Un Burro y ocho alacranes

Lo de Burro y de alacranes son connotaciones propias de entre sí las múltiples oposiciones internas de aquí ---o mejor decir, sendas el mismo diablo con diferentes cachimbos--- quizá de moda provenientes de los gringos demócratas y republicanos quienes simbolizan sus respectivos partidos con un burro y con un elefante, y como ellos a sabiendas o sin sabiendas patarucos lacayos del gringo se asumen alacranes y etcéteras, quizá sea pensando en la metamorfosis.

Valga poner de relieve antes de proseguir que excepto para Maduro y dado el contexto político actual la contienda electoral en cierne se ha convertido en un trampolín para los susodichos. Sólo Maduro exhibe una obra de gobierno concreta, por cierto llevada a cabo en medio de enormes dificultades tanto asombrosas que pusieron a prueba su capacidad para llevar el testigo entregado por el Comandante Chávez ---tanto a Maduro como a Diosdado, responsabilidad compartida---, lo que es ya decir tremenda pepa de compromiso para ambos y Maduro ha sido un taco en eso; en cambio, ¿qué puede exhibir cada uno de los ocho cuzurros sino tratar de escalar hacia un liderazgo modesto sin saltarse tramos de la escalera?

Para eso no hay que meter la pata como hizo el Burro, pedirle un debate a Maduro.

Mas, detrás de esa maniobra chimba, al igual que trató de hacerlo la Burra contra Chávez, se esconde una trampita kafkiana autorizada por el gringo que suele jugar con las cartas marcadas siempre, indefectiblemente es así.

Pero Maduro no dispone de tiempo para perder el tiempo y ni el pueblo aprueba que Maduro ande desorientado ni un segundo, por lo que éste, ya alerta, le deletreó la cartilla y lo mando a lavarse ese paltó y a ranquearse con los ocho alacranes, lo que de seguro no ocurrirá porque el gringo sabe a lo que se expondría.

En el fondo es la misma maniobra que le hicieron al Comandante Chávez cuando Uribe le propuso de hinojos a Chávez que le ayudara con un diálogo directo de paz con la guerrilla colombiana, precisamente en momentos en que enfrentábamos una inminente elección por una reforma constitucional que perdimos dado que el Comandante descuidó la campaña aquí y se dedicó a Colombia con su mejor voluntad y esa ausencia del Comandante, dado aquél contexto, nos envainó y perdimos por un tris esa elección.

Igual ahora pretenden distraer a Maduro pero Maduro no pisa peines ni come coba y lo que va es pa’lante con nosotros, el pueblo arrecho que reclama nuestro derecho a ser libre y soberano.

Qué casual, tres insectos se sumaron al alacrán sátrapa y quedaron ocho alacranes, siete títeres y el sátrapa para así mejor manejar el tablero de ajedrez; el Burro ya dio un paso, en falso pero paso al fin, ahora, tras bastidor queda el gringo moviendo los hilos y cada uno de los restantes se moverá según se le indique y hasta pueda que alguno de ellos ni se de cuenta de como es manejado.

La Burra anda la mar de faramallera pero quizá ella ignore que al gringo sólo le importan sus intereses, así que no se dé tanta bomba porque en cualquier momento la echan al trapiche y la hacen bagazo.

Gregorio Samza prosigue con su metamorfosis y aunque pretende estar encerrado y solo han tenido que exponerlo a mostrar su carapacho en público pero, solapadamente; mientras Kafka prosigue con su nueva versión de la que no se sabe su desenlace.



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Guillermo Guzmán


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