El quinteto Contrapunto canta el "Mare-Mare", cuyo estribillo es "dos pasos pa´lante y tres para atrás". No, no es de ahí que saqué el título del artículo. Tampoco de un manual de bailar merengue para franceses (lo cual ameritaría, más que un manual, todo un tratado: los europeos son unos discapacitados para bailar los endiablados ritmos afrocaribeños). Más bien lo saqué de un texto de nuestro inolvidable Lenin (ya he contado cómo me costó leerlo a los 18 años), lleno de detalles de un Congreso de esa izquierda rusa tan parecida en sus rollos a la izquierda de por aquí; pero también a los dirigentes de la oposición, según los pleitos internos que ahora, amplia y rápidamente, son difundidos por las redes,. Cosas de la democracia, ¿no? En el madurismo, te botan del trabajo o te ponen preso por decir algo discordante ¿Dónde están los fascistas?
El título sirve también para caracterizar la situación de la oposición en Venezuela. En primer lugar, no es fácil enfrentar un régimen militar-policial, como los maduristas se definen a sí mismos. Si nos ponemos a contar, ocurren decenas de detenciones por semana, y el ritmo se acelera y a veces se enlentece, pero siempre están desapareciendo gente e inventándole más vínculos y entretejidos de conspiraciones que una película de espionaje. Se trata de un régimen que echó hace rato a la basura la Constitución. Que impuso un estado de excepción. Que ha cerrado todas las vías institucionales porque controla férreamente los Poder Públicos, que ya son simples órganos del Partido, organización que no se parece ni de lejos al bolchevique, sino al NSDAP de Hitler, por su "principio del líder" ("lo que digas, Nicolás"), la disciplina militar interna que no tolera disidencias ni discusiones, y se confunde con los organismos del propio Estado. En serio, el proceso de fascistización del madurismo ya es terminal. Además, la presencia de declaraciones del Alto Mando Militar respaldando a su "comandante", lo convierte en la verdadera cabeza de este régimen. O sea, este es, en primer lugar, militar. Esas son las dificultades del compás 5x8 del merengue.
Segundo: además de conquistar una importante victoria electoral, constatable en las actas acopiadas por sus testigos (actas que son documentos públicos, disponibles todavía en Internet, aunque no en la página del CNE todavía "caída", y en las bóvedas del Banco de Panamá), la oposición ha logrado mantener esa cualidad del tábano: sigue fastidiando con presencia discursiva e icónica en los medios (los actuales, o sea, las redes sociales), y hasta en la calle que, hoy, son la inversión de aquella vieja consigna de los viejos dirigentes estudiantiles, como Jorge Rodríguez: las calles son de la policía, no del pueblo. La oposición se atrevió a convocar y, lo más importante, cumplir con la convocatoria, en grupos de señoras y señores, armados con sus banderitas, en unas calles y plazas erizadas de armas, AKs portadas por motorizados bestializados que persiguieron a sus víctimas (señoras, ancianos y niños incluidos) hasta en los sagrados recintos de Farmatodo. Aunque el régimen trató de trivializar la situación, deshonrosa para cualquier gobierno, con la presunta pérdida de una cartera ("se me perdió la catera"), confesó, por boca de Cabello, que no le conviene detener a la señora Machado, por razones obvias: la convertirían en una Mandela mujer. Y ya saben en qué paró Suráfrica. Un paso pa´lante.
Tercero, a pesar de las detenciones masivas, sigue habiendo un poquito de organización. Escondida, enconchada; pero hay. Además, hay un rechazo internacional. No solo los mismos gobiernos que acompañaron al mal recordado Guaidó. Ahora, a los "progresistas" latinoamericanos por fin les dio grima el olor a muerto que se siente en Caracas y rechazan el evidente robo de las elecciones y el subsiguiente golpe militar de estado que tuvo la escenificación de un juramento en vano (que va a tener su castigo divino: lo dice la Biblia. Por cierto, ¿se acuerda Maduro de Abimelec?). Hasta dio grima la aparición del déspota cubano y la grotesca (sí: esa extraña mezcla de fealdad e irrisión) de la de Ortega que dijo algo así como zxfvbnmwertyuiasdfgh, o sea, el guaro, tú sabes. Y la cara de velorio de Maduro, Jorge y los demás, todo un espectáculo. Otro paso pa´lante.
Que el tipo se juramentó y no EGU, sí. Ese es el paso pa´tras. Ahí hubo un enredo que le sirvió para justificar las risitas nerviosas de los maduristas un ratico. Pero es completamente comprensible. Como decíamos, no es fácil enfrentar a estos gorilas, solo con mensajes virtuales y concentraciones de familias en las calles, aparte de los recursos del TSJ, que resultaron ser bastante peligrosas, a juzgar por la detención de Enrique Márquez. Por cierto, quieren inventarle algo relacionado con un documento de su laptop. Espero que no se fijen en la laptop de este humilde columnista, que solo es profesor universitario, con unos títulos casi totalmente inservibles para ellos de Doctor y Magister. Ojalá no lean mi última novela "La bruja y Raskolnikof".
Maduro ya anunció una reforma constitucional. Olvídense de que la va a someter a referéndum, además con ese CNE, ya sabemos el resultado. Todo indica que la aprobarían en la Asamblea Nacional donde todos los diputados tienen un testículo firmemente agarrado. O sea, violaron la Constitución del 1999, la de Chávez por cierto, y ahora van a hacerle ajustes a la medida del Estado semifascista que han montado. Ahí viene la eliminación del voto universal, directo y secreto. Por ahí viene la virtual eliminación de gobernaciones y alcaldías electas. Viene el montaje de un aparataje burocrático etiquetado como "Estado Comunal", subordinado al Presidente, quien (aporte de Ortega) también "coordinará" los Poderes Públicos, autónomos según el esquema republicanos, subordinados según la fórmula Ortega-Maduro. En este el compás se vuelve tan endiablado como el de los tambores de la costa aragüeña, que le costó tanto plasmar en pentagrama al maestro Luís Felipe Ramón y Rivera.
Otro paso pa´tras fueron esas declaraciones de Uribe, respaldas por López, resucitando la idea descartada, inconveniente, loca, impolítica, de una intervención armada extranjera. Una bombita para Maduro quien, ni corto ni perezoso (gorila es, pero también hábil), la bateó apelando al chantaje del antiimperialismo y al nacionalismo. Por supuesto, hay que hacer constar que los problemas de los venezolanos los resolvemos los venezolanos. Y, mejor, si es por las buenas; aunque estos tipos cada vez lo dificultan más.
Pero el baile continúa. Como leí por ahí: el merengue no se acaba el 10, sino cuando finalice.