Avanza otro mes (junio) del año 2023. La población venezolana transita su vida cotidiana con la esperanza mesiánica de que la situación mañana va a cambiar y tratando de resolver con los pocos ingresos que recibe a través de la bonificación del salario.
Han pasado 212 años desde el primer presidente del país en 1811 hasta nuestros días y las condiciones sociales y económicas de la población venezolana no se diferencian de periodo en periodo. Ha vivido en cuatro formaciones económicas-sociales distintas: la sociedad primitiva, el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo. 54 Presidentes han llegado a Miraflores y la pobreza continúa. Ese hecho, los pobres lo reciclan de manera natural y así, también, reciclan la esperanza y la resignación. Los pobres siguen siendo pobres y los ricos cada día son más ricos. Ese es un axioma, una receta, que en dos siglos no ha cambiado
En el periodo 1959-2023, de los 16 presidentes que han administrado el país:
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uno, [Rómulo Betancourt] rebajó los salarios en 10 %;
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dos, [Caldera y maduro] eliminaron las prestaciones sociales de los trabajadores;
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dos han administrado la bonanza petrolera [CAP y Chávez];
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Durante todos los gobiernos de turno en ese periodo, los principales problemas han sido los salarios y la inflación.
Cabe destacar y valga un paréntesis, que aunque la pobreza continúa, el periodo de gobierno de CHÁVEZ los indicadores de la pobreza crítica y extrema bajaron y la calidad de vida o buen vivir de los pobres mejoró. Sin embargo, la pobreza en los últimos años no solo se mantiene y es palpable, si no que se ha elevado.
Un día termina y otro comienza. Preocupa que tanto los depositarios como los oponentes del gobierno actual, ya no apuestan con fuerza a un cambio en las políticas económicas. La resignación, la paciencia o el miedo ejercen su papel. El nivel político de la población tiende a cero. Ya no se escuchan voces gritando Ni continuismo, ni fulano cambio, Todo sube, ellos bajan, volveremos con fulano, con fulano se vive mejor, con hambre y desempleo con fulano me resteo, entre otros slogans políticos electorales.
No tengo duda que en el 2024 volverán las eternas promesas de los candidatos presidenciales. Estoy seguro de que todos en la táctica del discurso político con diferentes estilos y lenguajes se identificaran por la mentira, la demagogia y el bla, bla, bla. Unos optarán por el revanchismo y otros por la reconciliación nacional. Además, volverán a manipular otra vez la esperanza del pueblo con ofertas electorales altisonantes y engañosas.
En resumen, ese pueblo traicionado y engañado una y otra vez tratará de escapar de esa triste realidad en donde está atrapado. Y como mecanismo de protección seguirá transitando su vida esperando un cambio mesiánico más allá de los 212 años de pobreza que las generaciones anteriores y las actuales han experimentado, han vivido. Mientras tanto le tocará esperar una nueva alternativa o un nuevo César que, también, intentará reelegirse permanentemente de acuerdo al 230° de la Enmienda Número 1 de la CRBV, si no es eliminada o modificada.