Salaos como el bacalao

Nosotros los venezolanos de a pie, estamos salaos, me comenta hoy mi amigo Tiburcio, de la peñita en la Esquina Caliente de la Plaza Bolívar, Tiburcio dice que las plagas nos caen ahora como a los antiguos egipcios de a diez.

Dice que desde la muerte de nuestro amado comandante, a Juan Pueblito, no le cae más que aguaceros y no de bendiciones precisamente. Esto se parece a la maldición de la Malinche.

No salimos de un hueco para caer en un abismo, y cuando creemos ver luz, nos traga un agujero negro.

La actual situación económica que vivimos nos trae de cabeza y a todos nos acogota, claro a unos más que a otros como siempre sucede, esta es una guerra económica de clases, el que menos tiene en su bolsillo es al que peor le va. Cuando hay café, no hay leche y viceversa, si hay aceite no hay mantequilla, si hay pañales, no hay papel sanitario. Si hay es tan costosa la comida y la medicina que ni arañando sus bolsillos puede comprar nada.

Al señorón rico, al que nació en cuna de oro o se lucró en el gobierno como corrupto, estafador, ladrón, comerciante o guaidocista estafador y caco, ya sea este empresario, importador, o un alto funcionario no le pica ni coquito y viva la Pepa.

 

Las situaciones que vive hoy la economía mundial son recurrentes y se repiten cíclicamente, la pandemia, la guerra de Ucrania, los bloqueos y una larga lista, sea como sea tenemos años de vacas gordas que vienen seguidos de lustros de vacas flacas.

 

Lamentable es que no tuvimos en nuestro gobierno un José, que como el casto de la Biblia, hubiese interpretado los sueños y las visiones de nuestro hoy presidente Maduro Moros.

Quizá el bíblico José, hubiese podido interpretar acertadamente aquello del pajarito. Como la advertencia de que pronto se nos iría volando la bonanza petrolera.

Hoy parecemos el carro de Trucutu, con las cuatro ruedas llenas de parches.

Nos hundan hoy día más y más en devaluaciones e inflación a más de el bloqueo, a causa de sus decisiones erróneas de alegres funcionarios que no son ni chicha ni limonada caídos en el gobierno por panas o amigos de Perendengue.

No aporto soluciones, hay quienes dicen que los que criticamos, no aportamos soluciones. Claro que aportamos y mucho, advertimos al gobierno los senderos equivocados y peligrosos, los que le apartan del pueblo llano y lo alejan cada día más del sueño de nuestro Comandante Eterno, o el hacer de esta una Revolución Bonita para el pueblo más necesitado. Aquellos otros que jalan mecate y ya hoy son de profesión mecateros, cierto es que es más lucrativo jalar mecate que criticar.

Por aquello de un refrán que dice,

"Al que a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija".

Pasemos al punto principal de este artículo y sus consecuencias inmediatas, na guara, el bolívar, la moneda de Venezuela, se devaluó un 21 % frente al dólar en una semana, según el reporte ofrecido este viernes por el Banco Central del país (BCV), que ubica el precio de la divisa estadounidense en 7,85 bolívares.

Nueva conspiración económica en marcha, unida a incompetencia imperante, sin mencionar la corrupción reinante y campante, quizá a medidas inmediatas anunciadas, que lamentablemente hoy ya están afectan el bolsillo de las flacas alforjas de Juan Pueblito.

¡Bueno! está,

Mientras el cuerpo aguante como dice Toribio.

Este nuevo precio de la divisa que ponen a valer algunos comerciantes carentes de escrúpulos es injusto para el pueblo bolivariano del 13 de Abril Glorioso. El cual a costa de su vida salva a su presidente Hugo Chávez.

Una cosa es cierta y viene a cuento hoy como dice el refrán

"Amor con hambre no dura".

Agrego, ni revolución tampoco.

 



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José Juan Requena


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