Traidores, miseria de los trabajadores y pacto nacional

Amable lectora y/o lector, ruego que nunca olviden que la traición la hace únicamente el amigo o persona en la que se confía, defraudando la confianza depositada. Esta ha sido la larga historia republicana, la de traidores, sin mencionar la época en que estas tierras fueron colonia de España. Al Libertador Simón Bolívar lo traicionaron, principalmente, dos contrarios entre ellos y enemigos jurados, que en lo único que coincidieron fue en la traición al Libertador, para satisfacer sus intereses particularísimos: me refiero a los generales José Antonio Páez y Francisco de Paula Santander, venezolano y neogranadino, artífices de la caída de Colombia, la grande, con la traición como arma principal.

Traicionado el Libertador Simón Bolívar, la expresión material y concreta recayó en el Pueblo, sobre todo, entre los más humildes e inermes, que fueron despojados de todo cuanto alcanzaron junto a Bolívar, lo que derivó en infortunios y miserias por casi dos siglos, hasta que, nuevamente, el pueblo del lado venezolano cifró sus renovadas esperanzas en las promesas de reivindicación en todos los órdenes, con el Comandante Hugo Chávez.

Con la enfermedad y muerte del Comandante Chávez, por petición suya poco antes de morir, se delegó la confianza en una persona que para el año 2013 no tenía mayor prestigio, ni liderazgo o cualidades políticas especiales, más allá de ser un sujeto de la entera confianza del Comandante Chávez: me refiero a Nicolás Maduro Moros.

En él, por petición del Cdte Chávez, la mayoría nacional, entre los que me cuento, depositamos la confianza (que es un acto de fe, ciego) para nuevamente caer en la desgracia de la traición por parte de un hombre incapaz, mentiroso contumaz y descarado, artífice de la corrupción más impúdica jamás imaginada en Venezuela, muy escaso de formación intelectual y profesional, más preocupado por ver series y películas de Netflix, que por formarse medianamente en el uso gramatical y correcto del lenguaje, por decir lo menos, en teoría política, en materialismo dialéctico, economía política, en el manejo y comprensión de otra lengua extranjera, como el inglés (por necesidad estratégica y el rol que le tocó jugar). Todo lo contrario. Se ha regodeado en la ignorancia y, desde la flojera intelectual, coreado de gente muy mala y adulante que lo exponen al ridículo, como al del cuento del rey desnudo, mostrando mitagógicamente, mediante muñecos inflables, juguetes horribles y dibujos animados, el Súper Bigote, una epopeya falaz y ridícula, de alguien que en su cotidianidad jamás ha tenido hazañas qué mostrar.

Eso sí, él es muy valiente en meter presos a chavistas críticos que denuncian la corrupción en su gobierno, mientras no hay un solo corrupto opositor o ex alto funcionario de su gobierno, ni siquiera con una multa de tránsito.

El Presidente Nicolás Maduro, quien tuvo la responsabilidad de liderar el enfrentamiento al bloqueo económico impuesto por EEUU y sus aliados, al mismo tiempo que las oposiciones más reaccionarias, con sus conspicuos dirigentes que hoy pululan dentro y fuera de la patria venezolana, han gozado de total impunidad en sus aberrantes actuaciones contra el Pueblo venezolano, mientras que a los trabajadores honestos y a la gente de buena voluntad, a la gente de izquierda, a los socialistas, los bolivarianos y los chavistas en general, nos ha tocado padecer el sacrificio, la miseria y todo tipo de desgracias, entre dos aguas: las del pésimo gobierno de Nicolás Maduro, caracterizado por la impunidad, la corrupción generalizada de altos funcionarios y cúpulas militares, que en nombre del socialismo y del chavismo han destrozado la patria; y una diversidad de oposiciones apátridas, corruptas, que en definitiva, son cómplices y legitimadoras de Nicolás Maduro y de su pléyade de corruptos que con él controlan el poder en cuotas y parcelas de desangre de la nación. Leopoldo López, Julio Borges, los hermanos Guanipa, María Corina Machado, Henry Ramos Allup, Henrique Capriles Radonsky, pasando por el remedo desteñido de Obama y protegido de Maduro, Juan Guaidó y una miríada de traidores a la Patria, entre muchos otros, han robado a granel y han hecho del acto oposicionista y terrorista un negocio del performance, matando inocentes con sus guarimbas. Fueron ellos quienes victimizaron y atornillaron a Nicolás Maduro y sus cómplices en el poder político y económico. Para nada útil sirvió la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), a la que por no tener mérito alguno se le atribuyó la pacificación y desmontaje de las guarimbas del 2017. Los hechos y circunstancias fueron otros, más allá de las mentiras mediáticas.

A todas éstas, desde el 2013 hasta el presente, comenzó un proceso de erosión y desdibujamiento del legado del Comandante Chávez, incluyendo la liquidación del Plan de la Patria y la violación expresa de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), amén de todas las leyes del Poder Popular y la Ley Orgánica del Trabajo, de las Trabajadoras y los Trabajadores (LOTTT).

Mientras tanto, a medida que la miseria y muerte de los trabajadores crece, el gobierno de Nicolás Maduro ha sentado las bases del nuevo Estado mínimo neoliberal, con leyes entreguistas y corruptoras que le permitan vender los recursos naturales, bienes o comodities, como petróleo, oro, plata, bauxita, coque, hierro, diamantes, coltán, madera, etc, sin rendir cuentas de nada a nadie. Igual sucede con los negocios de venta y entrega de concesiones de empresas estratégicas del Estado, hoteles, clubes y espacios colectivos, cumpliendo así, el mandato de que "nada funciona en manos del Estado". En fin, Nicolás Maduro ha traicionado al Cdte Chávez, a su legado y, sobre todo, a la clase trabajadora y al Pueblo venezolano en general.

Por otra parte, el gobierno neoliberal de Nicolás Maduro ha dolarizado la economía por la vía del hecho y del derecho, mientras que mantiene a los trabajadores públicos con sueldos miserable en bolívares fantasmas, que hoy rondan entre los 6 dólares para un obrero y 30$ para un profesional con títulos de cuarto nivel (doctores). Y como gran magnánimo, sale con Bonos de chantaje y control social, mal llamados Bonos de la Patria, para administrar la miseria y pobreza de los trabajadores, y así, controlarnos a partir del hambre. Esa dolarizaron no tuviera sentido para el gobierno de Nicolás Maduro, si no le sacaran harto beneficio, con el juego hipócrita que ellos han llamado cínicamente "Dólar criminal", cuando la verdad es que el acto criminal lo ejecutan desde el gobierno en una espiral hiperinflacionaria y fabricante de neorricos, que consiste en que el Estado le inyecta semanalmente millones de dólares a la banca, ésta los revende y pone en el mercado del Dólar paralelo y el Banco Central de Venezuela (BCV) legitima esa tasa especulativa al pegarse al precio del Dólar oficial en seguidilla con el paralelo. Es un desangre a la nación, con la burda excusa de frenar la hiperinflación.

En este escenario dantesco y la creciente crisis de gobernabilidad, Nicolás Maduro está chinguito y aúpa la tentación de las guarimbas, para que así, con la excusa de sofocarlas, pueda liquidar las protestas justas diarias de trabajadores jubilados y activos, maestros, profesionales universitarios, médicos, enfermeros, trabajadores de la CVG y de todas las dependencias públicas a nivel nacional.

Por otra parte, pese a todo chantaje, el Pueblo está en la calle, más por sobrevivencia mínima, que por ideologías y partidismos. Este es el verdadero peligro para una crisis de gobernabilidad inminente. Ya el Pueblo venezolano no está en capacidad de seguir siendo gobernado por Nicolás Maduro, ni él está en capacidad de seguir gobernando.

Vale destacar que hay voces ingenuas que piden renuncias, sin entender aún, que el verdadero asunto de interés de Nicolás Maduro y su combo es la hegemonía del poder, al costo que sea y para sus beneficios crematísticos, mientras puedan, porque pareciera que desde las altas esferas del gobierno se preparan para garantizarse para sí un futuro de lujos y riquezas, caigan o se mantengan en el poder político.

En tal sentido, lo que priva para la mayoría honesta de los venezolanos y de los trabajadores es la consolidación de un Pacto Nacional de todos los sectores: 1. contra la espiral hiperinflacionaria con el dólar paralelo en complicidad con el oficial del BCV, para tumbar el negocio del Gobierno - neorricos – banca - mafia venezolana; 2. Tomar desde el Poder Popular las instancias del PSUV para el rescate del legado del Cdte Chávez, la CRBV, la LOTTT y demás leyes del poder popular y desde esta vía, conjurar cualquier intentona golpista insurreccional que pueda nacer en el seno de la FANB, en grupos opositores fascistas o de camarillas del gobierno que pretendan un autogolpe; 3. Profundizar la democracia en todos los espacios de la vida nacional, haciendo valer la CRBV y todas las leyes, pese a las injusticias y juegos de justicia tardía del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Ministerio Público (MP); 4. Enfrentar con todas las armas legales y constitucionales, a aquellos poderes del Estado que están al servicio de intereses subalternos y parcialidades corruptas; 5. Trabajar en causa común con todos los sectores de la vida nacional y con sentido nacionalista, para salvar la Patria del bloqueo y boicot internacional, como también, de la corrupción generalizada y de la entrega de la nación a intereses foráneos; 6. Calle, calle, calle y más calle.

Ni restauración de la IV República, ni tolerancia contra el corrupto gobierno de Nicolás Maduro. Menos aún, saltos al vacío de ningún tipo o aventuras trasnochadas.



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Luis Alexander Pino Araque


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