El factor militar

Si observamos la política del continente nuestro, nos toparemos con el gran elector, el gran definidor. Su sola presencia, saber que está allí, es una tremenda fuerza política, sólo emerge en momentos decisivos. Es el factor militar. En Argentina, Chile, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia es la última y la más importante de las líneas de defensa del sistema, esa es su principal función, y la han ejercido con eficacia. ¿Quién puede ignorar la presión militar en estos países? Es suficiente que un gobierno se pase de populismo, o que huela un poquito a cambio profundo, para que cunda el rumor de golpe. Es suficiente que un gobierno se salga un poquito del redil para justificar un golpe de Estado.

En Venezuela, el factor militar es diferente, no cabe en este artículo estudiar el por qué, pensemos sólo en el Capitán Manuit, el Teniente Tulio, Ponte Rodríguez, Vargas Medina o el teniente Héctor Fleming Mendoza… Y para entender, confirmar que el fenómeno militar en Venezuela es diferente al del continente, pensemos que fue el factor militar el factor determinante en el ensayo socialista más importante en la historia nuestra y quizá del continente.

Es así, los militares son los grandes definidores de la política en el continente, cualquier cambio profundo debe contar con los militares, cualquier auxilio a un sistema que agoniza debe contar con los militares. Son los grandes definidores, pero pueden definir una situación hacia la defensa del sistema, o hacia su superación. Eso lo demostró Chávez.

Entonces, este factor no puede quedar escondido, tratado con sordina; que todos saben que está allí, de su fuerza, pero nadie nombra; es necesario, y más hoy que vivimos una profunda crisis, con un gobierno agotado, que asesinó a PDVSA y ahora no encuentra cómo justificar el desastre que eso significó, unos maduristas avergonzados de Chávez, de sus ojos, del color rojo, de su legado, y una masa desesperada que huye hacia otros países, o protesta confundida, aturdida, sin comprender cómo fue que caímos en este abismo.

No es correcto hacer como el avestruz, escondernos, ver para otro lado. La crisis camina hacia su definición, es inevitable. Y el desenlace final, y hay que decirlo, contará con los militares, aun contra su voluntad. Por lo tanto, es necesario y es inevitable, ellos viven la situación, que se les hable a los militares, y que ellos oigan.

Es necesario definir las opciones a la crisis, las propuestas para el futuro, que todos, civiles y militares, las conozcamos, las discutamos, tomemos partido. Las propuestas son muy claras: el gobierno madurista no tiene propuesta, se metió en un callejón sin salida, arrasó con todo y ahora es llevado por el huracán de la destrucción a un rumbo incierto; la derecha oportunista, alacranes y similares, esperan para tomar partido con el menor riesgo y el mayor beneficio; la derecha gringa, dirigida desde la casa blanca, propone subastar al país, cambiar soberanía por un poco de aire fresco.

Y queda la opción Chavista auténtica, que propone recobrar el control sobre la economía, recuperar a PDVSA y desde allí reconquistar el control de la economía para ponerla al servicio de una sociedad con conciencia del deber social, y así, todos juntos, retomar el camino de la concreción del sueño que una vez tocamos con la punta de los dedos junto al Comandante Chávez.

Hemos hablado, y que sea lo que Dios quiera, que cada quién escoja su posición, que cumpla con su responsabilidad.

¡CHÁVEZ DEBE VOLVER!



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Toby Valderrama Antonio Aponte

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