Una situación sumamente desagradable, bochornosa y miserable ocurrió con la dependencia denominada SINCAP, de la cadena de tiendas Farmatodo, cuando el pasado miércoles 26 de abril de 2023, esta reconocida empresa con asiento principal en Baruta, Caracas, convocara de manera púbica, a presentar recaudos y requisitos para ofrecer empleos o cargos a jóvenes interesados en este tipo se servicios.
El lema principal de la convocataria fue la siguiente: "¿Quieres ser parte de la cadena #1 de Farmacias en Venezuela? ¡ESTO ES PARA TI!"
A continuación exigen ser mayor de edad, bachiller, estudiante o profesional, disponibilidad de horarios y alta orientación al cliente.
Como yo me encontraba en Caracas ese día, concretamente realizando gestiones personales ante el Ministerio de la Cultura, el Centro Nacional del Libro y el Ministerio de Información y Comunicación, motivé a mi hija Jhosibel del Mar Pérez Ostos, mayor de edad de 24 años, TSU en administración y licenciada en contaduría; con dos años de experiencia como cajera en la red de farmacias del estado Anzoátegui Farmahorro, a que asistiera a esa cita de empleo; toda vez que ella se encuentra en Caracas con ese propósito.
Mi hija tiene el aval de haber ganado de manera consecutiva el premio y el beneficio de Cajera del Mes, durante 24 meses seguidos, mientras laboró en FARMAHORRO. Pero, ¿qué ocurrió en esa cita de Farmatodo, en Caracas?
Mi hija levo en mano su currículo y todos os documentos requeridos, pagando taxi y con gastos previos que suponen un gran sacrificio, y se encontró con una enorme cola de más de noventa personas. Sin embargo, los organizaron por grupos, de acuerdo al sector de Caracas donde tienen su residencia actual.
Hasta ahí todo funcionó con aparenta normalidad.
Cuando mi hija es conminada a la supuesta "entrevista", la funcionaria de Farmatodo se esmeró en hacer gala de su mal humor, su desplante, su absoluta soberbia y tota falta de profesionalismo.
Yo que me pasé 25 años contribuyendo a formar profesionales idóneos y probos en la Universidad de Oriente, deploro que este tipo de actitud de baja ralea, de albañal, de cañería y de cloaca putrefacta, ocurra en el seno de una empresa de tanto prestigio como Farmatodo.
La susodicha funcionaria ni siquiera le tomó a mi hija los documentos respectivos, No realizó trámite gestionario alguno, para lo cual se hizo esa convocatoria; porque obviamente, en esa instancia de Farmatodo impera una especie de mafia para otorgar los cargos de trabajo a personas ya "escogidas" o palanqueadas; o en peor de los casos, que hayan "pagado" a este tipo de funcionaria para lograr el beneficio del empleo.
Como quiera que sea el caso, es un bochorno que alguien se burle de tanta gente con este descaro. No obstante, mi hija le tomó foto al rostro de esa funcionaria en el estacionamiento, puesto que no cumplió el trámite pautado, y le hicimos llegar esa foto al Departamento de Recursos Humanos de Farmatodo; para que su "cara" bien lavada, en lo sucesivo permita precisar que esta manzana podrida no manche el buen nombre de la empresa.
Además, que se corrija este tipo de injusticia, y no se le impida a una venezolana decente, honesta y con un hijo de cinco años, quien es mi nieto, la oportunidad de demostrar sus capacidades laborales en los términos que sí debe hacerlo una profesional.
El encargado de Recursos Humanos le expresó este miércoles 24 de mayo a mi hija por teléfonos sus disculpas, con la salvedad de que esa instancia del SINCAP, que es donde se lleva a efecto el proceso de reclutamiento de personal, "hay la sospecha" de graves irregularidades; y que se encuentran investigando. Ante el esta situación, llevarán a cabo otro proceso de reclutamiento, pero que mi hija debe esperar ahora SEIS MESES para intentar tener una nueva oportunidad laboral en Farmatodo.
¡Vaya consuelo!
¿Cuántas injusticias como estas se cometen a diario en Venezuela?
Ante el creciente éxodo de jóvenes venezolanos y venezolanas que se van fuera del país en busca de un futuro "mejor", esto que ocurre en Farmatodo ciertamente contribuye a que muchos profesionales competentes y probos prueben suerte en el limbo.
Y quien pierda más es, precisamente, la empresa Farmatodo; mientras tenga en sus filas manzanas podridas tan despreciables como miserables, sin ética y sin honestidad.