por asumirlo como una muestra de respaldo a sus planes; nombró jefe del Departamento de Estado a Marco Rubio, un ciudadano estadounidense de origen cubano, quien por los viejos intereses familiares, quizás hasta justificados, creció en él desde niño, una como natural y determinada indisposición contra el gobierno cubano y toda expresión o caso que, en su cabeza, asocie con éste. Para Rubio, un hombre al parecer de una estereotipada cultura, el mundo pareciera dividirse en dos parcelas, el estadounidense, al cual su familia y él se asimilaron, la que es como el cielo y sus habitantes y la otra el infierno, el comunismo. Por lo que él y su gente no tienen otra meta sino destruir a los infernales y, al espacio infernal, poblarlo con santos, como él y los de su entorno. Es pues como un retorno a "Las Cruzadas". El cómo hacerlo, no importa, para eso existen las bombas de alto poder destructivo y han existido como las sanciones y entes como USAID y sus satélites, las ONG, periodistas, publicistas y los personajes todos que a estas sirven a alto costo.
Pero, a horas de haber nombrado a Rubio, en un cargo que, éste pudo haber pedido a cambio de su respaldo, nombró a otro funcionario, en este caso a Richard Grenell, para encargarse de manera específica de las relaciones con Venezuela y Corea del Norte, mientras asume las relaciones con Rusia, casi personalmente, tanto que, en breve, se reunirá con Putin.
Mientras Trump, según aquellos "caídos de la mata", de los cuales hablé al principio, siguen dando traspiés, envía a Grenell a Caracas a conversar, lo que no fue sólo para que soltaran unos presos; Chevrón que ha estado en buenas relaciones con el gobierno venezolano, logra que su licencia se mantenga según noticia definitiva, en los seis meses que se le dieron al inicio.
Grenell, declara que, no está en los intereses de Trump deshacerse de Maduro. Y el propio Trump que el presidente venezolano, "ha salido fortalecido de su anterior período presidencial y Joe Biden fue el artífice; ese Biden es el culpable, él es quien ha fortalecido a Maduro".
Es obvio, que este juicio de Trump está destinado a hacerle creer a los "caídos de la mata", que su accionar de ahora en adelante, debido a un Maduro "fortalecido", no es el resultado de la realidad, la geopolítica, la lucha por la multipolaridad y por la necesidad que tiene EEUU del petróleo venezolano y Venezuela del mercado estadounidense, sino por torpezas de Biden. Cuando en verdad, Biden no hizo otra cosa que profundizar lo que inició Obama y continuó Trump, creyendo que podrían deshacerse del gobierno de Venezuela y entrar en nuestro espacio "como río en conuco", a hacer y deshacer a sus anchas, más que cuando la IV República. Pues si de culpables se trata, están Obama, Trump, Biden y mucha gente dentro de Venezuela y venezolanos, por esas culpas, viviendo en el exterior.
La vida, su accionar, aprehensible dialécticamente, muestra que la estrategia estadounidense y de sus aliados internos, la de deshacerse por la violencia e ilegalidad de los gobiernos de Chávez y Maduro, fracasó. Sin duda, generó en ellos un alto desgaste y fraccionamiento, pero lo mismo ocurrió en el bando opositor y quizás hasta en más alta medida. En el ejército, por razones dignas de estudiar con sensatez y racionalidad, no lograron provocar grietas significativas. De manera que la violencia desatada por factores opositores, con el apoyo estadounidense, hizo más daño en ese universo, el suyo, que, en el gobierno, tanto que Maduro sigue en la presidencia, en el ejército no se ha producido fractura. Y Trump lo admite.
Las circunstancias o la vida toda, atrapable dialécticamente, han llevado a un puerto o punto, donde el gobierno de EEUU, eso se manifestaba con Biden, más ahora con Trump, privilegia unas buenas relaciones con Venezuela y viceversa, no "porque los burros se busquen para rascarse", porque sería banalizar la realidad, sino porque ambos universos se necesitan. Trump y sus más íntimos, eso han entendido y ya no es posible seguir perdiendo más tiempo ni malgastar recursos. Y no es sólo asunto de petróleo y tanto de lo hay aquí, que tienen un efecto sustantivo, sino también el problema migratorio, generado por las sanciones.
Trump sabe, como lo supo Biden, que la oposición venezolana que actuó bajo instrucciones de ellos, dejó de servirle para sus fines y debe cambiar hacia "la diplomacia", como ha dicho Grenell, quien como ya dije arriba, confesó que no está en los planes de Trump tumbar a Maduro.
A lo anterior y no por casualidad, se suma el asunto USAID, una fundación que manejando inmensos recursos del gobierno estadounidense, particularmente en Venezuela, se dedicó a financiar no sólo al gobierno interino, cuyos funcionarios terminaron apropiándose de ellos, de allí las acusaciones contra Guaidó y ahora las de Capriles contra su viejo compañero de causa Julio Borges, sino a medios de comunicación, comunicadores y periodistas, dedicados a promover la violencia y el distanciamiento entre los venezolanos. Trump ha decidido ponerle "un parao" al uso desmedido de esos recursos, pues la tarea a la que se destinaban, no está, por lo menos por ahora, en sus propósitos.
En la oposición se avecina una nueva división, ya se percibe, "suenan los claros clarines"; varios días atrás, Omar Barboza, hizo del conocimiento público que, el sector del cual forma parte, estudia participar en las elecciones regionales. Se comenta insistentemente que, en lo mismo piensa Manuel Rosales y lo de Capriles es ya demasiado notorio. Los factores antes financiados por USAID, como periodistas o simples informadores, están siendo dejados "sin piso", dado que su tarea, por ahora, no es primordial. Y por lo menos, ha dicho Trump, hay que evaluarlos, dado que parece ser que, es más el gasto que los resultados o "más bulla que cabuya".
Es decir, el accionar de Trump, que, como dije para mucho iluso o ilusionado con beneficiarse de alguna manera, llegando al gobierno o haciéndole a este la guerra, parece asombrar, se corresponde con una racional manera de entender que lo que fracasó hay que ponerlo a un lado y optar por otra salida. Pues es poco inteligente seguir creyendo que al gobierno de EEUU le conviene mantener unas relaciones inhóspitas con Venezuela y viceversa, pese el rasgo o definición de eso que llaman "ideología", de los factores mencionados. Está demostrado que, por el petróleo, las migraciones, el necesario intercambio de mercancías de otra naturaleza y el posicionamiento geográfico, ambas naciones pueden y hasta están obligadas, pese las visiones de sus diferentes gobiernos, a poner énfasis en la diplomacia.
Un diario, identificado con la idea de deshacerse a como dé lugar del gobierno venezolano, para sus ilusiones apela a la siguiente nota: La secretaría de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, afirmó este lunes en rueda de prensa que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "ha sido claro respecto a su postura sobre Venezuela y se opone al régimen de Maduro".
https://www.elnacional.com/venezuela/la-casa-blanca-trump-se-opone-al-regimen-de-maduro/
Es decir, intenta desdibujar lo que viene haciendo Trump y pareciera ser su plan, con un argumento por demás simplista, como que "se opone al régimen de Maduro". ¿Hay otra posibilidad? ¿Reconocerle, tanto como negociar con Maduro, como ya lo viene haciendo y podía hacer más, acaso significa volverse su aliado? ¿Sería acertado decir que Maduro se ha vuelto aliado de Trump, por querer suspensión de las sanciones y negociar libremente con EEUU? Quien haga esa evaluación esta prejuiciado. Lo pertinente es hacer lo correspondiente para que esas relaciones funcionen de manera respetuosa.
Son argumentos infantiles para tranquilizar y mantener como amigos a quienes antes les sirvieron y a los de buena fe, aquellos que creyeron en la violencia, de lo que forma parte las sanciones, para deshacerse del gobierno, creyendo por desespero, emocionalidad que, esa es la pertinente y única opción de resolver el estado de deterioro de la vida venezolana.
Pero como dije en trabajo anterior, lo pertinente a las fuerzas partidarias de la soberanía, es generar una fuerza, un poder, que garantice que, ese manejo diplomático, lleve a acuerdos en beneficio de los venezolanos y transcurra con respeto a la soberanía y los derechos de los pueblos.
Trump, no es "un trompo carretero", pese su verborrea y sus gestos prepotentes, que utiliza para el público de galería. No está haciendo nada sorprendente, en lo que respecta a lo mencionado, sino intentando corregir errores, lo que implica deshacerse, por ahora, de quienes no le fueron útiles, pero quiere mandarlos a la cueva, sin que se sientan maltratados, pues pudiera volver a tener necesidad de ellos.
Horas después de terminado este trabajo, llegó la noticia según la cual. Trump cancelaba la licencia a Chevron a partir del del 1° de marzo, o sea hoy. No obstante, ahora mismo llega otra que contradice la anterior, pues: "Este sábado, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) no realizó ninguna modificación en la licencia No. 41 emitida para Chevron y sus operaciones en Venezuela".
https://www.aporrea.org/energia/n401839.html
En concreto la licencia continúa vigente hasta agosto. Es decir, seguimos como estamos y de aquí allá, hay suficiente tiempo y espacio, para que ese accionar, "como carretero" de Trump, por instantes, se serene y se traduzca en medidas verdaderas y definitivas, acordes con la realidad y aclaren las expectativas de quienes miran girar al trompo deseando que caiga de su lado. Lo que incluye también bajar los ánimos y expectativas infundadas en alguna gente, como para que cojan el redil. Y no pasar por alto lo dicho por alguien, experto en la materia, según quien, para que EEUU deje de comprar petróleo en el mercado exterior, "se deberían aumentar de manera vertiginosa las reservas petroleras en la nación de las barras y las estrellas". Pero para ellos mismos, eso es "poco probable e impráctico".